El cinismo con que los grupos políticos y ONG opositores, así como sus medios de comunicación aliados (La Prensa, Confidencial) manipulan la falta de información del campesinado nicaragüense no tiene comparación.
Además de engañarlos respecto al proyecto del Canal, ahora los exhiben cual “trofeos de guerra” como parte de sus artimañas políticas para justificar sus paranoias en contra del Gobierno.
Amnistía Internacional (AI), un organismo extranjero vinculado a la CIA, puesto que sus principales directivos en esta región pertenecieron a esta dependencia del Gobierno de los EEUU, en las últimas semanas viene promoviendo los desmanes organizados por estos movimientos políticos, como el MRS, y las ONG opositoras, en conjunto con sus medios de prensa afines, llevando como “punta de lanza” a campesinos.
Dada la actitud injerencista y manipuladora de Amnistía Internacional, en apoyo de las nefastas posiciones de los opositores en detrimento del campesinado nicaragüense, el diario digital “Tortilla con Sal” realizó un análisis de la naturaleza y fines que persigue este organismo de la CIA, cuyos objetivos injerencista primordiales en este continente son Nicaragua y Venezuela, países contra los que utiliza la hipocresía como arma.
En su análisis el diario digital indica que con sus ataques a Venezuela y recientemente a Nicaragua, Amnistía Internacional, la organización occidental de derechos humanos ha llevado su conocido apoyo a la política externa de los gobiernos de la OTAN a niveles todavía más profundas de falsedad y mala fe.
El multi-millonario ONG afirma, “Nosotros somos independientes de cualquier gobierno, ideología política, interés económico o religión”. Esta afirmación es extremadamente deshonesta.
Agrega que muchos integrantes de la directiva de AI y la gran mayoría del personal gerencial de su Secretariado, que elabora los informes de la organización, son personas que vienen de una matriz institucional muy comprometida ideológicamente. Se trata de ONG occidentales, como Purpose, Open Society Institute, Human Rights Watch, entre otras supuestamente humanitarias, dominadas por los intereses corporativos occidentales que controlan los gobiernos norteamericanos y europeos.
Es claro cómo opera el sesgo ideológico de Amnistía Internacional en el trato diferente y desproporcionado que aplica en sus informes de diferentes países. Está, por ejemplo, México, tiene más de 3 mil 600 personas desaparecidas y los abusos por las fuerzas de seguridad son constantes. En Colombia hay más de 4 millones de personas desplazadas internamente y, solo en este año 2017, se ha asesinado a 53 activistas comunitarias.
Amnistía Internacional pone esta realidad horrenda en contexto, por no omitir críticas de las fuerzas que desafían las autoridades y contribuyen a desestabilizar estos países. Por contraste, en sus informes sobre Venezuela y Nicaragua, al igual que otros ONG occidentales, AI reproduce las mismas falsas afirmaciones de la minoritaria oposición política, apoyada de una u otra manera por los gobiernos de los países de la OTAN.
En torno a Venezuela y Nicaragua, las organizaciones occidentales autoproclamadas de derechos humanos, exageran las supuestas violaciones de los gobiernos, mientras, por otro lado, minimizan los abusos y provocaciones de la oposición política.
La falsa cobertura que brinda es idéntica a la de los principales medios corporativos en el Occidente y la mayoría de sus medios de prensa. Minimiza asesinatos cometidos por la oposición en Venezuela no involucrados en las protestas, igual ignora cómo sicarios opositores han encendido a decenas de personas, atacado hospitales, universidades y hasta preescolares y también descarta innumerables actos de hostigamiento por parte de militantes de la oposición venezolana contra la población en general.
De igual manera, contra Nicaragua, el último informe de Amnistía Internacional, con el que inicia su campaña global para detener el propuesto Canal Interoceánico, también comienza con una descarada mentira: “Nicaragua ha avanzado con la aprobación y diseño de un mega-proyecto que pone en peligro los derechos humanos de cientos de miles de personas, sin consultas y en un proceso envuelto en silencio.”
Esa afirmación es completamente falsa. Antes de la publicación en Septiembre 2015 del estudio de impacto de los consultores internacionales, como confirma ese mismo estudio, el gobierno y la empresa HKND, a cargo del diseño y construcción del Canal, organizó consultas públicas con 5 mil 400 personas de las zonas rurales y 475 personas de las comunidades indígenas que viven en la ruta del Canal y proyectos subsidiarios.
El Estudio de Impacto Social y Ambiental presentado por Consultores ERM, prestigiosa empresa internacional que costó junto con otros estudios asociados más de US$100 millones, está disponible en español e inglés. Dos años antes del informe de AI este estudio de ERM anticipó las críticas del reciente informe de Amnistía Internacional. El gobierno y la empresa HKND aceptaron las críticas presentadas por ERM e iniciaron un proceso de análisis y revisión que sigue hasta la fecha.
Sin embargo, Amnistía Internacional excluye esa información. Hace poco el vocero del gobierno de Nicaragua, Telémaco Talavera, dijo que el proceso en camino involucra un total de 26 estudios adicionales. Entonces, hasta que se terminen todos estos estudios adicionales, el gobierno tiene la razón en evitar comentarios sobre el propuesto Canal, porque los nuevos resultados podrían cambiar el proyecto, quizás de una manera radical.
El gobierno de Nicaragua de forma expresa siempre ha aclarado su compromiso con una resolución justa y equitativa del tema de las posibles expropiaciones. En informe del 2015 sobre el impacto del Canal, en el contexto del Plan Nacional de Desarrollo, el gobierno explica: “El Gobierno de Nicaragua y HKND garantizarán que las personas y familias que están en la ruta donde se construirá el canal tengan unas condiciones de vida superiores a las actuales (sin el Canal).
Para ello, el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, a través de la Comisión del Proyecto, garantiza no sólo una justa y transparente indemnización de propiedades, a través de negociaciones y acuerdos directos con cada familia afectada, sino además impulsar acciones que les permita mejorar sus condiciones económicas, de salud, de educación, de vivienda y de empleo.”
Pero el informe de AI sistemáticamente excluye toda esta información y cualquier otra fuente que presenta la posición, o los datos que la apoya, del gobierno de Nicaragua u otras fuentes que apoyan el proyecto del Canal. Amnistía Internacional asevera que no pudo hablar con el gobierno o alguien entre las numerosas personas de la sociedad civil que apoya el proyecto del Canal. Sin embargo, abundan fuentes secundarias que contradicen de manera categórica los falsos argumentos de AI contra el Canal.
Finalmente, el diario digital señala que el informe de esta organización injerencista ataca específicamente y de manera extensa la Ley 840, al igual que la oposición, que facilita la construcción del Canal y sus sub-proyectos, pero su exposición cínicamente omite los detalles fundamentales y cruciales, a la vez que omite completamente el contexto social y económico relevante.
http://www.nicaleaks.com/noticias/item/5281-amnistia-internacional-y-oposicion-en-cinica-coalicion