La perspectiva de la construcción del gasoducto Nord Stream 2 está provocando sospechas en Kiev de que Ucrania ya no podrá aprovecharse del tránsito de gas ruso a Europa, escribe el periodista Kenneth Rapoza en su artículo para la revista Forbes.
© SPUTNIK/ ALEXEI KUDENKO
La suma de ingresos recibidos por Ucrania a raíz del tránsito del gas ruso a través de su territorio equivale al 10% del presupuesto del país eslavo por lo que la desaparición de esta fuente se convertiría en un gran problema para la economía ucraniana, afirma Rapoza.
Esta amenaza se hace cada vez más y más evidente a medida que el gigante ruso Gazprom insiste en la construcción del gasoducto, pese a todos los obstáculos creados por Polonia.
"Es obvio para mí que si tenemos el Nord Stream 2 y extendemos el gasoducto Turkish Stream, lo que ya está pasando, eso conllevará a que el tránsito ucraniano del gas ruso a Europa se reduzca a cero", dijo el ejecutivo de la empresa ucraniana Naftogaz, Andriy Kóbolev, citado por el periodista.
Parece que los países de Europa están cediendo ante la presión de sus propias empresas petroleras, afirma Rapoza.
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Particularmente las empresas Shell y BASF consideran que el gasoducto es necesario, ya que podrá abastecer a Europa del Norte con el gas ruso.
El gasoducto Turkish Stream tiene la misma importancia para los países del sur de Europa.
De esta manera la duplicación del número de gasoductos no dejará a Ucrania esperanzas de preservar su rol de país transitorio del gas ruso.
El proyecto Nord Stream 2 prevé construir dos tuberías de gas con una capacidad total de 55.000 millones de metros cúbicos anuales que se extenderán por el fondo del mar Báltico desde la costa rusa hasta Alemania.
