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Miguel enriquez volvio para combatir a los esbirros de la dina


Miguel, su compañera Carmen Castillo y Humberto Sotomayor se enfrentaron nuevamente a los sicarios dirigidos por el criminal Krassnoff Martchenko

El hecho acaeció en la mañana de éste martes 26 de julio, en la casa que fuera celeste de calle Santa Fe 725, comuna de San Miguel, en medio de una reconstitución de escena ordenada por el ministro en visita de la Corte Suprema Mario Carroza.

 La diligencia estaba orientada a confirmar o descartar el hecho que Miguel hubiera sido asesinado o rematado sin más luego del enfrentamiento que mantuvo con una horda de asesinos de la Dirección de Inteligencia Nacional DINA, de carabineros, de la policía de investigaciones y del ejército.

Desde antes de las 9:00 se iniciaron las acciones a fin de realizar la reconstitución del choque armado -ocurrido el sábado 5 de octubre de 1974- y esclarecer la causa última de muerte del entonces secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR, quien cayera con las armas en la mano enfrentado a los mismos canallas que se habían hecho del poder -mediante un golpe de Estado- casi 13 meses antes.

Por parte de los integrantes del MIR y de la Resistencia Popular que se encontraban aquel sábado 5 de octubre en el sitio del suceso, participó Carmen Castillo Echeverría, en ese momento compañera del dirigente revolucionario, quien viajó a Chile desde Francia para relatar su testimonio. 

También lo hizo Humberto Sotomayor, alto dirigente del MIR y que logró escapar luego del enfrentamiento.

 Otro tanto realizó Cecilia Jarpa, quien asistió en tristes condiciones aquella vez, por cuanto había sido conducida al lugar en condición de detenida por la DINA y había sido torturada salvajemente a fin que denunciase la casa donde se ocultaban clandestinamente Miguel y su compañera, además de algunos miembros de la dirección de la organización revolucionaria.

Por parte de los esbirros de la policía política de la dictadura cívico-militar, participó en la diligencia legal el que fuera jefe de dos grupos operativos de la DINA (Halcón 1 y 2), Miguel Krassnoff Martchenko, un asesino desalmado que se encuentra condenado por violaciones a los derechos humanos por casi 400 años. 

También concurrieron Teresa Osorio Navarro, una ex agente de la DINA; el chofer de uno de los vehículos de la DINA, Rodolfo Concha Rodríguez; y debido a su mal estado de salud, otro de los tiradores de la DINA vivo, Rufino Jaime Astorga, no asistió a la diligencia, pero se leyó su declaración.

Los otros “dinos” involucrados –y muy conocidos-, Marcelo Moren Brito y Osvaldo Romo, están muertos.

Funcionarios de la PDI personificaron a los personajes restantes.


El chacal Krassnoff dándoselas de héroe

El ministro Carroza aseguró que se logró el objetivo de la diligencia. 

Sin embargo, recalcó que no hay que sacar conclusiones apresuradas, sino que evaluar los antecedentes del caso en proceso.

 “Estamos en sumario, tengo que tomar las determinación, saber si efectivamente hay responsabilidades y si no tendré que tomar otra decisión, pero se debe adoptar con calma y bastante prudencia”, sostuvo.

En tanto, la presidenta de la Asociación de Ejecutados Políticos (AFEP) Alicia Lira señaló que sí hubo disparos por parte de Miguel y sus compañeros fueron en defensa propia ante el inmenso y mortífero operativo montado por la DINA.

 Además, comentó que a su parecer la actitud adoptada por Krassnoff durante esta mañana reflejaría la falta de arrepentimiento por los crímenes cometidos en la dictadura. 

“Va quedando demostrado el aparataje para llegar al sector, incluso secuestrando a una mujer, metiéndola a una casa para sacarle información (…) Krassnoff durante toda su declaración poco menos que estaba disfrutando nuevamente un espectáculo. Entonces, se ve que no tienen ningún grado de arrepentimiento y lo ven como algo normal”, señaló.

La verdad del enfrentamiento del 5 de octubre de 1974

Si bien el ministro Carroza expuso que hay antecedentes respecto a que Miguel pudo haber sido ser detenido y luego ejecutado en el lugar por los agentes de la DINA, la verdad es que el líder del MIR se enfrentó sin bajar la guardia y hasta morir frente a sus enemigos, puesto que le asistía la certeza que -de caer en las garras de las fuerzas dictatoriales- igualmente sería asesinado.

