Pablo Gonzalez

Chelsea Manning, soldado que quería mejorar el mundo.

El 5 de enero de 2010 el entonces soldado estadounidense Bradley Manning, que trabajaba como analista de inteligencia cerca de Bagdad, descargó 400.000 archivos sobre la guerra en Irak, dando comienzo a una odisea política y personal que este miércoles puede cerrar su capítulo más traumático, cuando salga en libertad.

El 8 de enero de ese año, Manning descargó otros 91.000 archivos sobre el conflicto en Afganistán, copió todos los contenidos en un disco compacto y se preparó para ofrecerlos al Washington Post y al New York Times.

“Artículos de significación histórica de dos guerras, Irak y Afganistán, actividad significativa entre el 1 de enero de 2004 y el 31 de diciembre de 2009, extractos de documentos del Departamento de Defensa (…) estos artículos ya han sido limpiados de cualquier información que pueda identificar las fuentes”, escribió Manning en una nota inicialmente destinada al Washington Post.

Y agregaba: “Ustedes deberían guardar esta información por 90 o 180 días para su mejor distribución de una gran cantidad de datos a una gran audiencia y para proteger a la fuente (…)

 Este es uno de los documentos más significativos de nuestro tiempo, pues remueve la niebla de la guerra y revela la verdadera naturaleza de la guerra asimétrica del siglo XXI. Que tengan un buen día”, concluía.

Por distintas razones, ninguno de los dos diarios tomó la información, que fue finalmente ofrecida al portal WikiLeaks.

El contenido más notorio fue un video, titulado “Asesinato colateral”, con filmaciones captadas por la tripulación de un helicóptero militar estadounidense mientras disparaba a un grupo de civiles en una calle de Bagdad, incluso mientras otras personas que se encontraban cerca intentaban rescatarlos con una camioneta.

Dos de los blancos iniciales del helicóptero eran periodistas de Reuters, mientras en la camioneta que intentaba socorrer a los heridos viajaban dos niños, que también sufrieron lesiones.

La filmación incluía los comentarios de los soldados, y sus risas; las bajas fueron reportadas luego como de militares en combate.

En la masa de materiales filtrados por Manning había 470.000 informes de acciones bélicas en Irak y Afganistán y 250.000 cables diplomáticos del Departamento de Estado.

Manning cometió el error de comentar con un hacker conocido sobre su acción, y este terminó denunciándolo.

MÁS DE 20 DELITOS

Arrestado el 27 de mayo de 2010, en marzo del año siguiente la justicia militar lo acusó de 22 delitos, incluyendo el de “ayudar al enemigo”, cuyo castigo es la pena capital.

Manning se declaró culpable de los 10 cargos menos serios e inocente de los demás.

El juicio por esos cargos comenzó el 3 de junio de 2013 y el 30 de julio de ese año fue considerado culpable de 17 de esos delitos y de otros cuatro que se sumaron, pero obtuvo sobreseimiento de la acusación más grave, la de ayudar al enemigo.

Se le impuso poco después una pena de 35 años de prisión en los pabellones disciplinarios de máxima seguridad de Fort Leavenworth, en Kansas (centro de EEUU).

Apenas conocido el castigo, la defensa de Manning emitió un comunicado explicando que su cliente era una mujer y añadiendo una breve nota firmada por ella: “Quiero que todos sepan mi verdadero nombre. Soy Chelsea Manning. Soy mujer”.

Manning venía atravesando una odisea personal, relacionada con la tensión que le producía no poder asumir su identidad femenina, según allegados y abogados.

Las condiciones de su reclusión, sobre todo antes del comienzo del juicio, en una celda muy pequeña y en confinamiento solitario, solo agravaron su fragilidad mental y hubo noticias sobre su estado de depresión e incluso algún intento de suicidio.

También se conoció su lucha para cambiar su identidad de género y acceder a cirugías de cambio de sexo.

Finalmente, el 17 de enero de este año, apenas tres días antes de dejar el cargo, el presidente Barack Obama conmutó casi toda la pena de Manning, reduciéndola a solo cuatro meses más, que se cumplirán este miércoles.

Al explicar sus razones, Obama sostuvo que el castigo de 35 años fue “muy desproporcionado respecto del que recibieron otros informantes”.

Los documentos que Chelsea Manning filtró sobre Irak revelaron numerosos abusos y torturas a prisioneros y hasta 15.000 muertes de civiles que nunca fueron reportadas.

Cuando enfrentó al juez en la corte, pidió perdón por haber dañado a Estados Unidos, y explicó que solo quería “cambiar el mundo para mejor”
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Sputnik Novosti

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