Pablo Gonzalez

Donbass: Otro peligro para la población civil

A causa de las acciones del Ejercito Ucraniano, Donbass se encuentra al borde de un desastre humanitario que afecta a personas a ambos lados de la línea del frente. 400.000 personas, tanto en la RPDL y en la parte de Donetsk bajo control ucraniano, han quedado sin suministro de agua ante el calor del verano.

En Dokouchaevsk ya se ha decretado la situación de emergencia y en el Donbass “ucraniano” se planean medidas similares.

El primer presagio del apocalipsis del agua en Donbass llegó el 2 de junio. En ese momento, la batalla hizo que tuviera que detenerse el trabajo de la Planta de Filtración de Agua de Donetsk. 

Los bombardeos dañaron el tendido eléctrico y la planta se quedó sin electricidad. Durante varios días, las autoridades de Donetsk y los representantes de Rusia en el Centro de Control y Coordinación Conjunto [JCCC por sus siglas en inglés, centro del que forman parte Rusia, Ucrania y la OSCE] trataron de establecer diálogo con el comando militar ucraniano para garantizar la seguridad. A lo largo del día 6 de junio, lo lograron. 

Los equipos de mantenimiento repararon el tendido eléctrico y el personal de la planta limpió los filtros y los depósitos de cloro. El 7 de junio, la Planta de Filtración de Agua de Donetsk volvió a funcionar. Sin embargo, la alegría fue prematura y dio paso a la espera del verdadero desastre del agua en Donbass.

El mismo día en que la planta de Donets reanudó sus operaciones, el distrito de Yasinovataya sufrió un potente bombardeo de mortero y artillería. Sobre las seis de la tarde, se vio afectado por el bombardeo el surtidor de Yuzhnodonbasskaya, situado cerca de la localidad de Vailevka. Esta estación suministra a la Planta de Filtración de Agua de Donetsk, que a su vez garantiza el suministro a casi 600.000 personas, mientras que la planta de Krasnoarmeyskaya y otras estaciones suministran agua a 400.000 personas al sur de la región de Donetsk. 

Además, gracias a estas estaciones, se suministra agua a las grandes empresas de la región, como la planta de coque de Avdeevka y la central eléctrica de Kurajovskaya. El bombardeo se prolongó durante varias horas. La noche del 8 de junio, volvió a repetirse. Por la mañana, la zona estaba repleta de proyectiles sin explotar.

El presidente del Parlamento de la RPD, Denis Pushilin, pidió a la comunidad internacional que preste atención a la situación, afirmando que infringe lo estipulado por la Convención de Ginebra, que prohíbe la destrucción de infraestructura civil como la infraestructura del agua. Pero, como ya es habitual, la comunidad internacional está ciega ante las peticiones de Donbass.

El 9 de junio estaban previstos los trabajos de reparación de la planta. Sin embargo, la parte ucraniana no ha dado garantías de seguridad para los equipos de mantenimiento ni se garantiza el alto el fuego. [Tras cuatro días de negociaciones, el 13 de junio, finalmente se pactó el alto el fuego para proceder a las reparaciones. La mañana del 14 de junio, la RPD informa de nuevos ataques en la zona]. 

A pesar del riesgo, a la vista del Ejército Ucraniano, los zapadores de la RPD consiguieron, aun así, realizar algunos trabajos de desminado. En Donbass nadie está dispuesto a esperar y contemplar. Ese mismo día, los zapadores encontraron y desactivaron más de treinta minas y proyectiles de 122mm.

Al mediodía del 10 de junio, la estación de bombeo volvió a trabajar. Y a medianoche, el lugar volvió a ser atacado por el Ejército Ucraniano. Como dijo un famoso presentador: “¿Coincidencia? Creo que no”. A consecuencia del bombardeo sufrió daños el tendido eléctrico, el edificio de la compañía y las puertas y ventanas de la instalación. Las bombas hicieron caer los árboles. La estación volvió a quedarse sin suministro eléctrico y suspendió sus actividades.

En esta ocasión, el suministro de agua de Dokouchaevsk, bajo control de la RPD, se ha detenido por completo. Las tropas del Ministerio del Interior de la RPD han organizado el suministro y distribución de agua potable para los residentes de la ciudad. A 12 de junio, se habían distribuido más de cincuenta toneladas de agua. La ciudad ha declarado el estado de emergencia a nivel local.

Aún más seria es la situación en las ciudades bajo control ucraniano. Han quedado sin suministro de agua corriente más de 382.000 personas en catorce ciudades y 58 pueblos. 

Pese a las alegres declaraciones del gobernador civil-militar de la región, Pavlo, Zhebrivskiy, aún no se ha organizado la distribución de agua potable para la población y agua para las empresas. Es más, las botellas de agua desaparecen de las tiendas. Los residentes de las “deshidratadas” ciudades así se lo han comunicado al gobernador en las redes sociales.

Actualmente, la región “ucraniana” de Donetsk valora la posibilidad de decretar el estado de emergencia [la tarde del 13 de junio se decretó en Avdeevka por la falta de gas].

Si las estaciones de bombeo no son reparadas [o si la situación se repite, como viene sucediendo en los últimos meses], los residentes de Donbass a ambos lados de la línea del frente se enfrentan a un desastre humanitario cuyas consecuencias no se pueden predecir.

 Sin embargo, el Gobierno ucraniano parece estar dispuesto a ello y a hacer cualquier cosa para volver a presentarse, a ojos del mundo, como la víctima. Especialmente en vísperas de la cumbre del G-20 de Hamburgo, importante para Rusia.

https://slavyangrad.es/2017/06/14/otro-peligro-para-la-poblacion-civil/

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