Pablo Gonzalez

Nicaragua: La “lista negra”…. La obsesión llevada a los extremos

Hugo Holmann y Eduardo Enríquez, La Prensa

¿Fue una jugada? ¿Una metida de pata? ¿La obsesión llevada a los extremos?
¿Una cáscara de banano? 

Como haya sido, el diario La Prensa se ha vuelto a pegar un tiro en los pies, le han dado otro mazazo a su deteriorada credibilidad y esta vez fue de orden internacional.

También podría este episodio ser el fruto de una manipulación sin control, de intenciones burdas o perdieron la cordura y ahora no saben qué hacer para salir del clavo. 

El problema es que La Prensa vuelve a perder imagen aunque cuando son descubiertos sacan el viejo y raído traje de la víctima y comienzan a quejarse para poder incluir otro párrafo de respaldo en el informe anual de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa).

Hagámonos algunas preguntas y tratemos de encontrar las respuestas:

¿Cómo fue que se filtró el informe de CEO Advisors (Roberto J. Argüello) sobre el cabildeo en Washington?

No hay duda de que fue el mismo Argüello, quería que se supiera lo que está haciendo en Washington, que el documento llegara a los medios de información serios. 

No juzgaremos la intención de este acto, pero, obviamente Argüello pretendía llamar la atención y lo logró… aunque no como él quería.

¿Cómo es que hay dos documentos con diferencia de un solo párrafo?

Este es el verdadero misterio del caso. 

El documento filtrado a Trinchera de la Noticia no trae el párrafo del escándalo, el que dice que el Senador Marco Rubio está haciendo una lista de “corruptos”. 

El que recibió La Prensa lo llevaba o…

a. El que filtró los documentos decidió suprimirlo y no tuvo el cuidado de hacerlo en ambos.

b. Alguien lo inventó y lo incluyó en el que enviaron a La Prensa.

c. ¿Lo inventó el redactor de La Prensa?

d. ¿Una trampa de Roberto J. Argüello o alguien en la cadena de la filtración?

Puede haber otras hipótesis, pero hay algo anómalo en todo esto, sin duda.

¿Obsesión mortal?

La obsesión del diario La Prensa y un grupo de políticos enemigos de una salida política en el país (como unir a las fuerzas opositoras, trazar un plan que convenza al pueblo de Nicaragua, conseguir verdaderos líderes con los que puedan identificarse los jóvenes, especialmente) los ha llevado a repetir los errores más comunes del entreguismo y el servilismo de la primera mitad del siglo XX.

Haber buscado la ayuda de políticos ultra derechistas, como Ileana Ros-Lehtinen o el Senador Ted Cruz, poner en sus manos Nica Act y ahora una lista negra de “corruptos” solo confirma la bancarrota política y moral de este grupo.

El gobierno de Daniel Ortega ha creado las condiciones para estar sentado en el caldero (reiteradas violaciones a la Constitución, la construcción de un régimen familiar, el sometimiento de los poderes y las instituciones armadas y de seguridad, "fraudes electorales", entre otras) pero ello no justifica resucitar el espíritu de Adolfo Díaz para que Estados Unidos haga el trabajo que no puede hacer la oposición.

No es la primera

La historia de las listas negras es más reciente. De eso hemos hablado antes, pero hay que recordar que surgió en el gobierno de Enrique Bolaños, muy dado a la cuechería, a las conspiraciones de tragos. 

Avil Ramírez, gerente de Amcham y ex secretario bolañista, ha sido vinculado a todas. Parafraseando a Darío “son incontables sus muertes y daños” y quién sabe cuánto más le causará al sector privado.

En 2005, la lista de 89 personas creada en una mesa de tragos se les revirtió cuando la vocera de la Embajada de Estados Unidos desmintió que su gobierno tuviese una “lista”. 

Pero no aprendieron. Esta vez, fue la oficina del Senador Marco Rubio quien los ha desmentido, y no solo a Roberto J. Argüello.

Hace pocas semanas y todos lo sabemos porque está fresco, un ex embajador en España, embarcó a Carlos Ponce, el director para AL de Freedom House, en otra lista negra que tenía dos objetivos: desprestigiar al empresario César Zamora y atacar la unidad del COSEP.

Habrá daños, pero

En otras palabras, la obsesión por crear listas es un perverso recurso político con intenciones muy bajas que desafortunadamente encuentran “padrinos” en sectores empresariales y sociales en donde se incuban proyectos mezquinos y corruptos.

La aprobación de Nica Act parece inevitable, si no este año podría ser el próximo, pero los daños no van a esperar. 

La imagen del país no necesita más afectaciones porque estamos en un punto crítico para el futuro, pese a los pronósticos económicos.

La empresa costarricense Jack´s de Centroamérica, productora de una parte de las frituras, meneítos y otros productos industrializados, confesó que un estudio hecho para analizar si invertían más en Nicaragua les aconsejó no hacerlo por el clima político del país y no precisamente por las elecciones municipales.

Ya estamos cosechando los efectos de Nica Act.

http://www.trincheraonline.com/2017/10/26/la-lista-negra-otra-vez/

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