Luego de que diversos personajes de élite como Al Gore y Bill Gates señalarán que parte de los problemas mundiales se debían a una sobrepoblación, se propagaron diversos argumentos “científicos” que más que una obra altruista apuntaba a una agenda de reducción de población.
La Doctora Jacqueline R. Kasun , economista de profesión y autora del libro The War Against Population: The Economics and Ideology of World Population Control (La Guerra contra la población; La Economía y la Ideología del Control de la Población Mundial), destapa con hechos científicos lo que muchos pro-eugenistas tratan de ocultar. En su fantástico informe menciona los 10 grandes mitos sobre una de las grandes mentiras a la humanidad: la superpoblación, y lo introduce de este modo que suscribo al ciento por ciento.
“Si te familiarizas con los mitos que rodean la “superpoblación” estarás mejor posicionado para defenderte y defender a tu familia contra estas amenazas ideológicas”.
He aquí los 10 mitos:
Mito 1: El mundo está superpoblado y el crecimiento de población añade cada día un número impresionante de humanos a este pequeño planeta.
De hecho, la gente vive en comunidades muy pobladas y siempre ha sido así. Convivimos juntos en ciudades y pueblos para intercambiar bienes y servicios unos con otros. Pero, aunque nosotros nos reunamos en pequeñas poblaciones por razones económicas y en grandes áreas metropolitanas, la mayor parte del mundo no está habitada como podemos observar si la sobrevolamos. Se ha estimado por parte de Paul Ehrlich y otros que los seres humanos ocupan actualmente no más del 1-3 % de la superficie de la Tierra.
Si le adjudicas 12 m2 a cada persona, todas las personas del planeta cabrían en el estado de Texas. Puedes hacer el cálculo tú mismo.
El estado de Texas mide aproximadamente 67.500.000.000.000 m2 que si lo divides por la población mundial de 5.860.000.000 te da un total de casi 12 m2, algo más que San Francisco y menos que el Bronx.
Otro hecho: el crecimiento de la población mundial está declinando rápidamente. Las cifras de las Naciones Unidas muestran que 79 países que suman el 40% de la población mundial ahora tienen tasas de fertilidad demasiado bajas para prevenir un decrecimiento de la población.
La tasa en Asia cayó de 2.4 en los años 1965-1970 a 1.5 de 1990-1995. En Latinoamérica y el Caribe, la tasa cayó de 2.75 en 1960-1965 a 1.70 en los años 1990-1995. En Europa, la tasa cayó a 0.16, que es efectivamente cero, en 1990-1995. Y la tasa anual de cambio de población mundial cayó de 2% en los años 1965-1970 a menos que 1.5% en los años 1990-1995.
A nivel mundial, el número de hijos que la mujer media tenía a lo largo de su vida (ciclo fértil) cayó de 5 en 1950-1955 a menos de 3 en los años de 1990-1995. El número necesario simplemente para “reemplazar” a una generación es de 2.1. En la mayoría de las regiones desarrolladas, la fertilidad total cayó de 2.77 a 1.68 durante el mismo periodo. En los países menos desarrollados cayó de 6 a 3.3. La fertilidad total en Méjico era de 3.1 en 1990-1995, en España cayó al 1.3 y en Italia era de 1.2.
Las previsiones oficiales sobre el tamaño de la población han ido decreciendo constantemente. En 1992-1993, el Banco Mundial predijo que la población mundial sobrepasaría los 10 mil millones para el año 2050, la ONU en el 1996 predijo que seríamos 9 mil millones en el 2050. Si continua la tendencia, la próxima estimación será aun más baja.
Mito 2: La superpoblación es la causante del calentamiento global
El mensaje que probablemente levantará el fervor de la gente joven es que la superpoblación está destruyendo el medioambiente y la biosfera. Sobre este punto, la primera cosa que hay que recordar es que algunos de los lugares más hermosos de este planeta, con la mayor calidad medioambiental, están en países densamente poblados, tales como Alemania Occidental, con más de 600 habitantes por 2.6 km2 cuando en China hay 330 habitantes. Algunos mitos promueven la creencia de que estamos inmersos en una catástrofe medioambiental, lo cual es falso.
Por ejemplo, el vicepresidente Al Gore y otros científicos dicen que el crecimiento de la población es la causa de calentamiento global. Pero hay una enorme controversia y desacuerdo en la comunidad científica sobre esto, 79 científicos han emitido por ejemplo la “Declaración de Leipzig” en 1995 diciendo que “no existe hoy un consenso científico general sobre el calentamiento producido por los gases del efecto invernadero”.
