Hace unos días se celebró el primer centenario de la primera aparición de la Virgen de Fátima a los tres pastorcillos de la Cova de Iría el 13/5/1917 en Portugal.
Asistieron miles de peregrinos a una misa multitudinaria para la canonización de dos de ellos, los hermanos Francisco y Jacinta Martos, por el Papa Francisco.
Muchos son los enigmas que rodean a estas apariciones y muchas las teorías que se han alimentado a su costa, desde la temática ufológica, pasando por la económica, hasta la político-religiosa de esa época en Portugal y la postura de defensa de la fe que fomentó la Iglesia Católica para luchar contra el recién estrenado comunismo imperante en este país y en otras partes del mundo.
Pero, ¿hay algo más detrás de esta aprobación y hasta fomento de la Iglesia con respecto a esta aparición mariana?
Es innegable que la figura de la Virgen María es un pilar fundamental en la fe de los católicos, figura que les diferencia, dicho sea de paso, del cristianismo protestante que en poco o nada tiene a la que fue la madre de Jesucristo, y que les une con las Iglesias orientales como la Ortodoxa o la Copta, en las que la Virgen María también tiene su importancia. Desde el inicio de la religión cristiana, y más en concreto de la católica, desde que fue definiendo sus propios dogmas y teología que la caracterizan, las apariciones marianas han sido incontables.
Es acerca de estos dogmas marianos sobre los que vamos a tratar y sobre la relación directa que tienen las apariciones marianas con los aprobados y con los que están por aprobar, que le están confiriendo a la imagen mariana una preponderancia de la que carecía hace apenas dos siglos. ¿Por qué este énfasis puesto por la Iglesia Católica últimamente en la Virgen María?
¿Por qué esta carrera para conseguirle nuevos dogmas, aún en contra del ecumenismo, y que dan la impresión de tener como fin el encumbramiento de María hasta el elenco divino a fuerza de aprobarle atribuciones semidivinas?
Comenzaremos por concretar cuáles son los cuatro dogmas marianos aprobados hasta la fecha. Estos cuatro dogmas, así como las propias apariciones marianas, están diferenciados en dos etapas muy definidas: antes y después de 1830.
ANTES DE 1830.
1º La maternidad divina: Este dogma fue definido en el Concilio de Éfeso en el año 431, y explica que María es la Madre de Dios, o sea, madre de la persona física de Jesús, ya que concibió al Verbo Encarnado.
2º Perpetua virginidad de María: Este dogma fue definido en el Concilio de Constantinopla en el año 553, y explica que María fue virgen antes, durante y después del parto de Jesús, por lo que no tuvo hijos posteriores ni anteriores a él.
Esto quiere decir que tenemos a una mujer que se ha convertido en Madre de Dios y, además, por ello tiene que ser pura y representar la omnipotencia de Dios mediante esa virginidad, a pesar de haber engendrado a un hijo y haber dado a luz.
Si hacemos una somera retrospectiva de las principales apariciones marianas más antiguas, así como de la gran cantidad de advocaciones de la misma y de los milagros relacionados con ellas, podemos comprobar que la Virgen María aparece acompañada en la mayoría de los casos con el niño Jesús o como gestante del niño, es decir, embarazada.
Se pueden traer a colación algunas de las vírgenes españolas más famosas. Como especialísima cabe destacar la de la Virgen del Pilar que, según la tradición, se le apareció al apóstol Santiago en Zaragoza en el año 40, cuando aún María estaba viva, con lo que podría llamársele una bilocación, la Virgen de Montserrat, que casualmente fue encontrada por unos pastorcillos después de ver una luz en la montaña en el 880, la Virgen de los Desamparados que fue milagrosamente tallada por cuatro jóvenes peregrinos en dos días y sin recursos para ello en 1414, la Virgen de Guadalupe extremeña, que se apareció a un pastor presentándose como la Madre de Dios en el s.XIII, y la de Méjico, que se apareció al indio Juan Diego en 1531 y cuya imagen, grabada milagrosamente en su tilma, es la de una virgen expectante ya que se apareció en el adviento del nacimiento de Jesús, entre el 9 y 12 de Diciembre, la Virgen de la Candelaria de las Islas Canarias, aparecida a unos pastores guanches, la Virgen de la O que es una Virgen encinta o la Virgen de la Esperanza, y un largo etcétera más que abundan en la maternidad de la Virgen.
