El activista y analista político Carlos Martínez, en un artículo publicado en la columna editorial Op-Edge, sostiene que muchas personas en Occidente están preocupadas por el aumento de la tensión en la península coreana no por "el militarismo insano" de Donald Trump, sino por el líder norcoreano Kim jong-un.
"Tal posición es irracional, anti histórica y está enraizada en gran medida por el engaño de los medios y la anticuada moda racista del llamado peligro amarillo", explica el autor.
Para exponer su argumento, el analista plantea un repaso histórico, señalando que "la República Popular Democrática de Corea nunca ha invadido ni bombardeado ningún país, mientras que Estados Unidos ha bombardeado e invadido decenas de naciones, entre ellas Siria, Libia, Irak , Irán, Yugoslavia, Granada, Nicaragua, Vietnam, Laos, Camboya y sí, Corea".
Presencia nuclear como método de disuasión
A su vez, Martínez recuerda que la guerra llevada a cabo por EE.UU. y sus aliados contra Corea del Norte entre 1950 y 1953, trajo aparejada la muerte de al menos el 20 % de la población y la destrucción de sus principales ciudades.
"Desde ese momento, Corea del Norte ha vivido cada día bajo la amenaza de una aniquilación nuclear", asegura.
Asimismo, el analista indica que Corea del Norte ha señalado en múltiples ocasiones la idea de una "desnuclearización de la península coreana", pero que "debido a la amenaza nuclear a la que hace frente, no es en absoluto irracional que desarrolle un elemento disuasivo", señala Martínez.
Las claves para la desnuclearización de Corea del Norte
A su modo de ver, entre los pasos claves para la desnuclearización de la península coreana están:
El abandono por parte de EE.UU. de precondiciones para negociar.
La disminución del tono agresivo de la política estadounidense hacia Pionyang.
La retirada de las tropas estadounidenses de Corea del Sur.
La eliminación de la amenaza nuclear contra Corea del Norte.
Dar pasos hacia la reunificación nacional de las dos coreas.
Un desfile militar en Pionyang, 15 de abril 2017Reuters
Sin embargo, Martínez subraya que la resolución de estas cuestiones parecen "fuera de alcance", luego de tantas décadas de desconfianza. Y añade, citando a Selig Harriso, que "si EE.UU. se compromete a desempeñar el rol de un intermediario honesto y elimina lo que Corea del Norte considera una amenaza para sus fuerzas convencionales a cambio de una limitación de los misiles norecoreanos, Pionyang estaría más abierto que ahora a renunciar a la opción de las armas nucleares y a un régimen de inspección significativo".
La doble moral estadounidense
Martínez sostiene también que un posible bombardeo contra el pueblo coreano sería "imprudente e injustificable", y que todos deben trabajar para evitar la guerra.
También señala que la comunidad internacional ha condenado casi unánimemente las pruebas de misiles nucleares realizadas por Pionyang. "No obstante también debería reconocerse el doble rasero de Washington", advirtió.
Y en ese sentido, cita al general Charles Horner, exjefe del Comando Espacial de Estados Unidos, quien aseguró que "es muy difícil para nosotros decir a Corea del Norte 'ustedes son personas terribles, ustedes están desarrollando armas nucleares', cuando Estados Unidos posee miles".
Para concluir, Martínez opina que "es hora de detener la escalada de tensiones" y que todas las parte involucradas en el conflicto se sienten en la mesa de negociaciones.
rt