Turquía niega la entrada a los periodistas extranjeros sin dar ninguna explicación por sus acciones.
En los últimos días, un reportero gráfico griego del tabloide alemán Bild y un periodista estadounidense han sido enviados a casa desde Estambul.
A Giorgos Moutafis, de 38 años, se le negó la entrada a Turquía después de aterrizar en Estambul el sábado y fue enviado de vuelta a Atenas.
Fue expulsado del país menos de una hora después de que la canciller alemana, Angela Merkel, se hubiera ido, después de haber visitado un campo de refugiados en Gaziantep.
El periodista pretendía ir a Libia desde Turquía.
“Me dijeron en el control de pasaportes que mi nombre estaba en una lista negra y que no se me permite entrar en Turquía.
Entonces mi pasaporte me fue requisado hasta la madrugada.
Tuve que pasar la noche en una habitación del aeropuerto .
Las razones por las que estoy en esta lista no me han sido explicadas”, dijo Moutafis.
El periodista añadió que entró en Turquía hace seis meses sin problemas, y que no puede explicar por qué ahora se le ha prohibido la entrada en el país.
Moutafis es un periodista y cineasta de fama internacional, que ha cubierto historias para medios como Newsweek, Time, New Yorker, Der Spiegel, The Guardian, Al Jazeera, CBS, CNN y la BBC, entre otros. Recibió el Premio de la Libertad de Prensa 2014 de Reporteros sin Fronteras.
El foco de su trabajo es sobre los peligros de los solicitantes de asilo que viajan a Europa desde Oriente Medio, pero también informó sobre la batalla por la ciudad kurda de Kobani en Siria, lo que puede explicar la actitud hostil de las autoridades turcas.
En otro incidente separado este lunes, se prohibió la entrada al periodista estadounidense David Lepeska y se le puso en un vuelo de vuelta desde Estambul a Chicago.
El periodista, que ha escrito para Foreign Relations y Al Jazeera América, no recibió ninguna explicación para su expulsión.
La semana pasada, Turquía prohibió a Volker Schwenck, un periodista que trabaja para el canal de televisión ARD, la entrada al país. Ankara citó “razones de seguridad”. Schwenck, que dirige la oficina del canal en El Cairo, pretendía viajar a Gaziantep para cubrir la visita de Merkel.
La represión a la prensa y a los medios de comunicación en Turquía se hace cada vez más evidente, y ha levantado ampollas en toda Europa, destacando especialmente la persecución legal a un humorista alemán por recitar un poema crítico con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Ankara se había quejado de que el poema era un insulto.
Unos 2.000 casos de difamación se han presentado en Turquía contra personas acusadas de insultar al presidente.
Pero por lo visto, los gobernantes europeos están muy cómodos con un dictador como Erdogan…y su viaje no ha hecho más que empezar…pronto su represión alcanzará cotas que ahora poca gente puede imaginar.