Qué casualidad que estas primeras apariciones marianas estaban estrechamente relacionadas con el niño Jesús, o sea, con los dos primeros dogmas de Madre de Dios y Virgen. Y es que hay que tener en cuenta que en aquella época lo realmente importante en la Iglesia era la figura de Jesús, abundantemente representado como el Pantocrátor, y muy por detrás estaba la de la Virgen. Podemos argumentar, claro está, que estas apariciones marianas tan específicas eran para cimentar los dogmas citados en los fieles católicos durante siglos y desviarlos de las herejías que daban a María otro papel completamente distinto.
DESPUÉS DE 1830
Curiosamente la Iglesia no ha sentido la necesidad de añadir más dogmas marianos durante casi trece siglos, en los que la figura de María seguía en el mismo estatus de Madre de Dios y Virgen. Estos dogmas más antiguos aparecen reflejados en la biblia, aunque el de la virginidad directamente negado por algunas ramas del cristianismo en base a la traducción que de ella tengan, y fueron aprobados por un consenso en los concilios citados. El resto son fijados basándose en la interpretación de la Tradición y de la Palabra Revelada en la Biblia, son los Papas los que los aprueban sin necesidad que reunir un concilio, razón por la cual la Iglesia Ortodoxa no los admite aunque en su Tradición también se encuentren estos dos dogmas de aprobación más reciente. O sea, que estos dogmas modernos son simplemente elementos preexistentes que se fijan para dar más claridad al personaje mariano, lo que viene a justificar la actitud de la Iglesia a la hora de aprobarlos ya que no se estarían inventando nada nuevo.
Es a partir de esta fecha de 1830 cuando ésta comienza una carrera para conferir a la Virgen más atribuciones, y hasta incluso ella misma en muchas ocasiones las solicita, como veremos más adelante, además de parecer que la imagen de María comienza a desvincularse de la del niño. Como ya María es madre de Dios y Virgen, caen por su propio peso los dos siguientes dogmas:
3º Inmaculada Concepción: Este dogma fue definido por el Papa Pío IX en su constitución Ineffabilis Deus, el 8/12/1854 y explica que María fue concebida y nació sin pecado original. Curiosamente este dogma fue impulsado por España ya en el XI Concilio de Trento en el año 675, aunque no se definió como dogma hasta el s.XIX.
4º Asunción de la Virgen María: Este dogma se definió por el Papa Pío XII el 1/11/1950 por su constitución Munificentissimus Deus, y explica que la Virgen María fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial, no concluyendo la citada asunción en el dogma si fue hecha en vida o después de la muerte de María. Se puede afirmar pues que la Virgen es un ser humano privilegiado al poder disfrutar ya de la gloria divina en cuerpo y alma.
En resumen, tenemos a la madre de Dios que es Virgen. Es necesario pues para darle coherencia a la divinización que ella misma haya nacido sin pecado original debido a su Inmaculada Concepción, porque no cualquier mujer puede ser la madre de Dios. Además de eso necesitamos subirla a los cielos porque si estuviese en la tierra sería como un mortal más. Por eso se aprueba la Asunción a los Cielos, para poner junto a la Trinidad a la figura mariana.
¿Qué ocurrió en 1830 para que ésta sea una fecha especial?
Se aparece la Virgen Milagrosa en Francia a Catalina Labouré, aumentando vertiginosamente a nivel popular el culto mariano hasta su cénit con la Virgen de Fátima. Catalina, posteriormente santificada, ya vivía la presencia mística de Jesús durante las Eucaristías, pero ella lo que en realidad anhelaba era ver a la Virgen, cosa que se le concede en este año cuando se le presenta un ángel que la conduce hasta ella.
Esta Virgen le encomienda la función de difundir la Medalla con su imagen por todo el mundo que tuvo una rápida acogida debido a su fama de milagrosa.
