Se distinguió por ser uno de los traficantes de armas más importante del planeta.
Szymon Perski, nacido en Wisniew (Polonia) y mejor conocido como Shimón Peres, acaba de morir en Tel Aviv a la edad de 93 años.
A este extranjero invasor del territorio palestino se le considera uno de los padres fundadores del estado sionista de Israel.
Su familia hizo aliyah a Tel Aviv en el año 1934.
Desde temprana edad se enroló en la Haganah tomando parte en sus “gloriosas” actividades terroristas.
Participa de manera sobresaliente en la guerra Árabe-Israelí cumpliendo a cabalidad su función de asesino y sicario.
Israel precisaba desocupar el territorio palestino para acoger al pueblo elegido por Yahvé.
Por sus destacadas dotes organizativas Ben Gurion le encargó el papel de acelerar al máximo la carrera armamentística del nuevo estado judío. Shimón Peres era el responsable directo del programa nuclear israelí (Dimona) y el intermediario en la compra de los cazabombarderos Mirage franceses.
Israel pretendía así erigirse en potencia regional y disuadir a sus enemigos de cualquier posible agresión.
A tal punto llegó su gran amistad con el gobierno de Francia que tenía un despacho secreto en el palacio del Elíseo.
Shimón Peres fue un extraordinario relaciones publicas y forjó una profunda amistad con los más destacados líderes mundiales.
Supo mover con inteligencia las fichas de la diplomacia a favor de la causa sionista.
Gracias a este laborioso trabajo Israel ha visto legitimada su soberanía sobre un territorio ilegítimamente ocupado.
Shimón Peres ocupó importantes cargos en el gobierno de Israelí: ministro de Defensa (guerra), ministro de Relaciones Exteriores, Primer Ministro y por último presidente de Israel.
Por lo tanto es el directo responsable de las agresiones y bombardeos, ejecuciones extrajudiciales y violación de los derechos humanos que ha sufrido durante décadas al pueblo palestino.
Él ha sido la cabeza pensante del terrorismo de estado en su máxima expresión.
Peres fue quien nombró a Ariel Sharon para que comandara las tropas del Tzahal que invadieron el Líbano.
Las mismas que posteriormente cometieron la masacre de Sabra y Chatila.
Siempre permaneció en la sombra para guardar las apariencias y dar la imagen de un hombre justo y honorable.
Shimón Peres contribuyó enormemente a cimentar la alianza estratégica con el gobierno racista Sudafricano de Pieter Botha. Israel colaboró muy estrechamente en el desarrollo del programa nuclear Surafricano.
Sus diabólicos proyectos se hicieron realidad cuando en aguas del Atlántico sur realizaron una prueba atómica secreta (operación Phenix).
En el currículum de Shimón Peres hay que señalar sus relaciones amistosas con regímenes dictatoriales como los de Augusto Pinochet en Chile, Ríos Montt en Guatemala, Videla en Argentina, con D´Aubuisson de Arena en el Salvador, Somoza en Nicaragua y posteriormente con los gobiernos ultraderechistas colombianos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos. EE.UU en su ofensiva anticomunista utilizó a Israel para que asesorara militarmente y proveyera de armas a sus aliados.
Shimón Peres se distinguió como uno de los miembros más destacados del movimiento sionista mundial y ficha clave del lobby judío (que es el principal valedor de Israel en los EE.UU).
En incontables oportunidades negoció con Washington el aumento de la ayuda militar con el fin de consolidarse como la potencia más temida de Oriente Medio.
Él afirmaba que Israel es la primera línea de fuego del occidente civilizado en su enfrentamiento contra el “terrorismo islámico”
Shimón Peres ha sido en realidad uno de los mayores traficantes de armas a nivel mundial.
Un título adquirido gracias a que ejerció el papel de representante exclusivo de la industria bélica israelí -una de las más pujantes del mundo-
Astutamente intervino junto a Isaac Rabin en el proceso de paz palestino- israelí en el que pactaron con Yasser Arafat los tristemente célebres “acuerdos de Oslo” Por tal motivo obtuvo el premio Nobel de la Paz (compartido con Yasser Arafat)
Durante el tiempo que ocupó la silla de Primer Ministro dio luz verde a las más sangrientas operaciones militares como “las Uvas de la Ira” en el sur del Líbano, o los indiscriminados bombardeos contra la Franja de Gaza y Cisjordania.
Israel prepara las honras fúnebres de este “ángel exterminador”.
Seguramente a su postrer despedida asistirán los más importantes líderes mundiales y personalidades de reconocido prestigio.
Por ley hay que rendirle un merecido homenaje a tan ilustre “apóstol de la paz”.
Dirán los sepultureros que esta es una pérdida irreparable para el mundo libre que lucha por preservar los valores de la libertad y la democracia.