Es una de esas zonas remotísimas de Colombia donde el conflicto se vive en toda su crudeza.
Mi fotografía muestra uno de los cuatro cráteres que ha dejado el reciente bombardeo de la fuerza aérea contra un campamento de guerrilleros indígenas del ELN.
Puros peladitos que acababan de ingresar y estaban allá acampados sin moverse de su zona, imagino que escuchando por una pequeña radio de onda corta el avance de un proceso de paz que no impide al Estado seguir la guerra mientras frente a la opinión pública habla de reconciliación y postconflicto.
Bajando con cuidado de la lancha, y caminando sobre los pedazos de modernísimas bombas fabricadas en Estados Unidos y restos pertenecientes a los siete insurgentes pobres de entre los pobres, yo me pregunto, ¿qué clase de victoria pírrica es despedazar a unos jovenes que no se mueven de su zona y están ya embarcados en un proceso de diálogo hacia la paz?
Mi cámara es la primera que entra allá. Son historias que no cuentan, ni son contadas.
Lo veréis gracias a la organización vasca, Mundubat Fundazioa.
Río San Juan - Chocó, Colombia / Unai Aranzadi © 2016
Publicado por JM Álvarez