Desde hace decenios estoy comprobando, incluso en lengua propia, que la Asqueología es una de las asignaturas que con más éxito se imparten en el reino de los Borbones.
La Asqueología se refiere a ristras de dictadores, retahilas de golpes de estado, cataratas de corrupción galopante, miles de torturas consentidas, justicia prevaricadora y una penosa sensación de que el tiempo se detuvo y el espectro del fascismo cortó la lengua a millones de personas, convirtiéndolas en silentes cómplices de un régimen tan cateto como criminal.
Resulta evidente que la Asqueología tiene que ver con el estudio del origen del asco, de la repulsión, de la repugnancia, de la naúsea que provocan tantos decenios de miseria moral, mentiras, agresiones, incultura y violación permanente de los derechos humanos y políticos más elementales.
He remitido una carta al actual ministro de Justicia, nombrado por el partido político más corrupto de Europa, para entregarme como reo de un delito continuado de ASCO en primer grado.
Y le incluyo una breve lista de esas bascas que padezco, en la confianza de ser procesado y encarcelado por una Justicia prevaricadora, imperante en este reino de la estafa llamado España.
Confieso que me da ASCO la monarquía
Confieso que siento una inmensa REPULSIÓN hacia el franquismo que encarnan el Partido Popular, el PSOE y Ciudadanos
Confieso que me ataca una profunda ASQUEROSIDAD cuando me comentan los titulares de la prensa española
Confieso que profeso una total ANTIPATÍA hacia quienes muestran devoción financiada por aquel criminal llamado Francisco Franco y que visten uniformes cargados de medallas
Confieso que siento una muy incómoda NAÚSEA ante el clamoroso silencio del mundo de la cultura, que asiste impasible ante el encarcelamiento de representantes elegidos por el pueblo
Confieso que siento un ASCO casi irrebasable cuando contemplo las brutales agresiones de las llamadas fuerzas de seguridad, que parecen disfrutar golpeando y disparando bolas de goma o gases lacrimógenos contra personas que anhelaban votar en un referendo
Confieso que admiro el coraje de quienes hoy están siendo víctimas de la justicia, acusados de rebelión y sedición, y siento más ASCO cuando me hablan de tribunales como la Audiencia Nacional, el Supremo o el Constitucional
Confieso que siento ARCADAS cuando he contemplado algún servicio informativo de las cadenas de TV españolas, que violentan los principios más trascendentales del periodismo, como son el rigor, la imparcialidad y la veracidad
Confieso que ese ASCO aún no me ha llevado al ODIO, pero supongo que en unos minutos tendré que entregarme en alguna comisaría, porque no conozco un país en el que sus gobernantes sean tan rastreros, mentirosos, estafadores y canallas como esta España podrida hasta decir basta.
Y ello podría conducirme al ODIO, a un ODIO que no es lo mismo que el AMOR, por mucho que se empeñe Rajoy cantando el “Bolero de la Recuperación”, porque lo que hoy se escucha en este culo del continente es una monocorde y vomitiva cantinela taurina, que sigue avergonzando incluso al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos.
Y ante eso, no se puede ser indiferente.
https://tenacarlitos.wordpress.com/2018/01/05/asqueologia/
