Pablo Gonzalez

Ucrania: La metapolítica de la Reconquista y la línea Azov

La conferencia organizada el día 17 de diciembre en Kiev, prolegómeno al Festival de Black Metal Asgardsrei V, no se limitó al debate sobre los fundamentos del Black Metal ultranacionalista. También incluyó, en una segunda parte, una breve conferencia con la participación tanto de militantes de la ultraderecha ucraniana como de algunos de sus socios extranjeros, en particular del procedente del mundo nacionalista ruso.

Según Reconquista, esta parte de la reunión introdujo “un programa metapolítico adicional”.

La primera intervención en esta línea correspondió a Ivan Mikheev, presentado como un emigrante político y representante del Russki Tsenter o Centro Ruso, un grupo que asumió parte de las responsabilidades de la organización del acto. 

Este grupo acoge, según Reconquista, a “la oposición nacionalista rusa anti-Putin en Kiev”, con una presencia en Ucrania desafiaría “una imagen tanto ignorante como generosamente patrocinada de los nacionalistas ucranianos como peones antirrusos en una ofensiva de Occidente jugada en un tablero de ajedrez geopolítico”

El discurso de Mikheev, “Los Horizontes del Neo-Paganismo“, constituyó, según Reconquista, “una valiente aproximación” sobre las perspectivas del renacimiento actual del Heathenismo y la estrategia de su coexistencia con el cristianismo y, de forma más amplia, con las religiones monoteístas, “tolerante sólo con la condición de la tolerancia de los últimos hacia el Heathenismo, sobre todo, de aquel que adopta una forma institucional”.

 Esta aproximación no debe sorprender en la visión tercerista de un nacionalismo que no sólo desconfía de las religiones tradicionales sino que venera el neopaganismo de origen nórdico y alemán, en una línea que enlaza con la locura ideológica de Heinrich Himmler.


Iván Mikheev

En una entrevista con la web tercerista alemana der-dritte-weg, Mikheev muestra el fuerte componente racista de su nacionalismo, opuesto a la inmigración procedente de las antiguas repúblicas orientales de la Unión Soviética y a la supuesta estrategia multiculturalista y multiétnica del Kremlin. 

“Moscú está en camino de dejar de ser una ciudad blanca”, avisa el activista ruso. Mikheev también muestra su oposición a Alexander Dugin por sus tesis eurasianistas y multiculturalistas.

 Defiende en cambio un eje Berlín-Moscú-Tokio, con una Rusia alejada de toda influencia comunista. 

Su apuesta es similar a la del nacionalismo ucraniano, a favor de una Europa independiente, la restauración de la familia y el fin de la globalización y la alienación cultural.

En lo relativo al conflicto en el Donbass, el activista del Russki Tsenter manifiesta su oposición a una “guerra fratricida”, vinculando el conflicto a las mentiras y a la propaganda. 

Preguntado sobre Crimea, se cuida de comprometerse con su carácter ucraniano pero señala que está sujeta a la represión del actual Estado y denuncia la llegada masiva de trabajadores no blancos de bajo coste. 

Para un Mikheev que critica el peso de la oligarquía judía en Rusia, Maidán es la expresión de una revolución popular contra la corrupción. 

Según él, en una línea muy sorosiana, lo que teme el Kremlin es la extensión de una revolución similar en Rusia.


Olena Semenyaka en su intervención

Sin embargo, el verdadero componente metapolítico del evento fue desarrollado por Olena Semenyaka, presentada en el artículo de Reconquista sobre la Conferencia como “investigadora de la Revolución Conservadora”. 

Las pretensiones de su intervención quedaban claras en su grandilocuente título “Aristocracia del Espíritu y la Gran Reconquista Europea” (“Aristocracy of the Spirit and the Great European Reconquista). 

Tras abordar la historia del término “nobleza del espíritu”, y haciéndose eco “de los ideales elitistas, meritocráticos” discutidos Famine y Levkin, “conectó su encarnación más plena en la escala paneuropea según Julius Evola (la caballería en los tiempos de las cruzadas) a los movimientos voluntarios del siglo XX y a la misión cultural y geopolítica de la Reconquista ucraniana en marcha”.

