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Nicaragua: ¡Septiembre negro en Nandaime!

Ricardo Morales Avilés
18 de Septiembre de 1973 del Asesinato de Ricardo Morales Avilés y Oscar Turcios Chavarría, de la Caída en Combate de Juan José Quezada Maldonado y Jonathan González Morales.


Ricardo, prisionero en la cárcel de la Aviación, en 1969.

Lo raparon como para que se avergonzara de sus convicciones revolucionarias.

Tampoco lo dejaron asistir al funeral de su madre. 

Para el maestro Ricardo Morales Avilés

Eran hombres cargados de historias, antes, no los investigaron. Ricardo Morales Avilés y Oscar Turcios Chavarría fueron fríamente asesinados.

Juan José Quezada Maldonado y Jonathan González Morales murieron en combate. ¡Entonces, cómo manejar la situación!.
 Eso irritó la pasión de Anastasio Somoza y "PUTIÓ" a Samuel Genie, Jefe de Seguridad... "Señores, qué Jefe de Seguridad tenemos", dijo Somoza en una reunión celebrada con ministros suyos en El Bunker de Managua.

Los cuatro tenían historia que no era de pasquín, sino historia de hombres que dejaron sus sandalias de educadores y obreros para calzar botas guerrilleras. Pararon en Nandaime, garganta que también visitaban mercaderes y topes.

Una patrulla GN, al mando del sargento Francisco Salguera, detuvo a Ricardo y Oscar, éstos se hicieron pasar por comerciantes y ofrecieron dinero a Salguera; él, sargentón de pueblo, cultivador de mañas y vicios no aceptó y los encarceló.
 Luego enrumbó a una vivienda donde creyó estaba atestada de valiosa mercancía.

La casa estaba a cinco cuadras del comando. Salguera golpeó con violencia en compañía del cabo Ruiz José Ángel, el telegrafista Guevara Basilio y los rasos Potosme José y Pérez Melesio.

Desde su interior dispararon Juan José y Jonathan cuando trataron de penetrar por la fuerza. 
Los militares murieron al instante, mientras Juan José cargó a Jonathan que salió herido y se atrincheraron en "La Montañita".

 Hubo un enfrentamiento desigual entre los dos muchachos contra decenas de GN auxiliados de helicópteros y tanquetas. 
Oscar Turcios Chavarría
 
Después volvieron a la cárcel para rafaguear a Ricardo y Oscar.

Iracundo, Tacho regañó "arrecho" al General Genie; el Coronel Aquiles Aranda de la Oficina de Leyes de la GN se apresuró a publicar un comunicado "en los sucesos armados de Nandaime del 18 de Septiembre de 1973, perecieron cuatro elementos del Frente Sandinista"; pero los estudiantes y la población pedían una aclaración de cómo había ocurrido el asesinato de dos de los cuatro sandinistas.

Fue un rudo golpe para el FSLN, tanto así que Somoza creyó descabezar el movimiento libertador de
Nicaragua.

El golpe fue duro porque Ricardo y Oscar eran los únicos miembros de la Dirección Nacional del FSLN que se encontraban en el interior del país. Daniel Ortega y José Benito Escobar estaban en la cárcel y los restantes, Carlos Fonseca, Humberto Ortega y Tomás Borge estaban en el exterior.

 Pero la dictadura somocista y sus aliados se equivocaron porque la bandera y el fusil fueron recogidos por miles de nicaragüenses, particularmente por Pedro Arauz Palacios (Federico),
quien cayó al borde del alba.

¡MISIÓN CUMPLIDA!

¡"Misión Cumplida"!, dijeron los militares que parquearon los vehículos frente al comando de Nandaime donde esperaban otros genocidas.

Los cuatro estaban sobre la plataforma de un camión, placa C-375-11. Pobladores se arremolinaron para ver los despojos de los guerrilleros, pero los guardias fuertemente armados no permitieron que se acercaran.

