
Nació en Managua el 24 de abril de 1958, su vida infantil y parte de su juventud transcurrió en medio de una ciudad angustiada por la creciente violencia que representaba el régimen de Anastasio Somoza Debayle.
En ese ambiente conoció desde temprano de las acciones que los jóvenes emprendían contra la dictadura y aprendió a reconocer que ser joven era un delito potencial para los agentes de la dictadura.
En el año 1974 ingresó a la Escuela Nacional de Comercio situada en el Reparto Las Brisas de Managua, el cual quedaba cerca de su casa, pues habitaba en la Colonia Morazán.
Siendo estudiante de este centro ingresó a las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional en el año de 1977 y se le asignó la organización de una campaña de huelgas y tomas de colegios nacionales que reclamaba libertad para los presos políticos.
Los efectos de la huelga estudiantil se reflejaron en los periódicos de la época los cuales llevaron la noticia a todas partes.
Olivares se unió a la Escuadra Guerrillera Urbana Oscar Turcios. En agosto de 1977 fue partícipe de una protesta, siendo apresado por la Guardia Nacional, quienes lo torturaron salvajemente.
Tras su liberación, Olivares fue elegido como presidente de la Asociación de Estudiantes de Secundaria (AES). “Manuel Olivares era un cuadro con buen nivel de desarrollo, analítico, detallista y estudioso, se distinguía por su capacidad de dirección”, expresó César Sediles en entrevista con Mónica Baltodano.
La noche del 18 de septiembre de 1978, Manuel se encontraba en el sector de Las Palmas junto a sus compañeros Urania Zelaya, Rolando López, Marcos Sequeira, Valentín Barrios, René Herrera, Alma Nubia Baltodano, César y Mariano Sediles, para un ataque a un Jeep BECAT de la G.N., pero fueron delatados por un desconocido quien dio el aviso, lamentablemente, Manuel de 20 años, y algunos de su escuadra, cayeron en combate, sobreviviendo César Sediles y Alma Nubia Baltodano.