La policía de Bruselas utilizó cañones de agua y gases lacrimógenos contra unos 7.000 militares que protestaban una decisión del Gobierno de elevar la edad de jubilación de 56 a 63 años este martes.
Los soldados protestan también en contra de un nuevo cálculo para establecer el importe a recibir de pensión.
La ley prohíbe a los militares belgas estar de huelga, aunque pueden participar en manifestaciones en sus días de descanso, como este 15 de noviembre, cuando en el país se celebra el Día del Rey.
Los sindicatos militares organizaron la última acción de protesta en el año 2002. Como medida de seguridad frente a posibles atentados el número de militares que patrullan las calles de Bruselas aumentó en 300 efectivos, hasta 1.828.
Los militares apoyan a los policías en las estaciones de trenes y otros lugares públicos en el marco de la operación Guardián Vigilante.
La agencia Belga informó que durante el día la Policía de Bruselas tres veces usó el cañón de agua contra los manifestantes, que intentaron romper el cordón policial y acercarse al edificio gubernamental donde se encuentra el despacho del ministro de Defensa de Bélgica.