Tras el ingreso de Rumanía en la UE y en la OTAN, regresaron las ambiciones territoriales de este país, esta vez dirigidas contra su amigo tradicional, Serbia. En una entrevista a Sputnik, los expertos plantearon las posibles causas y secuelas de tal comportamiento de Bucarest.
La ‘Gran Albania’ es inalcanzable sin apoyo occidentalUn antiguo refrán rumano dice: "Rumanía tiene solo dos amigos, Serbia y el mar Negro". Ni siquiera en la época de la Segunda Guerra Mundial los rumanos pretendieron ocupar partes de Serbia. Pero ahora las cosas están cambiando y las nuevas ambiciones de Rumanía aparecen en su agenda.
En Rumanía hay quienes insisten que todos los pueblos valacos —conjunto de poblaciones romanizadas en los Balcanes que habitan partes de Serbia, Bulgaria y Macedonia— son rumanos, aunque la mayoría de ellos no está de acuerdo. Esta afirmación es usada para justificar las ambiciones territoriales rumanas.
La Iglesia ortodoxa rumana también se ha convertido en una de las herramientas de estos planes: sus actividades 'no canónicas' en otros países de los Balcanes ya parecen habituales.
A la luz de la ampliación de la OTAN y la UE, varios de sus nuevos miembros, incluyendo a Rumanía, pensaron que llegó la hora de quitar todo a sus vecinos debilitados que no forman parte de dichas entidades, opina el publicista Vladímir Dimitrijevic.
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"Lo más probable es que Rumanía, al entrar en la UE y la OTAN, decidió que sus viejos amigos ya no importan, decidió que está protegida y que tiene nuevos amigos, así que comenzó a portarse de manera inadecuada en relación a sus socios y aliados tradicionales", dijo el analista Dragomir Andelkovic.
"Serbia se ha convertido en la nueva víctima de Rumanía. Rumanía empezó a imponer 'la cuestión valaca' a Serbia como un requisito para su ingreso a la Unión Europea, y el único que ha inventado el llamado 'problema valaco' ha sido Bucarest", prosiguió.
Según el experto, todo lo que Rumanía está haciendo no sirve para nada, especialmente en lo que se refiere a las relaciones con países que nunca antes tuvieron problemas con Bucarest.
"Es una justificación para alguna otra cosa. Hay partes que están interesadas en una desestabilización en los Balcanes y usan Rumanía como un factor de presión sobre Belgrado. En efecto, el empeoramiento de las relaciones con Serbia no sirve para los intereses de Rumanía", considera Andelkovic.
El analista añadió que esto también debe explicar qué precedió a los intentos de la expansión de la Iglesia ortodoxa rumana.
"Al socavar las posiciones de Serbia como un amigo viejo y fiable [de Rumanía], ellos ponen en peligro su propio futuro, porque la situación actual en el mundo no va a durar tanto tiempo como creen los estrategas de la UE y de la OTAN", concluyó el entrevistado.
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