Adicionalmente, las lecturas de satélites de la temperatura global, disponibles en el sitio web de la NASA no muestran ninguna tendencia al calentamiento. Y por su fuera poco, climatólogos respetados tales como Hugh Ellsaesser, Richard S. Lindzen y Robert C. Balling discuten todavía con fervor sobre la noción del peligro del calentamiento global.
Mito 3: La superpoblación causa una reducción de la capa de ozono
Como el calentamiento global, la causa y significado del llamado “agujero de ozono” es un asunto de intensa pelea científica; a pesar de eso, los Estados Unidos y otras naciones han acordado reducir el uso de los Clorofluocarbonos (CFC), que son, supuestamente, la causa de estos. S. Fred Singer, un físico de la atmósfera que participó en las primeras mediciones de ozono denomina al pánico creado sobre el ozono, un “mal uso de la ciencia”. De hecho, muchos piensan que la función primordial de la prohibición de los CFC ha sido ayudar a las grandes empresas químicas a establecer nuevos monopolios altamente rentables de sustitutos de los CFC que ellos mismos han desarrollado.
Mito 4: Los bosques del planeta están desapareciendo debido a la superpoblación
Éste es un asunto importante porque los bosques son una parte esencial del medioambiente del mundo y, por lo tanto, son esenciales para el bienestar de la humanidad. Sabemos que los árboles inhalan dióxido de carbono y exhalan oxigeno lo que significan que contribuyen a la defensa de la polución del aire y a debilitar el supuesto calentamiento global.
El área de bosques del planeta, estimada por la FAO (organización de la Alimentación y Agricultura de la ONU) es de aproximadamente cuatro mil millones de hectáreas, cubriendo el 30% de la superficie de la Tierra, lo que representa exactamente la misma cantidad que había en los años 50.
En los Estados Unidos, vastas regiones de bosques cubren una tercera parte de la Tierra, de acuerdo con el Servicio Forestal de los Estados Unidos. Eso es equivalente a dos terceras partes de la superficie de tierra que estaba reservada a bosques cuando llegaron los europeos en 1600. Esta cantidad no ha disminuido desde 1920. De hecho, el crecimiento anual de los bosques hoy es más de 3 veces y media que en 1920. Dos tercios de los bosques de ese país son de terreno maderable, capaces de producir al madera industrial anualmente.
Los volúmenes más altos de crecimiento ocurren en la tierra que pertenece a la industria privada, más que los bosques que pertenecen al gobierno o son de administración pública. Cuando los árboles son más ancianos, tienen menores volúmenes de crecimiento.
El sistema nacional para la preservación de la naturaleza ha crecido de nueve millones de acres en 1964 a 96 millones de acres en 1993.
Pero al parecer, esto no es suficiente para los medioambientalistas del Proyecto Wildlands que esperan convertir casi la mitad de la tierra labrada de los Estados Unidos en zonas salvajes sólo habitadas por osos y leones de la montaña limitando así el espacio para el uso humano.
También ha habido gran agitación acerca de la “destrucción de los bosques tropicales”. Alguien ha dicho que un área el doble de tamaño que Bélgica está siendo ahora arrasada cada año, pero la gente no se da cuenta de que Bélgica cabe 500 veces en los bosques tropicales y el resto de los árboles del mundo, 99.6% de ellos, crecen continuamente. Uno de los más grandes está en Brasil, que representa más de la mitad de los bosques de Sudamérica.
Las cifras de la FAO y El Gobierno de Brasil sugieren que se destruye cerca del 0.2% de los bosques cada año, y en 1993 los bosques brasileños cubrían el 58% de la superficie total del país. La cifra no sugiere precisamente una reducción catastrófica.
Otra cosa que añade confusión y que está confundiendo a la población es que las cifras de la FAO muestran un decrecimiento de la superficie de los bosques pero incluyen la tierra de los bosques que se emplea para uso de parques públicos, aunque no se corte ni un solo árbol.
De hecho, si se está produciendo deforestación en Brasil, a duras penas puede ser resultado de la superpoblación, Brasil tiene la mitad de habitantes por 25 km2 (31.2 habitantes) que la media mundial (101 habitantes).
Mito 5: La polución del aire es el resultado de la superpoblación y la lluvia ácida, un bio-producto de la polución del aire, está destruyendo lagos, ríos y bosques
De hecho, los niveles de polución del aire y agua han alcanzado máximos en las economías planificadas de Europa del Este y China cuando el crecimiento de la población era bajo o negativo.
