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Turquía encuentra en Siria la vía de escape a sus problemas


El apoyo aéreo ruso ha supuesto el avance del Ejército Árabe Sirio en los enclaves estratégicos de Alepo y Palmyra.

La intervención militar de Turquía en Siria puede ser la única vía de escape posible para aliviar sus crisis internas y a la vez favorecer la balanza a favor de la oposición terrorista siria, cosa que calmaría igualmente las relaciones con Arabia Saudí y Estados Unidos. 

Los turcos pueden encontrar en la guerra de su país vecino la contención del independentismo kurdo y la posibilidad de mantener la hegemonía de la zona con la caída de Al Asad.

La aviación rusa continúa con el paulatino cese de los bombardeos a posiciones del Estado Islámico tras haber logrado los objetivos marcados antes de la intervención.

 Las acciones militares de las Fuerzas Aéreas de Rusia se produjeron a lo largo y ancho de las principales regiones donde se están sucediendo enfrentamientos armados como son las zonas de Homs, Latakia, Damasco o Alepo. 

 El apoyo aéreo ruso ha supuesto el avance del Ejército Árabe Sirio en los enclaves estratégicos de Alepo y Palmyra. 

En el primero las fuerzas terroristas rebeldes han comenzado a quedar desplazadas en una gran bolsa entre las posiciones gubernamentales de la propia región de Alepo, Latakia y Hama. (1) 

El segundo gran avance que ha logrado el EAS viene con la acometida a las fuerzas del Estado Islámico en la ciudad de Palmyra que representa el único gran enclave estratégico del desierto del este de Siria. 

La finalidad de esta maniobra de las fuerzas del gobierno sirio es separar al Estado Islámico en dos y repartirlo entre los pequeños emplazamientos de escaso valor estratégico-militar que se formaríanentre el corredor de Palmyra-Deir ez-Zor y Latakia y el propio corredor e Irak, contando con el apoyo de los kurdos sirios (ahora con un intento de federación en Rojava) (2) por el norte y el Ejército Irakí por el sur. 

Sin embargo, aunque el desarrollo de la guerra parece favorable para el bando del legítimo gobierno sirio las expectativas de victoria se puede truncar con la aparición de una nueva fuerza militar contraria a los intereses de la victoria del EAS: Turquía.


Turquía se ha convertido en las últimas semanas en un dolor de cabeza para los intereses imperialistas occidentales en Siria. 

Su política de “no-conflicto” con sus países vecinos está viéndose sustituida por un continuo enfrentamiento tanto con Europa como con los países árabes por la mala imagen dada en la gestión de la crisis de los refugiados. 

Así mismo está sumida en una profunda crisis interna agravada por la reacción represiva de gobierno de Erdogan ante el clima de inestabilidad provocado porel independentismo kurdo en el sureste del país y los sucesivos atentados terroristasdel Estado Islámico y los Kurdistán Falcons.(3) 

De este último grupo se duda su procedencia política llegando a señalar a los propios servicios secretos turcos de los responsables de su creación como grupo ultranacionalista terrorista para manchar las reivindicaciones de autodeterminación y socialismo en el Kurdistán.

Las violentas acciones policiales contra kurdos y miembros de movimientos progresistas turcos pueden sostenerse como problemas de orden interno de un país con tintes ultrarepresivos y al servicio de EEUU y la UE pero, en lo que respecta a la propia Guerra de Siria, el Estado turco no se ha quedado atrás a la hora de alimentar su mala imagen. 

No es un secreto el incesante soporte al Estado Islámico en la frontera turco-siria motivado por su alianza con Arabia Saudí, Qatar e Israel para lograr crear un viaducto de petróleo que transcurra desde la península arábiga hasta Europa y el Mediterráneo, donde Siria era el último eslabón tras la catástrofe de Irak.

 La compra de petróleo extraído en suelo sirio y el entrenamiento de mercenarios también han sido prácticas habituales entre los otomanos y el Estado Islámico. (4) 

Parece que al principio del conflicto Turquía no previó o no quiso prever la ayuda rusa al gobierno sirio, circunstancia que le ha hecho improvisar con poco margen de maniobra puesto que EEUU y Europa ya habían hecho una fuerte apuesta por los terroristas rebeldes. 

La situación se tensó aún más cuando una milicia pro-turca abatió a un avión ruso en territorio sirio.


La realidad es que el sureste de Turquía está en un estado de semi-guerra civil. Los episodios de asesinatos y torturas perpetrados por la policía hacia la población kurda son cada vez más frecuentes (5) y la oposición, con una cierta pluralidad ideológica desde el PKK socialista hasta los Peshmergas que responden directamente al imperialismo americano, crece militar y orgánicamente. 

La declaración esta pasada semana de Rojava como región federal al norte de Siria donde los kurdos podrían gozar de una mayor autonomía ha sido vista por las autoridades turcas como una seria amenaza para la soberanía de su Estado, llegando a plantearse la intervención militar en Siria, acción que perjudicaría gravemente las aspiraciones de victoria del gobierno sirio al abrirse un nuevo frente norte.

Las tendencias destructivas de Turquía tienen unas razones muy claras. La primera y más general es la agresividad y el excesivo corto plazo de sus políticas tanto externas como internas.

 La siguiente razón, ya dentro de un orden geopolítico, pasa por la constante contradicción entre sus intereses que la están llevando al suicidio. Turquía no puede autoproclamarse como principal muro de contención del Estado Islámico para después ser una de sus principales patas logísticas y a su vez sufrir atentados en sus carnes. 

Por otro lado, tampoco puede permitirse una incesante lucha contra una gran región de su propio país como es el Kurdistán y al mismo tiempo responder a las directrices geopolíticas dentro de la Guerra Limitada (6) de EEUU que desde las Guerras del Golfo ha sido el principal apoyo financiero y humano a los kurdos, sobre todo irakíes. 

La excusa de luchar contra el terrorismo kurdo ha sido utilizada por Erdogan para justificar la intromisión turca en territorios de Irak y Siria y va a seguir siendo utilizada con la declaración de la iniciativa federal al norte de Siria. La invasión turca del norte de Siria podría suponer la pulverización de un movimiento kurdo cada vez más empoderado y en expansión.

La intervención militar de Turquía en Siria puede ser la única vía de escape posible para aliviar sus crisis internas y a la vez favorecer la balanza a favor de la oposición terrorista siria, cosa que calmaría igualmente las relaciones con Arabia Saudí y Estados Unidos. 

Los turcos pueden encontrar en la guerra de su país vecino la contención del independentismo kurdo y la posibilidad de mantener la hegemonía de la zona con la caída de Al Asad. 

El rechazo temporal de la UE por la agresividad de su gobierno (7) a la inclusión de Turquía puede favorecer la intromisión en la Guerra de Siria puesto que se olvidaría de las alianzas europeas para responder únicamente ante EEUU. El único enemigo formal que le quedaría sería una Rusia reacia a otro fuerte enfrentamiento en sus cercanías tras el conflicto en el este de Ucrania y la expansión del islamismo radical en el Cáucaso.

Arturo C. Fernández-Le Gal (@ACF_LEGAL)

Publicado originalmente en: KATARAZAN

Fuente: Radio 1916

Anexos






(6) LA DOCTRINA OBAMA Y EL POR QUÉ DE LA GUERRA LIMITADA ESTADOUNIDENSE: http://katarazan.com/la-doctrina-obama-y-el-por-que-de-la-guerra-limitada-estadounidense/


http://kaosenlared.net/turquia-encuentra-en-siria-la-via-de-escape-a-sus-problemas/

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