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El pueblo mexicano destruido por Carlos Slim

Lo que hasta hace algunas semanas era la comunidad minera de Salaverna, en el municipio de Mazapil, Zacatecas (México), ahora parece una zona sacudida por una guerra o por un fuerte terremoto.

Sin embargo, no fue ni lo primero ni lo segundo, sino la minera Frisco–Tayahua de Carlos Slim, lo que destruyó este pueblo mexicano.

La batalla de la gente de Salaverna contra uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo dura ya ocho o nueve años.

 La minera siempre ha insistido en la presencia de una falla geológica en el pueblo y en la necesidad de que los habitantes locales se muden por su propia seguridad.

 Sin embargo, los vecinos denuncian que fue la minera la que con sus explosiones subterráneas ha provocado varios hundimientos en este lugar, donde pretende operar una mina a cielo abierto.

Desalojo violento

Desde que los responsables de la minera llegaron a Salaverna con un papel que advertía sobre una presunta falla geológica, los habitantes del pueblo han presentando varias denuncias, pero las autoridades no les han hecho caso.


Finalmente, la mañana del pasado 23 de diciembre la minera se hizo con la suya: policías con bulldozers destruyeron todo el pueblo; derrumbaron su iglesia, su escuela y sus más de 50 inmuebles. 

Afirman haber notificado a la población local "pacíficamente sobre el riesgo inminente de derrumbe", además de haberle ofrecido nuevas viviendas en el pueblo Nuevo Salaverna.

 No obstante, los habitantes denuncian que el desalojo se produjopor medio de violencia y amenazas.
"No nos van a sacar"

A pesar de que sus casas quedaron en ruinas, 17 familias se resisten a abandonar el pueblo.

 "Nos ha hecho, señor, tantas cosas y es el coraje que tiene de que nos hemos aguantado y que hemos estado al pie de la lucha", explica a 'Vanguardia' Micaela Zamarripa Hernández, que advierte: "no nos van sacar así nomás como así".

Los habitantes locales sostiene, además, que si la minera consigue convertir estas tierras —un centro de recarga para los mantos acuíferos— en un tajo a cielo abierto, se acabará el agua, lo que haría desaparecer a pueblos enteros.

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