La legendaria polución del aire en Polonia y Rusia ha ocurrido en áreas con poblaciones pequeñas. En los Estados Unidos, la polución de aire está disminuyendo significativamente.
Según el Programa de Valoración de las precipitaciones ácidas en un informe reciente, “no existe daño por lluvia ácida producido en bosques o cosechas en los Estados Unidos”
Mito 6: Muchas plantas y animales están desapareciendo por culpa del crecimiento de la población humana
No hay absolutamente ningún dato científico que soporte esta reclamación. Incluso algunos científicos como David Jablonski asegura que “no tenemos ni idea de cómo muchas especies siguen aquí y otras están desapareciendo”.
Algunas especies, como las ballenas azules, hurones de patas negras o los búhos manchados son ahora mucho más numerosos de lo que fueron antaño.
Dado que muchas especies viven en los bosques y la superficie que cubre los bosques de la Tierra es casi la misma, las reclamaciones de supuesta extinción masiva de especies es más que dudosa.
Mito 7: La superpoblación amenaza el suministro de alimentos mundial
Según la FAO, los suministros de alimentos exceden los requerimientos en todas las áreas del mundo, suponiendo un exceso de aproximadamente el 50% en 1990 en los países desarrollados y un 17% en las regiones en desarrollo.
“Globalmente, los suministros de alimento se han duplicado en los últimos 40 años entre 1962 y 1991, y a nivel mundial no hay obstáculo para la producción de alimentos para responder a la demanda”. Según documentos de la FAO preparados en 1996.
Actualmente, los agricultores emplean menos de la mitad de la tierra cultivable. La conversión de la tierra en terreno urbano y edificable absorberá menos del 2% de la tierra mundial y no “parece que vaya a ser una amenaza seria para la producción agrícola” según Paul Waggoner, como dice en un informe para el Consejo para la Ciencia La Ciencia y la Tecnología Agrícola en 1994.
Mito 8: La superpoblación es la causa primordial de pobreza
En realidad, los problemas comúnmente llamados de “superpoblación” son el resultado de malas políticas económicas. Por ejemplo, los periodistas occidentales culparon del hambre en Etiopia a la “superpoblación” pero esto simplemente no era cierto. El Gobierno etíope lo causó confiscando las reservas almacenadas de alimentos a los traders y agricultores para exportarlos y comprar armas a cambio.
Aquel régimen en Etiopía fue el causante en aquella ocasión de la tragedia, no su población. De hecho, África, a la que suele relacionarse con la culpa por la “superpoblación”, tiene sólo una quinta parte de la densidad de población que hay en Europa y posee un potencial no explotado para la agricultura que podría alimentar dos veces a la actual población mundial, según ha estimado Roger Revelle de la Universidad de Harvard de San Diego.
Los economistas que escriben para el Fondo Monetario Internacional dijeron en 1994 que los problemas económicos en África resultaban de un gasto gubernamental excesivo, impuestos elevados a los agricultores, inflación, restricciones al comercio, demasiada propiedad gubernamental y exceso de regulación a la actividad económica privada.
No había en aquellos informes ni una sola mención a la superoblación.
El Gobierno de Filipinas depende de la ayuda externa (Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial) para controlar el crecimiento de la población, pero en realidad lo que hace es proteger a los monopolios que compran las producciones de los agricultores a precios artificialmente bajos y que luego venden a precios artificialmente altos, causando una pobreza que se extiende.
Los “abogados” del control de la población culpan a la “superpoblación” de la pobreza en Bangladesh. Pero el Gobierno domina la compra y procesamiento de la cosecha de yute, la más importante, de manera que los agricultores reciben menos por sus esfuerzos de lo que recibirían en un mercado libre.
Los agricultores empobrecidos emigran a la ciudad, pero el Gobierno tiene la propiedad del 40% de la industria y regula el resto con control de precios artificial, impuestos altos y reglas no publicadas e implícitas administradas por una burocracia gigantesca, corrupta que depende de la ayuda externa.
Los empleos son difíciles de encontrar y la pobreza es rampante. Todo esto lleva a problemas como la distribución ineficiente, pero de nuevo, este problema está causado, como en el caso de Etiopía, por políticas económicas domésticas pésimas.
Se suele decir que la pobreza en China es el resultado de la “superpoblación”. Pero Taiwán, con una población cinco veces más grande que China Continental, tiene una renta per capita varias veces la de ésta.
La República de Corea, con una densidad de población 3,6 veces más grande que la de China, tiene una renta per cápita casi 16 veces mayor.
