Pablo Gonzalez

La historia que demuestra que los prejuicios son aprendidos


Existe una historia que hace días sigue viralizándose y llamando la atención de los usuarios de redes sociales: la de Jax Rosebush, un niño de solo 4 años que vive en Louisville, Kentucky (EE.UU.). Lydia, la madre de Jax, estaba hablando con su pequeño hijo de que ya era hora de cortarse el pelo. Y fue entonces cuando al menor se le ocurrió la brillante idea de raparse el cabello, igual que su mejor amigo, Reddy Weldon (5), de manera que su profesora no pudiera diferenciar quién era quién.

“Él dijo que no podía esperar el lunes, para llegar al colegio con su corte de pelo como el de Reddy, y que su profesora no fuera capaz de diferenciarlos. Creyó que sería muy gracioso confundirla con el mismo corte de pelo”, escribió Lydia en una publicación de Facebook que ha sido compartida más de 100 mil veces.

“Aquí hay una foto de Jax y Reddy en su presentación de Navidad”, escribió Lydia en su popular posteo. “Estoy segura de que verán el parecido. Esto es prueba de que el odio y prejuicio son cosas que se enseñan. La única diferencia que Jax ve en los dos es el cabello”.



Tanto Reddy como su hermano mayor, Enock, vienen de la República del Congo, y fueron adoptados por una familia de Louisville en 2014.

 Su padre, el pastor Kevin Weldon, también se mostró conmovido por esta historia y llevó a Reddy a la peluquería para acompañar a Jax en el drástico corte.

Allí, el hombre comentó al medio local, KSLA: “Mis hijos no se parecen a mí, pero somos una familia de todas maneras. 

Compartimos el mismo apellido, nos queremos con todo, y seremos una familia para siempre”.


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