Los rostros, las ropas y las botas de los valientes estaban saturadas de sangre, lodo y pólvora. 
No obstante, entre un lago bermellón, apreciaron sus rostros intactos, facciones finas y jóvenes, entre 25 y 35 años.

Una anciana, arrastrando sus pies, rompió la barrera de guardias desalmadas y "orejas" descorazonados.

Ella, rezando entre dientes -con un rosario de cuentas negras-, los incluyó en sus oraciones; luego con sus enflaquecidas manos cerró los ojos de los muchachos.

Fue duro para mí reconocer que la viejecita de cara apacible había cerrado los ojos color miel de mi maestro y amigo Ricardo Morales Avilés...

 "La Saeta Rubia" en los estadios de fútbol de pasto verde en Diriamba.

Los ojos visionarios de Ricardo se cerraron, es verdad, pero nos dejó el ejemplo de disciplina revolucionaria, de hombre tenaz, de trabajo organizado y, de poeta, muestras de cómo se trabaja una poesía trascendente.

Maestro de escuela que por su talento y capacidad impartió en primaria, secundaria y universidad. ¡Cómo ha pasado el tiempo!
Hace 44 años fue nuestro maestro en Quinto Grado en la Escuela Anexo a La Normal, fue su primer año de clases como profesor.

Los 30 mozalbetes lo consideramos más que maestro, nuestro amigo.

Pero no sospechábamos que muy pronto tomaría el camino duro de la lucha para hacer causa común con los oprimidos y desdichados.

Nunca nos hicimos la idea de que "Richard" -como solían decirle sus colegas- se convertiría en un infatigable combatiente contra la dinastía somocista y el imperialismo yanqui.

 La Escuela Normal de Jinotepe hoy lleva su nombre.

¡COMO CHICHILTOTE!

"Me fascinan los chichiltotes porque tienen colores rojo y negro bajo sus alas", nos dijo una mañana soleada que lo invitamos a un paseo campestre. 
Yo subí a un árbol de jícaro, robé unas bromelias y le dije: 
"Para mi maestra de literatura".

 Ricardo entendía nuestro lenguaje y nuestros sentimientos. Volaba como Cóndor, como pájaro rural. Hombre de trabajo en plena calle, nunca anduvo clandestino ni escribió para el instante, sino que lo hizo para la historia.

Nos dejó la frase pura, como deja el escultor las líneas puras. Pidió no hablar más con la palabra del silencio.

"Usemos la palabra como pequeño fuego que incendia la pradera -solía decir-, veo venir los cambios porque el pueblo no quiere ser el de antes, y la clase gobernante no puede ser la de antes".

En efecto, nos enseñó que había que barrer con las doctrinas holgazanas, para quitar la niebla y erguir nuestras frentes.

En Diriamba, una tarde de llovizna del 11 de Junio de 1939 nació Ricardo Morales Avilés, hijo de Manuel Morales -mecánico de banco- y Ángela Avilés -mujer preciosa de ojos dorados-.

Hizo estudios en su pueblo, Managua, México, Cuba, la Unión Soviética, Chile y otros países.

Con el seudónimo SANTIAGO inicia una de las militancias más gloriosas del FSLN.

Difundió el pensamiento sandinista escribiendo poemas conspirativos, en barrios humildes, la universidad, en la ciudad y el campo.

El 12 de diciembre de 1968 fue su primera carceleada.

Luego hubo más capturas, pisi-corres y torturas. Jamás dio una muestra de dolor, pena o arrepentimiento, y menos decir sobre el paradero de algún militante. 
Por tener un trato extraordinario para sus compañeros, por ser capaz de llorar la enfermedad de su madre, en 1969 fue ascendido a miembro de la DN del FSLN.

En marzo del 71 no le permitieron asistir al funeral de su madre.

En octubre del mismo año recobra su libertad, entonces llegó al cementerio con un manojo de rosas rojas y claveles blancos... lo vi llorar!

CRISTIANA, SOCIALISTA, SOLIDARIA!
BUEN GOBIERNO!
Atentamente.
Marvin Israel Quintero Moreno.

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