Terroristas de diversas nacionalidades irrumpieron en la zona de Al-Bughayliyya, en especial el complejo de la universidad Al Jazeera donde se encuentran las residencias estudiantiles, con el fin de rodear y tomar el control del Hospital Nacional Al-Assad.
Desesperados por recuperar su impulso original, los líderes del EI se agarraron a un clavo ardiendo mediante la coordinación de un asalto al hospital, lleno de personal médico, estudiantes, enfermeras y pacientes, combinado con otro contra la base aérea Deir Ezzor.
Fue un día de campo para el ejército sirio y su Fuerza Aérea. El EI no tuvo en cuenta la gran presencia del ejército cerca de la universidad y del hospital.
Mientras los caníbales penetraron rápidamente, al principio, en los alrededores de Al-Bughayliyya, ignoraban que se metían en una trampa mortal al no calcular la posición de la artillería, de los francotiradores y de la armas pesadas situadas alrededor del edificio hospitalario.
Dentro del hospital, los terroristas fueron sorprendidos por la resistencia de milicianos populares bien armados, agentes de inteligencia y unidades de los Falcons del Desierto que actuaban como personal de seguridad. Ellos no se dan por vencidos nunca.
A medida que los terroristas trataron de pasar de una habitación a otra con el fin de ejecutar a los pacientes y al personal médico, se produjeron fuertes enfrentamientos, incluso médicos y enfermeras, tomaron las armas.
Muchos habían hecho el servicio militar y sabían cómo disparar pistolas y fusiles automáticos. Nadie iba a rendirse. Combatir hasta el final. Lamentablemente hubo algunas muertes entre el personal médico.
Una vez que el ejército sirio, bajo el mando del general Zahreddine, tomó posiciones alrededor del hospital, la única consideración fue la seguridad de los que estaban dentro. Inteligencia ya había determinado que los criminales del EI eran novatos, y muchos no sabían ni intercomunicarse entre ellos para saber de su ubicación.
Al amparo de granadas de humo los comandos del ejército se movían escaleras arriba y abajo para asegurar varios corredores y puntos de control. Una vez que se consolidaron las posiciones, 200 soldados de infantería del ejército, todos veteranos de esta guerra, entraron a saco y comenzaron el proceso de abatir o apresar a los salafo-fascistas.
De acuerdo con la evaluación posterior, unos 49 terroristas fueron abatidos y 50 más heridos. Si no hubiera sido por la presencia del ejército habrían ejecutado a todos y cada uno de ellos.
Los presos serán útiles para recopilar información, y más por el hecho de que no están entrenados en resistencia a las técnicas tradicionales de interrogatorio por las que la Dirección de Inteligencia de la Fuerza Aérea Siria es bien reconocida.
En el complejo de alojamiento de la Universidad, más de 50 familias fueron liberadas. Este lugar fue mucho más fácil de tomar que el hospital por la razón de que los terroristas estaban sin directrices específicas y no tenían ningún plano del interior. No hay datos disponibles sobre las pérdidas que tuvieron.
La parte más cómoda de esta batalla fue el convoy de camiones y camionetas enviadas desde Mayaadeen hacia el norte, hasta Deir Ezzor. No está claro si el convoy fue enviado por la situación desesperada de los militantes del EI o si estaba destinado a un nuevo intento de asaltar la base aérea. Sea como fuere el convoy fue volatizado por intensos bombardeos aéreos. No hubo sobrevivientes.
Entre los más de 200 terroristas muertos (estimados), uno era el perro comandante militar, el mafioso "Abu Muhammad al-Ansari", cuyo nombre real es Mustafa Haddawi. Murió el líder de otro ataque "brillante" contra la base aérea que se ha convertido en una obsesión para los caníbales. Si dijéramos que los terroristas, en esa obsesión compulsiva, han perdido más de 2.000 hombres parecería una exageración. Pero no lo es.
Pueden ser muchos más. Esta es la 50ª vez que han tratado de invadir la base y en todas han sido derrotados con grandes pérdidas.
Publicado por JM Álvarez