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Japon: ¡QUÉ IMAGEN ESTA!


El niño de Nagasaki que trae a cuestas el cadáver de su hermanito, muerto tras la explosión de la segunda bomba atómica estadounidense el 9 de agosto de 1945. El niño de unos diez años espera para entregar el cadáver del pequeño que en breve será incinerado. 

Si hasta el dolor se esconde en el rostro del pobre niño, es como si ese dolor, transformado en rabia e impotencia, sintiera vergüenza de dejarse ver. 

Muy lejos de allí, un "honroso" soldado, seguramente festeja, exhibiendo sus brillantes medallas en medio de aplausos.

¡Qué imagen esta! Fue tomada por Joe O'Donnell en 1945, pero es una imagen actual, que se repite y repite. 

Ya no son imágenes en blanco y negro y los niños no son solamente orientales. 

La diferencia está en unas pequeñísimas variantes. 

Pero la muerte es, la misma dolorosa, incompresible e inexplicable muerte. 

Tragedia que seguirá repitiéndose miles de veces más, miles de veces más, miles de veces más. 

Los pobres de la tierra no tienen más alternativa que encontrar el consuelo en la impotencia. 

Ya pasará, ya pasará, sólo es cuestión de esperar a que los criminales se cansen. 

Pero no se cansarán jamás. 

Como un autoengaño, queda la oración para aguantar un poquito más, y canciones como la de The Hollies: "He Ain't Heavy, He's my brother", que canta: "Pero yo soy fuerte, suficientemente fuerte para cargarlo, el no es una carga, el es mi hermano y así vamos" (ver video de la canción en el enlace: 


Joe O'Donnell, el reportero grafico que tomo esta imagen, hace poco hablo con un entrevistador japonés acerca de esta fotografia:

"Yo vi a un niño como de 10 años caminando por ahí. 

El llevaba a un bebe en su espalda. 

En esos días en Japón, a menudo veíamos a niños jugando con sus hermanitos o hermanitas, pero este niño era claramente diferente.

Yo vi que él había venido a este lugar por una razón muy seria ya que el no tenía sus zapatos puestos y su rostro estaba fijo, mientras que la cabecita del bebe estaba tirada hacia atrás, como si estuviera durmiendo.

El niño se quedo ahí de pie por mas o menos 10 minutos.

Luego, hombres con mascaras blancas se acercaron a él y en silencio comenzaron a quitarle las cuerdas que sostenían al bebe.

Ahí fue cuando me di cuenta que el bebe ya estaba muerto. 

Los hombres tomaron el cuerpo por manos y pies y lo colocaron en el fuego.

Todo el rato el niño se quedo ahí parado sin moverse viendo las llamas.

Yo vi que el se estaba mordiendo el labio tan fuertemente que le comenzó a salir sangre.

Luego las llamas se fueron acabando poco a poco de la misma forma en que el sol se escondía esa tarde.

Al final, el niño dio un giro y se fue en silencio."

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