El régimen de Israel entrenó a militares saudíes a cambio de administrar junto con Riad el estratégico estrecho de Bab el-Mandeb, en el mar Rojo.
En 2014, el régimen israelí y Arabia Saudí firmaron un memorándum de entendimiento que devino en cooperaciones militares conjuntas en el mar Rojo, ha informado este sábado el diario palestino Almanar, que cita a un alto funcionario militar del partido israelí, Meretz.
El estrecho de Bab el-Mandeb, que se encuentra en las aguas de Yemen, es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, y por su ubicación, cerca de los ricos pozos petroleros del Oriente Medio, cuenta con una importancia estratégica y vital.
Conforme al acuerdo, Arabia Saudí e Israel gestionan el control del Golfo de Adén, del Canal de Suez, también estarían bajo su égida ciertos países ribereños del mar Rojo, subrayó el rotativo palestino.
Como parte del acuerdo, el ejército israelí ofreció en 2015 instrucción militar a gran número de generales saudíes en una base en la ciudad de Haifa, en los territorios palestinos ocupados, añade la fuente.
El objetivo de los cursos de formación, como alega la fuente israelí, era instaurar la seguridad y combatir a los grupos terroristas en el mar Rojo, centrándose en la lucha contra la piratería marítima.
La implicación del régimen de Israel en el conflicto yemení se ha demostrado en múltiples ocasiones. Desde el inicio de la agresión saudí a Yemen, el régimen de Israel ha proporcionado servicios de Inteligencia a Arabia Saudí, además el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, expresó su apoyo a tal ofensiva militar.
En octubre de 2015, la cadena iraní de noticias en árabe Alalam reveló que el régimen israelí envió un avión cargado de armamento y equipamientos militares a la región de Jamis Mushait, en Asir, sur de Arabia Saudí.
Asimismo, el portal de noticias ‘Yemensaeed’ reveló que los satélites espías israelíes entregan información sobre las posiciones de los combatientes del movimiento popular yemení Ansarolá a Arabia Saudí.
FUENTE: HISPANTV
Publicado por Enrique Sierra Mendoza