La imagen representada en ella es igual a la de la segunda aparición, una virgen con las manos extendidas de las que salen rayos, que representan las gracias divinas que se relacionan directamente con los dogmas 5º y 6º que la Iglesia quiere aprobar a día de hoy, además de con el tercer dogma que aún no estaba aprobado, la Inmaculada Concepción, y que la Virgen le sugirió en el mensaje que dicha medalla había de tener en el reverso: “María sin pecado concebida, ruega por nosotros, que acudimos a ti”, además de los corazones de Jesús y de María, de nuevo una referencia a los dogmas por aprobar.
Y a partir de ahí comienzan a incrementarse las apariciones y los mensajes dirigidos a nosotros y relacionados de uno u otro modo con los dogmas.
Podemos destacar en el s.XIX por su importancia las apariciones de la Virgen de la Salette, en Francia a los pastores Melania y Maximinio en 1846, en las que la virgen les hace varias profecías y reprende a la humanidad por pecar, advirtiendo que no puede soportar más el peso del brazo de su hijo que está pronto a caer sobre nosotros, relación ésta directa con el tan repetido Fin de los Tiempos por la Virgen en las apariciones actuales. Muy importantes también son las apariciones de la Virgen de Lourdes que sucedieron en 1858 cuando la Virgen se presentó a Bernadette Soubirous, quien también era pastora, y que ante las insistentes preguntas de la niña terminó presentándose ante ella como la Inmaculada Concepción, cuatro años después de la aprobación de dicho dogma para, entre otros mensajes, agradecer el mismo.
Todas estas apariciones tienen ya aprobado su culto por la Iglesia y están reconocidas como sobrenaturales, así como la que nos ocupa: Fátima. Pero antes de hacer referencia a estas últimas vamos a explicar cuáles son los dos próximos dogmas que la Iglesia persigue para aprobarlos en un futuro próximo y que están directamente relacionados con esta Virgen.
5º Y 6º DOGMA AÚN NO APROBADOS.
5º La Corredentoría de la Virgen María: Esto hasta la fecha de hoy no es un dogma como tal, aunque existe una tradición en la Iglesia acerca de esta idea que últimamente está ganando más fuerza. Quiere decir que María fue una parte fundamental en la misión de redención de nuestros pecados que Dios encomendó a Jesús. Y para el que no lo sepa, la redención es la posibilidad de que Dios perdone nuestros pecados gracias al sacrificio que hizo Jesús al morir crucificado. Por lo tanto, si su madre es corredentora, fue porque era una cooperadora necesaria en la consecución de esta redención para los hombres. Y diréis, ¿por qué es así si ella no murió en la cruz? Pues porque aceptó libremente la misión de engendrar y criar a su Hijo-Dios y permitió como madre que muriese en la cruz, a pesar de someterse a los terribles padecimientos psíquicos y místicos por ello, porque éste era el plan divino. Tenemos que tener en cuenta que estos padecimientos místicos no son asimilables a ningún dolor humano ya que María había admitido que su hijo, que era Dios, fuese sacrificado en la cruz.
Con la consecución de este nuevo dogma lo que se pretende es que la Virgen María asuma el papel de corredentora junto con Jesús, argumentando para ello que María no fue un instrumento pasivo en las manos de Dios, sino que cooperó a la salvación de los hombres con fe y obediencia libres.
Durante los últimos doscientos años los Papas y la curia romana han ido aportando indicios acerca de la colaboración que María desempeñó en la obra redentora de Jesús. En primer lugar, por medio de su maternidad consentida ya que asumió libremente el papel de madre virginal de Dios, siendo así por tanto colaboradora necesaria en la misión redentora de su hijo.
Ya desde el s.II San Ireneo destaca este punto de obediencia a Dios. Desde el s.X con Juan el Geómoetra hasta el s.XVIII se vino desarrollando tibiamente el concepto de corredentoría en las distintas facetas en que la Virgen cooperó con Jesús en el templo o en su crucifixión, padeciendo el gran dolor de ver morir a su hijo divino en la cruz por designio del propio Dios. En la crucifixión Cristo sacrificó su cuerpo y María su alma por el dolor de su corazón.
