Miembros de los Testigos de Jehová se han atribuido la destrucción de unos restos arqueológicos en el centro de México en un acto de intolerancia religiosa, informan medios locales.
El ataque se produjo en San Bartolo Tutotepec, en el estado de Hidalgo, y tuvo como objetivo el santuario Mayonikha del pueblo otomí, que tiene entre siete y nueve mil años de antigüedad.
El ataque destrozó al menos una decena de estructuras de piedra usadas como altares de las deidades otomíes, informó el portalTN8.
Algunos de los atacantes con los que habló un investigador han explicado que a la hora de hacer daño al santuario siguieron la palabra de Dios y consideraban que el culto ancestral indígena implica al diablo.
La religión otomí venera la tierra, el agua y el fuego entre otras deidades a las que hacen ofrendas.
Según la antropóloga mexicana Lourdes Báez, Mayonikha para los otomíes es igual que La Meca para los musulmanes o El Vaticano para los católicos.
No se sabe cómo los Testigos de Jehová lograron perpetrar su acto vandálico dado que el sitio está protegido por los indígenas, que solo permiten la entrada a los fieles.