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El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

¿Cómo se originó, cómo se mantiene y para qué se mantiene el ISIS?

Batallones de mercenarios, como el ISIS, destruyen países en beneficio de fortunas privadas
¿Se han preguntado alguna vez con un poco de rigor y seriedad de dónde ha surgido esa organización que se llama ISIS (DAESH según acrónimo en árabe) o Estado Islámico? 

Si lo han hecho creo que habrán llegado, al menos si se han guiado por su sano juicio, a unas cuestión ineludible: ¿cómo puede mantenerse una estructura de ese tipo desafiando a dos estados, como son Siria e Irak, y al mismo tiempo perpetrando todo tipo de atrocidades contra la población, lo que implica un rechazo de los habitantes autóctonos?

La respuesta no es complicada, aunque los medios de comunicación occidentales hacen todo lo posible por ocultarla. 

Se trata sencillamente y trágicamente de ejércitos de mercenarios entrenados, pagados y armados por los poderosos hombres de negocios y políticos que dirigen nuestras sociedades occidentales.


Varios miles de matones, completamente armados, completamente motorizados, un ejército mercenario apoyado logísticamente, no pueden caer de las palmeras datileras en Siria y en Irak, y es ridículo insinuar que emergen de la arena del desierto y se basan en pequeños recaudadores de fondos y en el reclutamiento de idiotas útiles en Europa y América del Norte.

 Sin embargo, esa es aparentemente la narrativa de la propaganda que es vendida a la población en los estados miembros de la OTAN.

(Entrevista e Christof Lehmann en F. al Khadoumi. Islamic State: Terrorism threat engineered by rogue networks in western states. nsnbc. 24.8.2013).

El ISIS, DAESH, el Estado Islámico o la denominación que se le quiera volver a darle, es un ejército de mercenarios.

Entendiendo esto podrán entender todo lo demás desde su mismo origen, que ahora vamos a relatar.

Para ello tenemos que ir a la invasión de Irak, que se llevó a gran escala en 2003, aunque ya habían destruido previamente en gran medida y debilitado este país desde 1990 con los bombardeos que se iniciaron en la Guerra del Golfo y los embargos posteriores.


Allí surgió, tras la hecatombe provocada por Washington y Londres, el ISIS, y surgió de Al Qaeda. Abu Mus’ab al Zarqawi le da en enero de 2006 un nuevo nombre a Al Qaeda en Irak, MSC (Majlis Shura al Mujahidin -Mujahidin Shura Council), con el fin de tratar de mostrarla como algo más autóctono, aunque la organización siguiese siendo una organización mercenaria y extranjera.

Después de la muerte en junio de 2006 de Zarqawi, es sustituido por Abu Hamzah al Muhajir, que como su predecesor sigue la misma política, tratar de mostrar un carácter local a Al Qaeda. Así, en octubre de 2006 anunciará la formación del Dawlat al Iraq al Islamiy (Islamic State of Iraq -ISI-, el Estado Islámico de Irak), con un supuesto líder como emir llamado Abu Umar al Baghdadi. 1.

Los llamados Registros de Sinjar, que son la base para la publicación Al Qaida foreign fighters in Iraq del Combating Terrorism Center de West Point en Nueva York y perteneciente al Ejército de los Estados Unidos, exponen y explican el flujo de miembros de Al Qaeda hacia Iraq en los años 2006 y 2007 y dichos registros comienzan poco después de la muerte de al Zarqawi.

Posteriormente este centro del Ejército de los Estados Unidos publicó una ampliación de este estudio en 2008: “Bombers, Bank Accounts and Bleedout: al-Qa’ida’s Road In and Out of Iraq.”


Es oportuno aquí que recordemos ahora la historia de cómo Estados Unidos introdujo a Al Qaeda en Irak, para luego de ahí lanzarla hacia Libia y enseguida rumbo a Siria.

La invasión del Ejército de los Estados Unidos sobre Irak, ya en su segunda fase, en 2003, tuvo unos efectos devastadores para que grupos fundamentalistas y la propia Al Qaeda pudiesen aparecer y ganar fuerza en un lugar donde antes no tenían ninguna posibilidad.

Pero esta presencia no fue una consecuencia indirecta de la invasión, sino que los propios servicios de inteligencia estadounidenses, con su embajada a la cabeza, John Negroponte y su segundo Robert S. Ford, promovieron la creación de escuadrones de la muerte en Irak, con el fin de hundir al país en el caos y de eliminar a la verdadera resistencia a la ocupación.

Negroponte tenía ya un siniestro historial creando escuadrones de la muerte en América Central en los años 80 del siglo XX. Robert S. Ford se convertiría en embajador estadounidense en Siria en enero de 2011 y enseguida empezaron a actuar estos escuadrones de la muerte también en Siria.



El mandato de Negroponte como embajador de EE.UU. en Irak (junto con Robert S. Ford) fue coordinar la embajada de Estados Unidos, dar apoyo oculto a los escuadrones de la muerte y a grupos paramilitares en Irak con vista a fomentar la violencia sectaria y debilitar el movimiento de resistencia. Robert S. Ford como número dos (Ministro Consejero para Asuntos Políticos) jugó un papel central en la embajada estadounidense en este menester.