El Gobierno de Malasia abandonó el control de la población en 1984, lo que desembocó en un crecimiento económico muy reseñable bajo reformas de mercado no regulado, cuando Ecuador, Uruguay, Bulgaria y otros países lamentaban en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo en El Cairo que, aunque habían reducido su crecimiento de población, sus economías seguían deteriorándose.
Mito 9: Las mujeres y los hombres en todo el mundo están suplicando medios para controlar su fertilidad
Esto es algo totalmente falso. No es así según los informes de lugares como Bangladesh, África y Filipinas. El hecho es que excedentes de condones y píldoras para el control de la natalidad llenan los almacenes de los países menos desarrolados pero las mujeres huyen de los planificadores familiares y suplican que sus DIUS implantados sean extraídos.
La ley de asistencia exterior de Estados Unidos requiere que los países que reciben ayuda americana tomen medidas para reducir el crecimiento de población (puedes encontrar esto en el US Code 22, sec. 2151-1; 22 US Code, sec. 2151(b). Lejos de encontrarse una “necesidad no cubierta” de control de la natalidad, los planificadores familiares apoyados por la ayuda extranjera en la India, Bangladesh y otros países deben pagar a sus clientes, o forzar a éstos a aceptar el control de su natalidad, según los informes de estos países. El control de población con ayuda exterior es tan impopular en Bangladesh que protestas sobre este asunto impidieron que el primer ministro atendiera la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo en el Cairo en 1994.
La doctora Margaret Orgola, una pediatra keniata, cuestionó la existencia de una “necesidad no cubierta” en el caso de la planificación familiar en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo en el Cairo en 1994. Dijo que los donantes de ayuda extranjeros habían sido espléndidos con las píldoras, condones y aparatos DIU en los hospitales y clínicas de Kenia, pero algo tan simple como medicinas para las enfermedades comunes no estaban disponibles.
Un informe de las Naciones Unidos sobre políticas de aborto y control de natalidad en todo el mundo encontró que altas porcentajes de mujeres de todo el mundo eran familiares con los métodos “tradicionales” para limitar la natalidad.
En 1981, la mujer típica de Bangladesh tenía siete hijos durante su vida; desde entonces la cifra ha descendido a 3.4 hijos. Según la prensa de ese país en 1994, el secretario de salud reconoció que “la coacción, el chantaje y el abuso de pagos bajo cuerda” eran problemas habituales en el programa de control de la población.
Alarmada por la extremadamente baja fertilidad, Corea del Sur, reportó en la Conferencia Internacional en El Cairo que había reducido drásticamente el gasto de su Gobierno en Control de natalidad.
Singapur, que se enfrentaba con una fertilidad por debajo de la tasa para reemplazar a la población existente, reportó que actualmente ofrece rebajas de impuestos a las parejas que tienen más de dos niños.
Las agencias de “planificación familiar” apoyadas por el Gobierno de los Estados Unidos, tales como Planned Parenthood, reclaman que sus servicios ahorran costes a la asistencia pública, pero de hecho, investigaciones publicadas han mostrado que los estados que gastan enormes cantidades presupuestarias en control de la natalidad tiene como consecuencia mayores costes de asistencia pública. Los estudios muestran también que los estados que requieren consentimiento de los padres para que una menor tenga un aborto tienen menores tasas de embarazo adolescente.
Mito 10: La superpoblación causa la guerra y las revoluciones
El continente más acosado por las guerras de la Tierra, África, es también uno de los menos densamente poblados, con cerca de la mitad de habitantes por kilómetro cuadrado que la media mundial. Los malos gobiernos apuntalados por una ayuda exterior mal gestionada, son la raíz del problema con toda probabilidad.
La corriente mundial que promueve el control de población no es pequeña ni débil. Es una alianza poderosa entre las agencias de las Naciones Unidas, los gobiernos nacionales, fundaciones y “organizaciones no gubernamentales“. Esta alianza controla muchos miles de millones de dólares en recursos.
Sus miembros incluyen agencias de planificación familiar, organizaciones medioambientalistas radicales, tales como el Sierra Club y el World Wildlife Fund, planificadores de desarrollo, instituciones financieras internacionales, tales como el Banco Mundial, agencias de relaciones exteriores tales como el Worldwatch Institute.
Su ideología domina de forma creciente la escuela y los programas de educación escolares y los libros de texto.
En última instancia, sin embargo, su poder reside y se alimenta de la ignorancia de la población en países como los Estados Unidos.