Pero señalemos los hechos reales que se vivieron aquel trágico 4 de octubre, que acarrearon la pérdida de un valioso líder de la causa popular y revolucionaria en el Chile bajo dictadura.

Cerca de las 13:00 del 5 de octubre de 1974, Carmen Castillo llegó hasta la casa donde se refugiaban junto a Enríquez y Humberto Sotomayor desde hacía menos de un año, ubicada en la calle Santa Fe 725, San Miguel.

Los dirigentes del MIR, a los acompañaba en la ocasión José Bordas Paz, el Coño Molina, quemaban documentos y tenían sus armas a la mano: autos sospechosos habían merodeado por la casa durante la mañana.

En efecto, al sector llegaron tres vehículos. En uno de ellos llevaban a Cecilia Jarpa, enlace de Miguel Enríquez, torturada y amarrada. En los otros autos iban, entre otros, Moren Brito, el teniente Miguel Krassnoff, y el agente civil Osvaldo Romo.

 Con el tiempo, los tres quedarían registrados entre los agentes más crueles, a pesar de que los dos primeros se intentaron siempre mostrar como meros “analistas” de la DINA.

 Minutos más tarde, la tropa de dinos abría un nutrido fuego contra los resistentes que se encontraban al interior de la morada de la calle Santa Fe.

 Sin embargo, los sicarios encontraron una dura respuesta armada desde su interior, por lo que tuvieron que solicitar refuerzos (que llegaron a las 14:00): más agentes, de la misma DINA, de carabineros, uniformados, más vehículos, una tanqueta y la participación de un helicóptero.

Pasados unos veinte minutos desde el inicio del intercambio armado, esquirlas de una granada hirieron a Carmen Castillo en varias partes del cuerpo –quien quedó seminconsciente y con una profusa hemorragia- y una alcanzó también a Miguel.

Por el aire sobrevolaba un helicóptero. El intercambio de disparos continuaba. La refriega duró casi dos horas. Cerca de las tres de la tarde, Miguel Enríquez salió de la casa para intentar subir a un muro de la casa contigua de calle San Francisco 5959. Ese fue el momento de su muerte, alcanzado por una decena de disparos.

Carmen Castillo recuerda que algunos vecinos escucharon que Miguel gritó:“¡Paren el fuego, aquí hay una mujer herida embarazada!”. Por cierto, los represores hicieron caso omiso al llamado y siguieron disparando.

De la infernal balacera sólo salvaron con vida Sotomayor y Bordas, que escaparon por el fondo de la vivienda y luego por los techos vecinos.

Carmen quedó herida tirada en el suelo dentro de la casa. Al entrar, Moren Brito la pateó. Ella no se explica por qué la dejaron tirada y no se la llevaron.

 Había perdido mucha sangre. La DINA y los refuerzos se retiraron. Romo se llevó un recuerdo que luego comenzó a mostrar a los prisioneros en los recintos clandestinos: el reloj de Miguel Enríquez. El “guatón” Romo fue uno de los que más robó a las víctimas que iban cayendo.

Un vecino del sector, Manuel Díaz, buscó una ambulancia y llevó a Carmen Castillo al Hospital Barros Luco; eso le salvó la vida. Desde allí la DINA la llevó a la fuerza al Hospital Militar, hasta donde llegó el mismo Manuel Contreras –jefe de la DINA- y Krassnoff.

Carmen saldría del país tiempo después rumbo a Gran Bretaña donde nació su hijo, Miguel Ángel, que murió a poco de nacer debido a las secuelas de lo acontecido a su madre aquel día de octubre.

Su caída en combate encontraba a Miguel Enríquez muy joven, a los 30 años de edad, empeñado en una labor que había comenzado con la fundación del MIR, el 15 de agosto de 1965: hacer la revolución social en Chile, combatiendo sin cuartel a los enemigos del pueblo que se habían entronizado en el poder mediante un cruento golpe de Estado militar y que sometían al país por la fuera y el horror.

Como lo señalara su compañera, Carmen Castillo, Miguel cayó en un “acto de resistencia del hombre libre que combate y muere”.

¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!
¡Que la Historia Nos Aclare el Pensamiento!


Colectivo Acción Directa CAD –Chile

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