Al Qaeda, al servicio del poder económico occidental

Cabe recordar que no fue John Negroponte quien creó estos escuadrones de la muerte en Irak, pues el fue en abril de 2004 como embajador, sino que esta labor ya había sido iniciada desde el comienzo, en un plan bien preparado, por la Administración estadounidense.

Pero la pieza más importante del rompecabezas iraquí es el apoyo encubierto de Washington a los terroristas.


Para entender mejor la violencia sectaria que asola el país actualmente, tenemos que entender lo que Estados Unidos estuvo haciendo durante la ocupación. Paul Bremer, autor de My year in Iraq, the Struggle to Build a Future of Hope [“Mi año en Irak, la lucha para construir un futuro de esperanza”, un título falso donde los haya], desempeñó un papel fundamental cuando fue Gobernador Civil de Irak en 2003 y 2004. 

Cuando se ve lo que hizo durante aquel año habría que preguntarse para quién era un futuro lleno de esperanza. Sin lugar a dudas, no para los y las iraquíes:

“Cuando Paul Bremer disolvió la seguridad nacional y las fuerzas de policía iraquíes, formó otras con mercenarios y milicias sectarias que apoyaban la ocupación.

 En realidad, el motivo principal de las muertes de la violencia sectaria los años 2006 y 2007 fueron los espantosos crímenes cometidos por estas fuerzas.

Según los Protocolos de la Convención de Ginebra, la ocupación representada por Bremer no solo no cumplió con su deber de proteger a la población del país ocupado, sino que oficialmente formó milicias y bandas armadas para ayudarle a controlar el país.

Paul Bremer cometió crímenes contra la humanidad y actos de limpieza étnica y de genocidio en Irak al atacar a miles de civiles inocentes por medio del ministerio del Interior y los comandos de fuerzas especiales.”

(Prof. Souad N. Al-Azzawi, US Sponsored Commandos Responsible for Abducting, Torturing and Killing Iraqis. The Role of Paul Bremer, 4 de enero de 2014)


En 2004-2005, el embajador estadounidense John Negroponte continuó el trabajo de Bremer.

 Con su experiencia en aplastar a la disidencia en América [Central] con la ayuda de los sangrientos escuadrones de la muerte en la década de 1980, Negroponte era “el hombre indicado para la tarea” en Irak.

Visto esto creo que ya podemos entender lo que ha sucedido después. 

Entre otras cosas porque no es la primera vez que esto ocurre, ya vimos crear a Al Qaeda en Afganistán y la vimos utilizarla posteriormente, como ocurrió en la guerra contra Yugoslavia. 

Y de este modo no nos dejemos engañar por esa insistente propaganda de los medios de comunicación, con esos nombres también engañosos que ocultan la naturaleza real de lo que hay tras ellos.

El denominado “Estado Islámico” ni es realmente islámico ni por supuesto es ningún estado, es, como hemos expuesto, una nueva denominación de Al Qaeda.

Esa organización de terroristas creada por los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Gran Bretaña, Arabia Saudí y Pakistán con el fin de atacar a la Unión Soviética en Afganistán. 

Es necesario que también recordemos los orígenes de Al Qaeda, que marcan su sentido de ser.

 Allí se invirtió por parte de las poderosas administraciones anglosajonas y las corporaciones económicas asociadas y dominadoras de ellas un ejército de mercenarios para lograr fines políticos y económicos mediante el uso de la violencia más atroz.


Las cantidades de dinero y de armamento que se enviaron a estos apodados eufemísticamente como mujahideen o “guerreros santos” fueron enormes.

Estimaciones de cuanto dinero canalizó el Gobierno de EE.UU. a los rebeldes afganos en la década siguiente varían, pero la mayoría de las fuentes indican la cifra entre tres y seis mil millones de dólares, o más. 

Cualquiera que sea la cifra exacta, esta fue “el mayor programa de acción encubierto desde la Segunda Guerra Mundial”.

El objetivo estaba claro, no era un mero ensayo, una intentona, para eso no se destinan tantos recursos

Se reclutaron mercenarios de más de 40 países, en una cifra que ronda los 35.000. 

Como ahora sucede con el ISIS. Cuando hay mucho dinero y mucha publicidad en juego consigues mucha gente, aunque sea fundamentalmente para hacer deliberadamente el mal.

Algo que es necesario recordar al mundo occidental, aunque no al mundo musulmán, es que estas organizaciones mercenarias no representan a la cultura musulmana, tan variada y tan tolerante, sino que son algo ajeno creado para dañar y eliminar la independencia de estos países respecto al sistema colonial establecido por Europa y Estados Unidos en el resto del mundo.

 No obstante, nos encontramos que el habitante occidental, tan habitualmente mal informado, suele identificar a lo que no son otra cosa que sádicos mercenarios con la doctrina más estricta del Islam.


