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Algo sucio y vergonzoso


Se acaba de publicar un artículo de Jonathan Cook titulado “The dark secret of Israel's Stolen Babies”, con el cual aunque muchos tiemblan ante la atrocidad, ninguno se atreve a emitir públicamente ninguna condena por temor a las represalias.

Por fin Israel desde la impunidad que le garantizan sus bombas atómicas y la OTAN, reconoce que efectivamente han cometido esos crímenes y se aclara que de forma selectiva, secuestran los hijos de familias judías árabes o de origen humilde para darle una formación más acorde con los propósitos del estado judío, los niños serían formados por otros padres como sionistas.

El origen árabe o pobre de la población se ve por la élite sionista como una amenaza para sus propósitos de dominación cultural. Recordemos que el 80% de los actuales judíos no son originarios del Medio Oriente.

Un gran número de árabes judíos cuando regresaron a Israel fueron utilizados contra los palestinos pero también fueron considerados un problema porque corrompían el nuevo estado sionista culturalmente. Por eso se les quitaban los hijos para ser criados por sionistas de línea dura.

Todo era un secreto, pero conocido por legisladores, las autoridades y los jueces en una gran conspiración sobre lo cual nada se podrá hablar hasta después de 2071 cuando la justicia ya sea imposible.

Lo curioso es que el crimen no era contra los palestinos condenados al exterminio, se trataba de robarle a su propia gente, judíos que llegaban a Israel con la promesa de que allí encontrarían un santuario de paz y justicia y así perdían su herencia familiar.

Esta actividad está considerada por la ONU como genocidio pero esa organización, que es también cómplice de los crímenes sionista desde su fundación, permanece en total silencio. Se da por hecho que para los países patrocinadores de Israel todo era conocido.

Al fin se sabe donde surgió la criminal idea de la desaparición de niños que se aplicó por las dictaduras en países como España y Argentina y otros muchos que lo callan por temor o asco de sí mismos.

Antonio González

Publicado por JM Álvarez

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