Pablo Gonzalez

Argentina: Macri, Opina sobre los problemas internos de Venezuela


En su primera intervención como presidente en la apertura de la 49a Cumbre del Mercosur, Mauricio Macri generó un innecesario cruce diplomático con la República Bolivariana de Venezuela.
En su primera Cumbre del Mercosur, Macri habló sobre Venezuela queriendo reafirmar su cipayismo con Estados Unidos. 

También puso énfasis en apurar un acuerdo con la Unión Europea y la Alianza del Pacífico.

“Mauri” –como se llaman, por el nombre, entre ellos los “chetos”, y si es abreviado mejor; el más respetuoso uso del apellido, nunca- consiguió su objetivo de no pasar inadvertido en la reunión del Mercosur. 

El presidente argentino reclamó la liberación de los que, a su entender, son “presos políticos” en Venezuela (lástima que no piense lo mismo de Milagro Sala, encarcelada por el gobierno de Jujuy con su anuencia). 

En respuesta, la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, lo acusó de interferir con la política interior de su país. 

Y sostuvo que Macri había, en participación secundaria, había sido responsable de que se hubiesen liberado en la Argentina a comprometidos en delitos de lesa humanidad en la dictadura cívico-militar. 

El presidente argentino agradeció a sus pares “por el tema Malvinas”, incluido en el documento final. 

En lo económico, Macri puso énfasis en la Alianza del Pacífico y en el comercio con la Unión Europea.
Macri arribó en un jet alquilado a una complicada Asunción –en medio de una huelga general en Paraguay– para la primera cumbre de presidentes que le tocó afrontar en su mandato.

 Originalmente, tenía pensado reclamar que se le aplicara la cláusula democrática a Venezuela, pero luego de la elección en la que resultó vencedora la oposición venezolana Macri cambió de idea.

 De todas formas, se trata de una herramienta que se utiliza cuando en un país se interrumpe el orden constitucional (cosa que no ocurrió), por lo que era una jugada difícil, aun entre sus socios regionales más amigables.

El presidente argentino estaba decidido a dar un giro de 180 grados en la relación entre la Argentina y Venezuela como forma de posicionarse internacionalmente, principalmente un gesto hacia la Casa Blanca.

 Lo probó ante los otros presidentes, menos –justamente– Nicolás Maduro, quien a último momento decidió no asistir a la 49ª cumbre de jefes y jefas de Estado. 

Estuvieron, en cambio, la presidenta brasileña Dilma Rousseff, el uruguayo Tabaré Vázquez, la chilena Michelle Bachelet, el boliviano Evo Morales y Horacio Cartes, que fue el anfitrión del encuentro, en el Centro de Convenciones de la Conmebol.

“Soy muy optimista sobre el futuro de nuestro bloque al que veo lleno de oportunidades, y como un espacio para fortalecer las relaciones económicas y comerciales entre nosotros y con todo el mundo, para ayudarnos a crecer y reducir la desigualdad en la región”, dijo Macri, el primero en hablar. 

“No hemos hecho lo suficiente. 

Es tiempo de apretar el acelerador y avanzar en los acuerdos entre la Unión Europea y el Mercosur”, lapidó.

Macri reclamó expresamente “por la pronta liberación de los presos políticos en Venezuela, porque en los Estados parte del Mercosur no puede haber lugar para presos por razones ideológicas ni la privación ilegítima de la libertad”.

 “Así como quisiera aprovechar para pedir prudencia a la oposición después de los comicios, también quiero pedirle al gobierno venezolano que trabajemos incansablemente para lograr una verdadera cultura democrática en la región que incluya a todos”. 

“Llegó la hora de pedirle un poco más a la democracia: en el siglo XX superamos las dictadura y les dijimos ‘nunca más’ a los gobiernos militares, el siglo XXI nos exige audacia y compromiso por una democracia más participativa e inclusiva”.

 Y así, este audaz, creía poder seguir nadando sin mojarse el traje.

Hasta que la canciller venezolana Delcy Rodríguez, no perdió oportunidad para responderle. “Tengo que responderle al presidente Macri porque usted se refirió a Venezuela. Hablo en nombre de Nicolás Maduro y le digo que usted está haciendo injerencismo sobre los asuntos de Venezuela”.

 Rodríguez mostró fotos de una manifestación que impulsó Leopoldo López el 14 de febrero de 2014, y en la que murieron más de 40 personas. 

“Usted está defendiendo a esta persona. Está defendiendo este tipo de manifestación, esta violencia política”, le espetó a Macri, mientras le señalaba fotos de “ataques con bazookas”. 

“Si vamos a hablar de derechos humanos de forma pacífica, como pidió Macri, tenemos que hacerlo sin doble moral. No podemos defender a los violentos causantes de acciones terroristas y criminalizar las protestas sociales”, afirmó la canciller venezolana. 

“Venezuela hoy es ejemplo de derechos humanos en el mundo, no existe hoy en otro país la cantidad de programas sociales que tiene hoy la Nación”.

 “Sabemos que usted ha vetado leyes contra el trato injusto, la tortura, las desapariciones forzadas.

 Recientemente hemos visto con sorpresa como se imputaba a la querida Hebe de Bonafini”.

“Yo entiendo que el presidente Macri quiera pedir la libertad para estos violentos. Lo entiendo porque uno de sus primeros anuncios fue el de liberar a los responsables de las torturas, desapariciones y asesinatos durante la dictadura en Argentina”, fustigó Rodríguez. 

El presidente Macri ya tendría oportunidad de vengarse de la brillante canciller popular al año siguiente, donde hasta la mandó a castigar en Argentina.

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