La más dolorosa, el divorcio y encontrar el camino para seguir adelante y en ascenso. La más asombrosa, enterarme de mi origen judío.
La más triste, descubrir que tres de mis abuelos habían muerto en campos de concentración (...) en el mismo instante en que me hacía cargo de la Secretaría de Estado».
Madeleine Albright acaba de presentar sus memorias en Madrid. Iba para periodista pero la carrera de su ex marido eclipsó la suya y acabó entrando en el «club» de las damas de hierro: Margaret Thatcher, Katharine Graham, Hillary Clinton...
Sus años en la Administración Clinton la llenan de «orgullo patriótico» y de reflexiones sobre la política exterior de Estados Unidos.
-¿Cuáles cree que son las consecuencias que puede traer la retirada de las tropas españolas de Irak?
-Todo el mundo quiere que termine la ocupación de EE.UU. en Irak una vez que se produzca el traspaso de poderes el 30 de junio.
Pero para ello es necesaria la cooperación internacional y la presencia en la región de las tropas de otros países.
Por motivos de seguridad, porque sin seguridad no pueden producirse progresos en la economía del país. La salida de los soldados españoles, para quien hace más difíciles las cosas es para el propio Irak.
-¿Pero confía en que pueda darse ese paso hacia una democracia pese a la caótica situación en el país?
-Bueno, creo que será muy difícil pero necesario. En unos días, el Gobierno provisional va a tener que hacerse cargo de Irak y será mucho más complicado que lo haga sin unas condiciones de seguridad, porque la autoridad de ese nuevo Gobierno es incierta.
-El 11-S cambió el mundo. El 11-M dio un vuelco a las elecciones en España. ¿La guerra de Irak tendrá efectos similares en las presidenciales de noviembre en EE.UU.?
-En la cuestión de Irak, lo que está ocurriendo ahora y lo que hemos hecho allí son asuntos primordiales para la campaña electoral... pero realmente no sabemos qué efecto tendrá.
-¿Qué cambios se producirán en la política exterior de EE.UU. si los demócratas ganan las elecciones?
-El senador John Kerry y el partido demócrata defienden con mucha más fuerza la cooperación internacional, el apoyo a otras instituciones... no estaríamos sólo pendientes de Irak. Por supuesto que seguiríamos combatiendo el terrorismo, pero tendríamos también en cuenta otros problemas como la sanidad o el medio ambiente.
-Como defensora del multilateralismo y la cooperación internacional, ¿está EE.UU. preparado para considerar a Europa un socio igualitario?
-Espero que sí, porque creo que es importante, pero también pienso que la UE tiene parte de responsabilidad en esto. Deberíamos ver a Europa como un colaborador y no como un competidor.
-¿Qué cambios cree que deben producirse en Oriente Próximo para recuperar un diálogo constructivo?
-En primer lugar, hay que encontrar una persona dentro de la cúpula palestina que pueda ser un socio en las negociaciones con el Gobierno israelí. Además, EE.UU. debe tener una mayor implicación en el conflicto y un papel más activo para acercar a las partes. Por último, es vital la colaboración de la Unión Europea.
-Habla usted del líder palestino, pero ¿qué me dice de Sharón? ¿Sigue siendo un interlocutor válido?
-Bueno, es el que ha sido elegido por los israelíes para representarlos. Si un país elige a un líder no nos queda más remedio que entendernos con él.
De hecho, Sharón ha ofrecido recientemente un plan, pero creo que tiene que entender que debe formar parte de una negociación y no de una propuesta unilateral del Gobierno israelí.
-De su trabajo como embajadora de su país ante Naciones Unidas lo único que lamenta es no haber actuado con más contundencia para evitar el genocidio en Ruanda. ¿Cree que hoy la ONU podría hacer frente a una tragedia de esas dimensiones?
-La ONU es sólo la voz de sus componentes, y depende de las acciones que puedan acometer los Gobiernos de los países que la integran. En el caso de Ruanda, lo que ocurre es que es muy fácil decir ahora lo que debería haberse hecho.
En estos momentos tenemos una situación muy alarmante en Sudán y no es frecuente que se tenga una segunda oportunidad para corregir los errores cometidos.
En Sudán, los países representados en la ONU tienen la oportunidad de demostrar que han aprendido de esos errores y que no se repetirá un nuevo genocidio como el de Ruanda.
-A su juicio, Sadam Husein debería ser juzgado en un tribunal como el creado para la antigua Yugoslavia. ¿Pero estaría dispuesto EE.UU. a que se juzgara a sus criminales de guerra (como los soldados que cometieron las torturas en las cárceles iraquíes) en una corte internacional?
-Sadam ha torturado a su gente durante años, invadido otros países, gaseado a kurdos y chiíes... en fin, tiene un amplio historial de crímenes a sus espaldas.
Para EE.UU. es una tragedia lo que ha ocurrido en Abu Ghraib pero, tal y como funciona el Tribunal Penal Internacional, si un país dispone de un sistema legal que le permite castigar este tipo de crímenes no tiene que enviar a sus ciudadanos a la Corte internacional.
-¿Considera justificado el endurecimiento del embargo a Cuba que ha impuesto recientemente el presidente George W. Bush?
-No estoy de acuerdo con la política de la Administración republicana sobre Cuba porque es justo lo contrario de lo que nosotros hicimos.
Las restricciones económicas (el envío de dinero desde el exilio en Miami) y en los desplazamientos (vuelos humanitarios, intercambios culturales o educativos) impuestas por el Gobierno hacen aún más duras las condiciones de vida en la isla, sobre todo para los disidentes, que no reciben ayuda del exterior.
http://www.abc.es/hemeroteca/historico-23-06-2004/abc/Internacional/madeleine-albright-no-sabemos-que-efecto-tendra-la-guerra-de-irak-sobre-las-presidenciales-en-eeuu_9622186729476.html#