Semenyaka tiene una larga trayectoria en la ultraderecha ucraniana. 

Tras pasar por la secretaría de relaciones exteriores del Praviy Sektor, asumió el papel de coordinadora del proyecto Reconquista Azov, además de participar en el servicio de prensa del Regimiento Azov.

 En una entrevista para la revista canadiense-francesa, Le Harfang, Semenyaka ofrece detalles sobre su currículum intelectual. Especialista en historia de la filosofía, es miembro del Club tradicionalista ucraniano y adepta de la Revolución conservadora, en particular en la versión definida por Ernst Jünger. 

Defensora declarada de la Tercera Vía, muestra su firme oposición tanto al comunismo como a la democracia liberal; tanto a la Rusia de Putin como a la actual Unión Europea, vistas ambas como entidades anti-europeas y globalistas, por tanto anti-nacionales.

La última ponencia de la Conferencia se centró, según Reconquista, en la presentación de las bases reales de la mencionada Revolución ucraniana, “los logros del movimiento nacionalista ucraniano AZOV”. 

La intervención corrió a cargo de Igor Garkavenko, “Lycurgus”. 

Poeta, filósofo y escritor, nacido en Járkov, Garkavenko es líder de la RUNA, la Alianza Nacional Ruso-Ucraniana. 

El rasgo más llamativo de su historia personal es la larga detención a la que le llevaron en el pasado acciones violentas contra organizaciones políticas y culturales ucranianas, así como el atentado contra el Centro cultural israelí de Járkov. 

Este antiguo ultraderechista pro-ruso se ha reconvertido sin embargo para propiciar, ahora, un nuevo nacionalismo. Inspirado en la visión de la Rus de Kiev, este nacionalismo de base ruso-ucraniana, se opone sin embargo a todo lo relacionado con la Rusia actual.

 La expresión de ello es su compromiso con los grupos de voluntarios ucranianos en la actualidad.


Lycurgus durante su intervención

El discurso de Lycurgus, titulado La Revolución en Europa, se centró en “los hechos militares y proyectos civiles del movimiento” Azov, así como en las iniciativas geopolíticas de su “Cuerpo Nacional”, un embrión de partido político del que Semenyaka es enlace internacional. 

Entre las iniciativas señaladas por Garkavenko destaca el proyecto geoestratégico Intermarium, concebido “como trampolín para la Reconquista paneuropea”. 

Se trata de una propuesta de bloque geopolítico y militar propio que impulsa en el este de Europa el movimiento Azov, una especie de tercera vía geopolítica por la que también podrían acabar apostando algunas fuerzas del mundo anglosajón.

La segunda parte del evento terminó con un resumen del discurso por un importante invitado letón de la conferencia, Agris Purvins, presidente de la Sociedad del General Pēter Radzins (un teórico letón de la Intermarium de entreguerras y que participó en las filas de Ejército de la República Popular Ucraniana de Petliura y de los militares del Hetman Pavlo Skoropadsky).

Como revela la fuerte presencia de invitados rusos, la Conferencia previa al Asgardsrei V contenía, tanto en su parte artística como política, ese fuerte simbolismo de Pacto entre Oeste y Este en Europa, extendido a esa parte de Rusia que se enfrenta a Vladimir Putin y apuesta por la ideología abiertamente racista, tradicionalista y del nacionalismo ucraniano de Azov.

La extensión al Este, y a Rusia, del “Pacto de Acero” es un fenómeno importante para la ultraderecha ucraniana. 

Supone que su proyecto de Reconquista en curso se orienta en dos direcciones complementarias, la europea occidental y la rusa, “cada una descansando sobre unos trampolines propios pero también solapados”. 

Si la línea de avance hacia el Oeste reposa en el proyecto Intermarium, el avance hacia el Este responde a la visión de una renovada Rus de Kiev.

 Pocas dudas quedan de que, para el nacionalismo ucraniano, su país, con Kiev a la cabeza, constituyen el centro de la nueva espiritualidad europea.

https://slavyangrad.es/2017/01/12/la-metapolitica-de-la-reconquista-y-la-linea-azov/#more-9654

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