Un cuarto de la población total de Rumania sufre de privaciones materiales severas, según los datos recientemente publicados por Eurostat, lo que en términos claros significa que 4.886.000 rumanos se mueven en la cuerda floja de la pobreza (un 26.3%).
Más datos alarmantes que vuelven a mostrar como el capitalismo solo beneficia a unos pocos y condena a la miseria a cada vez más personas: más de 225.000 niños se van a la cama con hambre en la Rumania neoliberal, siendo además el país de Europa con más pobres (además del que más emigrantes han tenido que huir del país producto de la miseria instaurada por la fuerza en diciembre de 1989 tras el golpe de estado capitalista -cerca de 3 millones-, muchos de ellos explotados laboral, física o sexualmente en los paises de destino).
Sin embargo, la propaganda de los medios sigue centrando sus críticas en la supuesta pobreza durante los años comunistas (en 1990 según el propio Banco Mundial, poco sospechoso de procomunista, había cinco veces menos pobres). Pero por mentir, que no quede, a lo Goebbles, ese gran maestro de la manipulación de la verdad también al servicio del gran capital.
No obstante, a pesar de la crudeza de los datos que demuestran de nuevo, sin dejar lugar a dudas,y a pesar de sus defectos, la superioridad del sistema comunista frente al desastre capitalista, también en relación al bienestar material de la mayoría, (por no hablar de la libertad, en estos tiempos de extremo control de la ciudadania mediante escuchas telefónicas, cámaras callejeras, vigilancia de las redes sociales, etc…, y criminalización de la protesta), los mercenarios de la pluma, defensores de la supuesta “libertad de expresión” según el mejor postor, siguen insistiendo en la malísima y “controladora” Securitate comunista, una panda de cotillas de plaza comparados con los sistemas de control informativo y policial de los regímenes así llamados “democráticos” (a los que, por supuesto, etiquetan como “al servicio del ciudadano”).