VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

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Argentina: Santiago Maldonado fue bienamado


Recobré este audio que me habían enviado hace cosa de un mes y que se me había “traspapelado”.
Me parece una pieza oratoria formidable, de gran aliento poético, escrita por una anónima amante chilena del asesinado militante de la causa de los pueblos autóctonos en general, y de los mapuches en particular, entre otras. 

No conozco mejor descripción del Santiago vivo que ésta. Me resulta conmovedor hasta los tuétanos. 

Y lo es a pesar de la distancia generacional (pues los que somos de la camada de los beligerantes derrotados y desaparecidos solemos amar los bifes sangrantes y renegar -como Drácula de las ristras de ajos- de aritos y tatuajes. 

Por haber considerado gajes del oficio tener que atravesar la prueba de la tortura… reservamos eventuales intervenciones sobre nuestros cueros a posibles verdugos) lo que de por si es un enorme logro literario. 

El texto recitado por esta muchacha emociona y hace que la pena por el asesinato de Santiago se contrapese con la sana envidia de corroborar cuan intensamente fue amado.

Intuyo que ha sido esta intuición compartida por muchos criollos/as de distinta edad y condición la que ha colaborado para erigir el mito que ya está en plena circulación. 

Hasta el punto de que me atrevo a aventurar que gran parte de lo que fue Ernesto “Che” Guevara para nosotros, lo será, salvando las distancias, Santiago Maldonado para quienes hoy son jóvenes y adolescentes.

Como lo es el gaucho Antonio Gil para tantos muchísimos humildes del litoral y de todo el país.

Todo comenzó con el asesinato de Jesús. ¿Será por el eso que el te jedi elude persignarse?

Si en vez de ser huinca, Santiago hubiera sido un aborigen, un autóctono, un indígena, un hombre de la tierra (que no otra cosa quiere decir mapuche) ¿se hubiera producido este fenómeno? 

¿Y si hubiera sido un “cabecita negra” de Isidro Casanova, Varela o González Catán ultimado por un policía? 

Esta claro que no, pero no nos llenemos de culpa por eso (si el Che hubiera sido un boliviano originario como el presidente Evo Morales tampoco hubiera tenido la repercusión que tuvo su asesinato, y lo mismo es válido para Cristo, que no por nada fue crucificado con un letrero que lo ungió como “rey de los judíos”) sino que conjurémonos a no dejar que vuelvan a pasar mas cosas así. 

Porque o los desaparecedores son condenados, o los exterminios (contra los nativos, contra las montonera gauchas, contra los inmigrantes “maximalistas”, contra quienes lo doblaron el brazo a la pseudo “Revolución Argentina”, contra los pibes villeros, contra los tobas o wichis, contra los mapuches) volverán a producirse.

Y si no lo evitamos, degenerarán en asesinatos a gran escala. Como los hay en tantos lugares, por ejemplo, en México.

Hemos llegado al punto en que son ellos o nosotros.

 Y no hay conciliación posible.

Escuchemos a esta muchacha chilena hablar del Santiago que vivió al menos hasta el aciago 1º de agosto, cuando gendarmes pusieron sus garras sobre su humanidad:.

http://pajarorojo.com.ar/?p=36396

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