El renombrado Instituto educacional islámico Dar al-Ifta al-Misriyya[que se estableció en 1895 en Egipto] denunció el comportamiento del Estado Islámico y organizaciones asociadas como inconsistente con el Islam y urge a los medios occidentales a cesar de designar a estos militantes como “Estado Islámico”.

 Los analistas recalcan que el IS/ISIL/ISIS se originó de redes sin escrúpulos en los gobiernos occidentales y de Oriente Medio y que son terroristas patrocinados por el estado o mercenarios.

La realidad de estas organizaciones la muestra su historia y sus hechos, claros como el agua para el que quiera verlos.

La historia del auge del ISIS [el “Estado islámico] es también la historia de los diseños hegemónicos de Estados Unidos [de sus dirigentes] en todo Oriente Medio.

La campaña de destrucción por toda Siria y por los países vecinos no es sino uno de los objetivos a los que el ISIS contribuye a servir -el otro es manipular a la opinión pública a través de amenazas terroristas preparadas por todo el mundo con el fin de crear un clima de miedo en occidente y fomentar el apoyo para extender la intervención militar directa tanto en Siria como en Irak.


A esta conclusión creo que ya debería haber llegado cualquier persona con un mínimo de información y sustancia en su cabeza. 

Pero resulta que no es el caso, como no es el caso de que muchos se preguntan cómo una organización sin ningún apoyo popular en su país o países de origen puede ir cometiendo actos de terrorismo no solo en occidente, sino en mucha mayor escala en países, que no por casualidad, son rivales del poder occidental. 

La respuesta aquí también es sencilla y obvia, pero pocos se la plantean.

Nos debemos preguntar a nosotros mismos, ¿quién realmente posee la capacidad -financieramente, estratégicamente, tácticamente y logísticamente- para llevar a cabo una guerra regional que abarca tres naciones, todo mientas se planifica y lleva a cabo ataques terrroristas de forma global desde los Estados Unidos a Australia?

La respuesta es: los mismos intereses que planificaron destruir líneas aéreas civiles de EE.UU. y provocar una guerra con Cuba en los años 1960 [se refiere a la operación Northwoods] y que llevó a cabo una extensa campaña por toda Europa durante la Guerra Fría [Gladio] para cercar a la Unión Soviética y sus simpatizantes, mientras ellos continuaban con su propia agenda política en las naciones que eran miembros. 

La respuesta es los EE.UU., la OTAN y sus aliados.


Se puede decir más alto, no más claro.

Que la potencia militar de Estados Unidos sea capaz de destruir a un estado como Irak en pocas semanas, así como lo hizo con Libia, y no sea capaz de dañar a esa organización de mercenarios tan visible de la que hemos hablado, muestra que no hay intención ninguna de destruirla, sino de utilizarla para precisamente perjudicar a los países donde la han situado y donde la abastecen con una enorme estructura logística; la que necesita ese inmenso ejército de soldados pagados para la destrucción y la muerte.

Por ello se puede ver el flujo de centenares de tráileres llevando suministros de todo tipo a los mercenarios en Siria. Parten fundamentalmente de Turquía, un país de la OTAN que el poder occidental utiliza para la estrategia de desestabilización de Siria, y también de Jordania.

Por supuesto que ustedes podrán decir que existen enfrentamientos entre Al Qaeda y el Estado Islámico, y claro que puede haberlos, son las típicas rivalidades entre bandas de matones. 

Pero todos ellos obedecen y siguen las prácticas y reglas del paramilitarismo, obedeciendo a sus protectores, formadores y financiadores.

Lo trágico de todo esto es que su función es destruir sociedades organizadas que velan por el bienestar de la gente que vive en ellas, sea en América, África, Asia o en la misma Europa (como es el caso de Gladio o de la propia Al Qaeda).


Un Nuevo fenómeno marca la realidad estratégica del mundo. Zetas, Aztecas, Mexicles, Negros, Polones, Gatilleros, Caballeros Templarios y Narco Juniors en México, Kaibiles guatemaltecos, Maras centroamericanos, Posses jamaiquinos, 

Paracos colombianos, Talibanes, Al Qaedas y Daesh del Medio Oriente y una plaga de ejércitos privados organizados como carteles, mafias y asociaciones criminales sobreviven ante los Estados constituidos, se alían a ellos, usurpan sus funciones y están en vías de destruirlos.

Y esto, por tanto, nos afecta a todos, porque quieren destruir primero la convivencia pacífica, en libertad y en tolerancia, para luego destruir la vida digna que deberían llevar las personas y someterlas a los caprichos de los gánsteres que promueven este sicariato.

 Denunciemos y luchemos contra estos bandidos que no son otros que los dueños de la economía y de la política de nuestros países occidentales.


De este modo acabaremos con el ISIS, con Al Qaeda, con los paramilitares centroamericanos y con todos esos batallones de sanguinarios indeseables al no haber más dinero, más poder y más armas para estos criminales.


Visto en : Astillas de Realidad

http://periodicodigitalwebguerrillero.blogspot.com/2016/12/como-se-origino-como-se-mantiene-y-para.html

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