El enorme empuje que se ha dado a las doctrinas marianas se puede establecer en el reinado de Benedicto XIV (1740-1758). Es desde entonces cuando se han fomentado y cimentado los últimos dogmas, dándole mucho más peso a la figura de la Virgen María dentro de la Iglesia Católica.
Desde el reinado de Pío X (1903-1914) se hace uso cotidiano de la palabra corredentora, que viene a sustituir a la anteriormente usada de mediadora (que se transformará en otro dogma nuevo a conseguir) en los documentos de las congregaciones romanas. En 1914 se añade por primera vez en un documento oficial de la Sagrada Congregación del Santo Oficio (nótese que son tres años antes de las famosas apariciones de Fátima), pero no es hasta el año 1933 cuando el Papa Pío XI la usa públicamente al dirigirse a unos peregrinos. El término se siguió usando con regularidad y el movimiento de apoyo a la corredentoría fue creciendo hasta que se topó con el Concilio de Vaticano II y su ecumenismo. Esto supuso un freno por dos motivos:
El uso del término corredentora lleva a confusión en la lengua inglesa en la que el prefijo “co” significa igual, con lo que, aparentemente, la Iglesia Católica elevaría a la Virgen María al mismo rango redentor que Jesús. En realidad, el prefijo “co” viene del latín “cum” que significa “con”. O sea, que la Virgen María es redentora con Jesús pero no a su mismo nivel, sino de manera inferior. Cabe preguntarse la razón por la que la Iglesia Católica insiste en usar este término a sabiendas de la confusión que genera.
El propio ecumenismo en sí. El ecumenismo es el acercamiento de los distintos cristianismos por medio de la búsqueda de puntos comunes. Para la rama protestante del cristianismo los dogmas marianos resultan un gran problema para el acercamiento entre los distintos credos ya que le otorgan más atribuciones a la Virgen que no debería tener bajo su prisma, y en especial el de la corredentoría en sí ya que supone el quitarle a Jesús, y por tanto a Dios, unos atributos que son propios de su divinidad.
Aunque en el Concilio de Vaticano II hubo unos pocos obispos que solicitaron ya la aprobación del dogma, ni siquiera aparece tratado el tema en ningún documento para no herir la sensibilidad ecuménica.
6º María Mediadora de las Gracias Divinas: esto es que los hombres sólo pueden conseguir una Gracia Divina que, para que nos entendamos, es un don sobrenatural de tipo permanente como por ejemplo en los santos y de tipo transitorio para el resto de los mortales, a través de María exclusivamente. Ojo a la importancia de que sólo podamos conseguir Gracias por mediación suya ya que se eliminaría cualquier posibilidad de obtener las Gracias divinas a través de Dios o Jesús, y del mismo modo, tendríamos que solicitar esas Gracias por medio de María, y no por medio de Dios, ya que es ella la intermediaria de las mismas.
FÁTIMA Y LA CORREDENTORÍA
¿De qué manera están unidas las apariciones de Fátima con la intención de conseguir el nuevo dogma mariano?
Simplemente por medio del Corazón Inmaculado de María.
Antes de citar las veces que hace referencia la Virgen de Fátima a su Corazón Inmaculado, vamos a explicar qué significa éste.
La adoración del Corazón Inmaculado de María significa adorar a la Virgen misma tanto por el amor que emana de ella hacia la humanidad como por el dolor que siente cuando los hombres pecan. Este corazón representa su propio corazón físico, el que latía en su cuerpo, que alimentó a Jesús hecho carne en su vientre y que se alegró con las alegrías de su hijo y sufrió los más profundos dolores por él. Es también el corazón espiritual, el símbolo del amor más generoso y eficaz que la hizo corredentora para ayudar a su hijo Jesús en su misión de redención al pie de la cruz y que sufrió los dolores místicos al verlo padecer en ella. Es además por medio de este Corazón Inmaculado como Dios quiere conceder sus gracias a los hombres.
