Durante 10 años, el “Movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones” (Boycott, Divestment and Sanctions Movement, BDS ), se ha dedicado a desafiar a Israel a causa de su represión sobre la población palestina.
Este movimiento, tal y como indica su nombre, ha impulsado campañas de boicot, desinversión y sanciones a israel, como medida de presión y sensibilización social.
El movimiento tiene una especial fuerza en los campus universitarios, donde ejerce una continua presión sobre las administraciones universitarias para que se posiciones en contra de las políticas de Israel.
Pero como cualquier otro movimiento en un país con supuesta libertad de expresión, nadie en EEUU estuvo jamás obligado a apoyar las actividades de este movimiento.
Sin embargo, este pasado domingo 5 de junio, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, realizó un anuncio bastante alucinante:
“Estoy firmando una orden ejecutiva (decreto) que establecerá muy claramente que estamos en contra del movimiento BDS. Si alguien boicotea a Israel, Nueva York le boicoteará a él”.
La orden ejecutiva llevará al comisionado de la Oficina de Servicios Generales a recopilar una lista con cada empresa o institución privada que apoye el BDS y obligará a todas los departamentos pertenecientes al gobierno a desprenderse de cualquier acuerdo o negocio con dichas empresas u organizaciones privadas.
Es decir, el gobierno boicoteará a todas aquellas empresas que boicoteen o denuncien a Israel en el estado de Nueva York.
Andrew Cuomo
Mucha gente ha denunciado esta maniobra como una grave violación de la libertad de expresión, alegando además que el BDS es una organización pacífica y pacifista que no representa ninguna amenaza para los Estados Unidos o para Nueva York.
Sería comprensible que organizaciones simpatizantes con Israel fueran las que se organizaran para responder a los boicots de BDS y contraatacaran a nivel privado con boicots sobre las empresas que apoyan al movimiento BDS.
Sin embargo, ha provocado indignación que esta maniobra se realice desde una entidad gubernamental.
Además, en este caso, llama la atención que el gobernador de Nueva York haya impulsado esta orden ejecutiva por decreto, sin someterla a votación en el parlamento estatal.
Además, es de una insoportable hipocresía que los mismos que ataquen un boicot contra Israel, impulsen boicots y bloqueos sobre otros países esgrimiendo argumentos similares relativos a “derechos humanos”, como ha sucedido con Cuba, Rusia o Irán, por poner algunos ejemplos.
Parece que atacar a los ciudadanos del propio país que se atrevan a denunciar las actividades tiránicas, criminales o represivas de otros países “aliados” del gobierno, se está convirtiendo en una moda peligrosa en el mundo occidental.
En Alemania hemos tenido el alucinante caso del humorista Jan Böhnmermann, despedido de su trabajo en el canal ZDF y perseguido judicialmente, por realizar un poema satírico e insultante contra el presidente turco Recep Tayyip Erdogan por su flagrante represión de la libertad de expresión en Turquía, sus atropellos constantes a los derechos humanos, su vinculación con el terrorismo yihadista y sus atroces crímenes contra la población Kurda.
Resulta que en Alemania, criticar a un jefe de estado extranjero, es un delito punible, aunque sea un criminal como Erdogan.
Estos casos nos ponen sobre la pista de una tendencia que probablemente vayamos viendo desarrollarse en los próximos años: la de las élites de los países protegiéndose entre sí de las críticas no solo de sus propios pueblos, sino de las críticas y denuncias de los pueblos de los otros países. Es obvio que los mandatarios se unen y “hacen piña” contra el pueblo, con independencia de cuál sea el pueblo en cuestión.
Y es que quizás estamos viendo los síntomas del mundo del futuro; las fronteras entre estados y países se están diluyendo y pronto solo quedará en pie la única frontera que siempre ha habido y que siempre habrá: la frontera entre los que tienen el poder y los que están sometidos a él.
Los de arriba contra los de abajo, la lucha de toda la vida.
Maniobras como esta deberían clarificarnos quién es nuestro auténtico enemigo y contra quién deberíamos luchar unidos todos los pueblos…