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Crimea en la segunda guerra mundial


La Segunda Guerra Mundial comenzó para Crimea, al igual que para toda la Unión Soviética, la madrugada del 22 de junio de 1941 y finalizó hace exactamente 70 años, en mayo de 1944. 

Esta península constituía una importante base naval de la URSS, era el aeródromo desde donde se lanzaban los ataques a las reservas de petróleo que almacenaba Hitler en Rumanía y, tras la victoria del Ejército Rojo en 1941, se convirtió en una fortaleza natural que persuadía a las fuerzas enemigas de perpetrar un nuevo ataque.

Para los alemanes, la toma Crimea abría la puerta al Cáucaso y era un enclave ideal para controlar las comunicaciones al norte del Mar Negro. En 1943 la península debía retener a las fuerzas del Ejército Rojo que avanzaban hacia occidente.

La península sufrió tres años de horror que redujeron su población casi a la mitad. 

La defensa de Sebastopol

A principios de la guerra, Sebastopol era uno de los lugares más fortificados del mundo.

El distrito defensivo de la ciudad incluía decenas de emplazamientos de artillería, campos de minas y dos baterías blindadas —la BB-30 y la BB-35— conocidas por los alemanes como ‘Maxim Gorki’, además de la batería antiaérea 365 (bautizada por los alemanes como ‘Stalin’). Las fortificaciones estaban conectadas por una red subterránea de túneles y arsenales excavados en la roca.

Los alemanes no lograron tomar la ciudad en otoño de 1941 y, cuando el 2 de enero de 1942 el Ejército Rojo liberó parte de la península de Kerch, decidieron retirar las tropas de Sebastopol.

Sin embargo no fue posible fortificarse en la península de Kerch. Durante el repliegue, las tropas soviéticas sufrieron numerosas pérdidas; las unidades que se encargaron de cubrir la retirada (en total cerca de 10.000 personas) quedaron aisladas y se vieron obligados a ocupar posiciones defensivas en la cantera de Adjimushkai junto con una parte de los habitantes locales.

La cantera se convirtió en la última línea defensiva de Crimea. Los alemanes tardaron solo cuatro meses en tomarla, tras un asedio de 170 días en el que solo sobrevivieron 48 personas de unas 13.000.

En julio de 1942, los alemanes tomaron Sebastopol. Durante la defensa de la ciudad, desde octubre de 1941 a julio de 1942, murieron 156.000 soldados del Ejército Rojo.

Fuente: Aleksander Liskin / Ria Novosti

Los partisanos

Antes de la invasión alemana de Crimea la guerrilla partisana había creado toda una infraestructura administrativa. Previamente se construyeron refugios para guardar armas y víveres y se formaron las cúpulas de los futuros destacamentos.

En total, durante la ocupación fascista de Crimea, más de 200 organizaciones y grupos clandestinos de hasta 2.500 miembros estuvieron en activo. Los partisanos organizaban sabotajes en los ferrocarriles y perpetraban ataques contra las guarniciones enemigas.

La popularidad de los partisanos creció gracias al ‘nuevo orden’ impuesto por los ocupantes, que presuponía la exterminación sistemática de la población local.

Solo entre finales de 1941 y principios de 1942 los verdugos alemanes fusilaron a unas 12.000 personas junto a Teodosia y a otras 7.000 en las cercanías de Kerch.

Mil personas fueron enviadas a los campos de concentración, el mayor de los cuales se encontraba en el territorio del sovjós Krasni (en ruso Rojo).

En los destacamentos punitivos a los que se enfrentaron los habitantes locales y los partisanos participaron activamente los tártaros nacionalistas de Crimea.

Más de 60.000 crimeos lucharon en el Ejército Rojo y se calcula que unos 17.000 tártaros se sumaron al movimiento partisano. 

De entre los tártaros de Crimea, destacó uno de los ases soviéticos más conocidos de aquella guerra, Amet-Khan Sultan, que logró derribar 30 aviones enemigos.


Fuente: Elanchuk / RIA Novosti

La liberación

Las tropas soviéticas abandonaron Crimea en otoño de 1943 y en el camino pudieron invadir los campos de operaciones que les permitieron iniciar la ofensiva al norte y al este de la península.
Durante el invierno de 1944, las tropas soviéticas libraron incontables batallas, aunque recuperar la isla no resultó sencillo.

Los alemanes organizaron en Crimea un potente sistema de defensa escalonada, integrado por una agrupación de 195.000 soldados y oficiales. Las tropas soviéticas sumaban cerca de 470.000 personas.

El 8 de abril de 1944, las unidades soviéticas lanzaron una ofensiva al norte de la península; tres días después lo hicieron al este; y el 18 de abril todo Crimea, excepto Sebastopol, había sido liberado de los alemanes.

Después de una breve preparación, el 7 de mayo comenzó el asalto general al área fortificada por los alemanes a la entrada de Sebastopol. El ataque principal se llevó a cabo en el mismo lugar donde dos años antes habían entrado los alemanes, la colina de Sapún-Gorá, una elevación montañosa.

Tras una ofensiva inicial por aire, atacaron los grupos de asalto. Por la tarde la colina ya había sido tomada y al día siguiente el enemigo fue expulsado de las montañas de Menkeziev.

Un año antes de la victoria sobre Alemania, el 9 de mayo a las 8 de la mañana comenzó el asalto a Sebastopol.

El arrebato ofensivo fue tan intenso que, ante la falta de medios de navegación, los soldados cruzaron la bahía con medios improvisados.

Se hicieron servir incluso los ataúdes almacenados por los intendentes alemanes. La tarde del 9 de mayo Sebastopol fue liberado en su totalidad.

Los restos de las tropas hitlerianas se retiraron al cabo de Quersoneso y fueron empujados al mar.
Según recuerdan los habitantes, a 100 metros de la orilla no se podía ver el mar, todo estaba sembrado de cadáveres de los soldados enemigos, caballos, coches y tanques. Así acabó la estancia alemana en Crimea.


Fuente: Rusia hoy

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