El pionero de la adoración y divulgación del Corazón Inmaculado de María junto al Sagrado Corazón de Jesús fue San Juan Eudes en el s.XVII, aunque ya en el s.XIV, Santa Brígida de Suecia oye que Jesús le dice: “El Corazón de mi Madre era como mi Corazón, por eso mi Madre y Yo hemos obrado la salvación del mundo como un solo corazón. Yo en los sufrimientos de mi cuerpo, Ella con su Corazón”. Posteriormente, en el s.XIX, San Antonio María Claret, fundó la Congregación de los Misioneros del Inmaculado Corazón de María.
Pero es con la Virgen de Fátima cuando esta advocación alcanza su máximo al referirse varias veces a este término en las apariciones.
El propio Ángel de la Paz que se les apareció a los niños como precursor de María, nombra el Corazón de la Virgen y de Jesús en las tres ocasiones que es visto por ellos en Fátima.
En la primera aparición de la Virgen, el 13/5/1917, ésta simplemente les insta a que se presenten los tres allí mismo los días 13 de los siguientes 5 meses y les conmina a hacer penitencia y ofrecer sus sufrimientos para la conversión de los pecadores, así como a rezar el rosario. Ya en la segunda aparición, en Junio, les informa de que Jesús quiere que Lucía dé a conocer al mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María por medio del cual la propia Virgen les promete (Ella, en primera persona), la salvación de los hombres que sigan esta devoción. En la tercera aparición les promete: “Por fin mi Corazón Inmaculado triunfará”. Esto hace referencia a la corredentoría y la mediación de las gracias. En la tercera aparición también les hace referencia al corazón. En la última aparición en la que la Virgen promete hacer un milagro, los niños tienen distintas visiones individuales de la Virgen, San José y Jesús. Lucía en particular ve, entre otras advocaciones marianas, a la derecha del sol a Jesús y a la izquierda a la Virgen Dolorosa, Virgen que hace especial referencia al sacrificio de Jesús en la cruz y al dolor que sufrió por su muerte, colaborando en la salvación de la humanidad por tanto como corredentora.
La Iglesia en un principio se tomó con prudencia las apariciones, como siempre hace en estos temas. En primera instancia le pidieron al párroco de Fátima un informe que no llegó a entregar hasta dos años después de las mismas, en 1919. Fue realmente el obispo José Alves Correira da Silva en el año 1921 quien comienza a organizar el lugar para los peregrinajes con una previsión de futuro que nos deja pasmados, ya que compra los terrenos de la Cova de Iría a 108 propietarios distintos y manda hacer una explanada que duplica en extensión a la de la Plaza de San Pedro en el Vaticano, así como hacer una cisterna para acopio de agua, donde más tarde se encontraría una fuente con agua milagrosa. En el año 1922 se abre un proceso de investigación canónico de las apariciones que culmina con la aprobación en 1930 de las mismas. Y desde allí hasta el macronegocio en que se ha convertido hoy en día.
Los dos hermanos Martos, Francisco y Jacinta, fallecieron en 1919 y 1920 y sólo les sobrevivió Lucía, quien fue en realidad la elegida de la Virgen para transmitir sus mensajes al mundo. En 1921 la llevaron interna a un colegio de doroteas en Oporto y terminará profesando como Dorotea en Tuy en el año 1928. Es allí, en Pontevedra, donde Lucía sigue teniendo apariciones de la Virgen y del propio Jesús en las que le sigue haciendo referencia a su Corazón Inmaculado y le pregunta qué está haciendo para extender su culto por todo el mundo. En una de estas apariciones en el año 1936, éste le dice: “Quiero poner al lado de la devoción de mi Corazón, la devoción al Corazón de María.” Esto empieza a sonar ya a una igualdad entre Jesús y María.
En 1927 su director espiritual, un jesuita, le mandó que escribiese lo revelado por la Virgen. Ella, angustiada por tal demanda, le pregunta a Jesús qué hacer, ya que la Virgen le dijo que era secreto. Éste le ordena que relate sólo lo referido al Corazón Inmaculado de María como así hace. Este escrito desapareció al ordenarle a la monja su confesor que lo rompiese. Finalmente es el obispo de Leiria quien le manda poner por escrito todo lo acontecido en las apariciones, cosa que hace entre los años 1935 al 41.
