El embargo alimentario ruso, introducido en respuesta a las sanciones de los países occidentales, afectó profundamente la industria frutícola de Polonia. Tres años después, los agricultores polacos siguen sufriendo las consecuencias, informa el portal polaco AgroFakt.
El embargo ruso causa "problemas constantes" con las ventas de las manzanas polacas.
Para ingresar en el mercado ruso, los agricultores examinan cualquier posibilidad, hasta realizar el suministro de manera ilegal.
"Algunos [empresarios] logran llevar un lote a Rusia, pero son los intermediarios los que ganan en la operación", se lamentó uno de los entrevistados por AgroFakt.
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También los exportadores polacos tratan de triangular con otros países o territorios para enviar sus manzanas a Rusia.
Así, para estas operaciones se usan a menudo Bielorrusia, Moldavia o Lituania, e incluso Transnistria que, a modo de prueba, recibió el permiso por parte de Rusia de exportar sus productos al país eslavo.
Rusia combate los suministros ilegales destruyendo los productos de contrabando al descubrirlos, tal como se indica en la ley.
Los 'éxitos' locales en suministros clandestinos con esquemas complicados ayudaron a aliviar la fuerte caída de los primeros años del embargo, no obstante, las perspectivas no son buenas para las manzanas polacas.
"La ayuda europea de 70 millones de euros para los productores frutícolas polacos (…) ni siquiera se acerca a las pérdidas sufridas por los productores y a las que sufrirán", afirmó otro encuestado por el medio.
Por su parte, los polacos han tomado con cierto optimismo las recientes negociaciones ruso-polacas sobre la distensión de las estrictas normas de tránsito de mercancías por el territorio ruso y el aumento de las cuotas de tránsito.
No obstante, para los agricultores esto no ofrece muchas esperanzas: "no hay ni una alusión al alivio de las restricciones sobre las importaciones agrícolas, ni hablar de la cancelación del embargo de las manzanas", explica AgroFakt.
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