APARICIONES EN EL SIGLO XX
A partir de estas apariciones de Fátima se extendió ampliamente el culto del Inmaculado Corazón y las apariciones marianas se incrementaron notablemente, muchas de ellas hablando del Final de los Tiempos.
Cabe destacar que últimamente la Virgen María se aparece ya sin ambages hablando de su propia corredentoría y de la petición de este nuevo dogma. Éste es el caso de la Señora de Todos los Pueblos, que se apareció entre los años 1945 al 49 en Holanda a Ida Peerdemann en Amsterdam. A lo largo de todas las apariciones y entre los distintos mensajes que le dio a la vidente, la Virgen María se le apareció con una cruz detrás de su figura, signo inequívoco que hace referencia al papel activo en la pasión de Jesús, y que le pide que divulgue varios mensajes, entre ellos que acuda al Papa para reclamar que se apruebe ya el dogma de la corredentoría.
De manera similar reclama la aprobación del dogma la Virgen Nuestra Señora de Akita, en Japón. En el año 1975 la estatua de esta Virgen, que era copia de la anteriormente citada, tuvo una serie de lacrimaciones que se relacionaron con su sufrimiento por los pecados de los hombres y por la pasión de su hijo Jesús. Más tarde, en 1981, y por si no había quedado claro su mensaje, la propia Virgen le habla a una de las monjas del convento donde está la estatua, sor Agnes Katsuko Sasagawa, y le indica que lloraba para que todos entiendan cuál es la verdad de la corredentoría mariana. Los cultos a ambas vírgenes fueron aprobados por la Iglesia Católica.
Como aparición famosa en Europa se puede citar, entre otras muchas, a la famosa Virgen de Medjugorje en Bosnia-Herzegovina que, al igual que en Fátima, también apareció en medio del clima comunista de la época en la Yugoeslavia del año 1981. Se presentó a sí misma como “Reina de la Paz” y hace un llamamiento a ésta misma entre todos los hombres. Estas apariciones están todavía por aprobar ya que el propio Obispo de la zona no las admite como verdaderas, a pesar de los supuestos milagros que se han producido y la cantidad de conversiones que se han realizado gracias a ella. Para ello argumenta que: “era “una figura ambigua”; una figura femenina que “se comporta de manera muy diferente de la verdadera Virgen”.
“Se ríe de manera extraña, a ciertas preguntas desaparece y después de nuevo retorna; obedece a los ‘videntes’” y “no se sabe con seguridad por cuánto tiempo aparecerá”. Además se da la curiosidad de que uno de los videntes afirma haber visto “temblar” las manos de la Virgen y en la cuarto día de las apariciones la imagen desaparece de la vista de los chicos porque pisan por dos veces su velo. En el sexto día, una doctora presente en las apariciones pregunta si la puede tocar, cosa que hace cuando los videntes le confirman el permiso y entonces la imagen desaparece y al cabo de un momento reaparece.
¿No os recuerda todo esto a algún tipo de holograma…?
APARICIONES EN PRADO NUEVO, EL ESCORIAL, MADRID.
El 14 de junio de 1981 se le apareció la Virgen a Amparo Cuevas en el Escorial. Se le presentó como la Virgen de los Dolores y le pidió la edificación de una capilla para meditar sobre la Pasión de su hijo (recordemos el quinto dogma a conseguir).
Si se hace así, el agua de la fuente al lado del árbol donde tiene la aparición, sanará a los que vayan allí. Amparo recibe muchos mensajes de Jesús y de María durante veinte años, pero uno de ellos en particular fue el que llevó al entonces arzobispo de Madrid, Ángel Suquía en 1985, a declarar que las apariciones no son sobrenaturales. Dicho mensaje es éste, recibido el 7 de abril de 1990 de Jesús: “…Cuando los hombres me reconozcan el poder que tengo, aplacaré mi justicia.
Quiero que se reconozca a mi Madre como Madre de la naturaleza Divina, no como los hombres la reconocen sólo como Madre de la naturaleza humana.”
Ese reconocimiento de que la Virgen María sea no sólo madre de la persona física de Jesús, sino también de su parte divina, es un error dogmático que hace sospechar a la Iglesia de estas apariciones. Aunque también podemos explicar que hay expertos que indican que cuando una aparición es verdadera existe cierta intervención del demonio, quien intenta influir en ellas para que pasen por falsas.
El equipo de Más de Misterio estuvimos visitando el lugar el pasado día 3 de junio de 2017 con la simple intención de percibir el ambiente allí reinante.
La primera impresión que da el lugar es de recogimiento y mucha devoción por parte de todos los asistentes a los que vimos rezar el rosario al pie del árbol donde se produjeron las apariciones.
Posteriormente se celebró una misa previa al día de Pentecostés que era el domingo siguiente y a la que los devotos asistieron con total entrega, en el mismo clima de devoción que antes, a pesar del tremendo calor que tuvimos que soportar ya que, en la reducida capilla, aunque no por eso menos espléndida, sólo estaban los sacerdotes, monaguillos y las Reparadoras, mujeres que aspiran a conseguir algún día el permiso del Vaticano para instituirse en orden religiosa.
Se produjeron largas colas para comulgar y durante todo el servicio al menos dos sacerdotes que teníamos a nuestra vista estuvieron confesando.
Todo esto se realizó en los alrededores de la capilla, expuestos todos los peregrinos a las inclemencias del tiempo.
El fervor a la imagen de la Virgen de los Dolores se palpaba en el ambiente, imagen que procesionó desde el árbol de las apariciones hasta la capilla y, una vez terminada la misa, hasta la iglesia que está en una parcela cercana.
En aquella nave es donde los fieles pueden adquirir todo tipo de merchandasing para llevarse, incluida el agua de la fuente milagrosa que, dicho sea de paso, se puede beber también gratuitamente por cualquier persona directamente de la misma.
CONSLUSIONES.
Existen muchas más apariciones marianas, incluso modernas, y en todo el mundo. Tenemos que tener en cuenta que, en primera instancia, cuando se produce una, la aprobación depende del obispo local. Una falta que esta aprobación tampoco significa necesariamente que la Iglesia la considere falsa, simplemente está en estudio por parte de la comisión a la que se le asigna el caso, a veces durante años.
Existen así mismo apariciones muy famosas en las zonas de cristianismo no católico, como las de Zeitun, en Egipto de 1968 a 1970, sobre una iglesia copta, o las de Assiut, también en Egipto en el año 2000.
Tenemos que recordar que la figura de la Virgen María ocupa un lugar significativo en las creencias musulmanas, ya que, a pesar de que consideran a Jesús solamente en la categoría de profeta, ella es considerada como una mujer santa, digna de seguir su ejemplo por todos los creyentes porque creyó en la veracidad de la palabra de Dios (Corán 66,12).
Y aquí nos viene a la memoria el dogma buscado por la Iglesia Católica de la corredentoría relacionado con el Fiat de la Virgen. La sura 19 está consagrada a María y a narrar sus virtudes.
Explica el texto sagrado que la madre de María, Hannah, se consagró al servicio del templo de Jerusalén, tal como correspondía a la gente del linaje de David. Cuando concibió un hijo, se entristeció porque era una niña y no un varón, pero Dios le reveló que esa niña estaba consagrada a Dios (Corán 3,35-36). Por esto, el Islam proclama que María y Jesús estaban exentos de pecado.
En el décimo-noveno capítulo del Corán, existen 41 versos sobre Jesús y María. Hay tal defensa a la virginidad de María aquí, que el Corán, en su cuarto libro, atribuye la condenación de los judíos a la monstruosa calumnia de ellos contra la Virgen María.
Singulares también son las apariciones de la Virgen de la Salud de Vailankanni, en la India. Allí se apareció la Virgen en el año 1580 a un niño hindú que llevaba leche.
Le pidió un poco para su hijo, el niño que llevaba en brazos (recordemos los dos primeros dogmas que había aprobados hasta la fecha), cosa que el niño le concedió aún a sabiendas de que le iban a regañar cuando llegase a casa de su amo.
Así ocurrió, pero la Virgen realizó el milagro de rellenar el recipiente con la leche que faltaba ante los ojos del amo del niño.
En el lugar de la aparición se levantó una capilla católica que fue remozada en el s. XVII por unos marineros portugueses que naufragaron cerca de allí y que encomendaron sus vidas a María, quien se las salva para que reconstruyan la iglesia.
Allí acuden anualmente 20 millones de peregrinos de toda la India y el sureste asiático, en su mayor parte hindúes y musulmanes.
Llegados a este punto y después de vistos todos los dogmas marianos, nos preguntamos la razón de que la Iglesia Católica haya emprendido esta apresurada carrera por ensalzar la figura de la Virgen María y dotarla de numerosas atribuciones, sobre todo en los últimos tiempos en que parecen haber pisado a fondo el acelerador de la carrera dogmática y de la que parece no haber meta hasta que se llegue a la “casi” igualdad de María con la figura de Jesús.
Hay que tener claro que el dar atribuciones a la Virgen es una bofetada al ecumenismo que, como hemos dicho ya anteriormente, es un intento de acercamiento entre las distintas confesiones cristianas.
Algunas corrientes dentro de la Iglesia, como por ejemplo en Asia, piden abiertamente la aprobación de nuevos dogmas para reforzar el culto católico en los países de la zona, así como para atraer también a los creyentes de otros cultos como el hindú, al que le resultaría más atractiva esta imagen mariana semidivinizada, o incluso musulmanes, volviendo de este modo a repetir la Iglesia el mismo modus operandi que usó en los primeros siglos, solapando a su conveniencia los cultos existentes con el suyo.
Tampoco estaría de más recordar el gran negocio que suponen los cultos de las distintas Vírgenes en los lugares en que se llevan a cabo y que benefician tanto a la Iglesia como a la sociedad de la zona.
¿Es simplemente por esto, por la parte económica, por lo que la Iglesia fomenta unas apariciones y aprueba dogmas ad hoc, y en otros casos los deja sumidos en un eterno estudio?
¿O quizás este abierto cambio en la concepción mariana refleja que la vieja Iglesia Católica está intentando renovarse y subirse a este nuevo carro del paradigma de la Nueva Era, suponiendo que sea esto a lo que se refieren las apariciones cuando hablan del Final de los Tiempos?
¿Es para atraer hacia ella a un sector de la población que actualmente tiene otros cultos y para los que una imagen mariana semidivinizada sería más atractiva?
¿Es la Iglesia Católica la abanderada de este cambio de era y está empezando a usar ya la figura mariana de acuerdo a sus intereses de futuro?
¿Es este Final de los Tiempos realmente sólo un cambio de paradigma de la Era Piscis a la Acuario o realmente la Virgen nos está prediciendo un final del mundo que no queremos ver?
Podéis descargaros un podcast en Ivoox del programa de radio de Planeta Incógnito al que nuestro grupo asistió como invitados para tratar de este tema y a los que, desde aquí, queremos agradecerles la oportunidad que nos dieron para exponer nuestros argumentos.
Grupo MdM.
Bibliografía y fuentes:
El corazón de María: Fátima y Pontevedra. Autor: José Luis de Urrutia. Colección: Apariciones Marianas. 1989.
Medjugorje, Kibeho, S. Nicolás y La Codosera. Autor: José Luis de Urrutia. Colección: Apariciones Marianas. 1989
Las apariciones de la Salette. Autor: José Luis de Urrutia. Colección: Apariciones Marianas.
Guadalupe: México y España. Autor: José Luis de Urrutia. Colección: Apariciones Marianas. 1989.
Meditaciones sobre la Santísima Virgen María. Autor: Ildefonso Rodríguez Villar. 1951.
El mensaje de Fátima en Pontevedra. Autor: Joaquín María Alonso. Ed. Sol de Fátima. 2010.
Apariciones de la Virgen María. Autor: Esperanza Ridruejo. 1994.
Las apariciones de la Virgen. Autor: Tino la Spada. 1984
El Ave María: Lo femenino y es Espíritu Santo. Autor: Leonardo Boff. 1987.