Los mineros ucranianos, que no es la primera vez que salen a las calles de Kiev y Lviv para protestar, podrían estar al borde del desastre, mientras que las industrias de las minas y la metalurgia están al borde de la desaparición.
Un reportero de la Agencia Federal de Noticias ha conversado con varios expertos para conocer lo que las autoridades de Kiev planean para las minas y la industria.
Según Interfax-Ucrania, el Reino Unido concederá a las autoridades de Ucrania un préstamo para apoyo social a los trabajadores de la industria del carbón y también para residentes en las zonas en las que las minas están en proceso de cierre.
Según un informe del consejo de ministros de Ucrania sobre el progreso y los resultados de las actividades, publicado en la web del Gobierno, las minas Rodinskaya, Zarenchkaya, Novovolynskaya nº9 y Ceverskaya, que no son rentables, están sujetas al cierre. Además, se ha acordado con los sindicatos y las autoridades centrales y regionales la liquidación de la mina Yuzhnaya. Novovolyanksa nº5 y Korochenko deberán cerrar en el plazo de un mes. En 2015 se había dado ya la orden de transferir una de las minas y cerrar otras cuatro.
Al mismo tiempo, el primer ministro Arseniy Yatseniuk recibió una carta firmada por los directores de catorce de las plantas metalúrgicas y mineras más grandes del país. La carta afirma que las empresas mineras y de fundición ucranianas se podrían ver obligadas al cierre en cualquier momento a causa del fuerte descenso en las exportaciones, por lo que miles de trabajadores podrían perder sus empleos.
Según las propias manufactureras, el principal motivo de la inminente catástrofe es la decisión del Ministerio de Infraestructuras de aumentar las tarifas de transporte de carga previsto para marzo de 2016. El encarecimiento del transporte hará perder competitividad en el mercado internacional a la producción de las minas y la industria metalúrgica y apuntan que los actuales costes ya son más elevados que los de los de la competencia en Brasil, Austria y otros países.
Por otra parte, el presidente del Sindicato Independiente de Mineros de Ucrania y de la Confederación de Sindicatos Independientes de Ucrania, Mijailo Volynets, que apoyó a los mineros en sus protestas, acaba de llegar a Estados Unidos, invitado según él mismo ha afirmado, al “Desayuno de Oración Nacional” al que asistirá el presidente estadounidense Barack Obama, así como representantes del Congreso y del Senado.
Volynets afirma que, durante su visita, se reunirá con líderes sindicales, senadores de Estados Unidos y otras figuras públicas. Por ejemplo, planea reunirse con Shawna Bader-Blau, directora ejecutiva del AFL-CIO Solidarity Center [organización que, bajo pretexto de la defensa de los trabajadores es un instrumento del liberalismo y del imperialismo económico estadounidense-Ed], con quien Volynets promete tratar el tema de los problemas de los mineros.
Ivan Skorikov, experto del Instituto de países del CIS, afirmó en conversación con el corresponsal de FAN que las autoridades ucranianas tratan de comprar a los mineros con ayudas miserables. Por supuesto, apuntó, no a expensas del sangrante presupuesto, sino financiado por los patrocinadores del proyecto europeo.
Gran parte de las minas de Ucrania, incluso las de Donbass, no han dado beneficios en los últimos años. Y en los “buenos tiempos” de Yanukovich, los mineros se manifestaron. Ahora, cuando los precios de los recursos energéticos se hunden y el Estado, en busca de la deseada integración europea y según las órdenes de Bruselas, recorta los programas sociales y aumenta las tarifas para la población y afirma que no es posible hablar de proteccionismo o de subsidios para las industrias estatales.
“Los estafadores de Bankova [el Gobierno] no buscan mantener la producción nacional, para lo que sería necesario invertir grandes cantidades de dinero en una modernización acorde a los estándares europeos. Es mucho más sencillo eliminar toda producción que no dé beneficios o incluso sectores completos para reemplazarlos con importaciones del extranjero, que a su vez no tiene interés por invertir en la industria ucraniana en vistas de los constantes juegos de la política ucraniana”, afirmó Skorikov.
En su opinión, en el Desayuno, es improbable que el presidente Obama haga algo más que comer sándwiches con el líder sindical. El experto apunta que, para guardar las apariencias, Volynets se reúna con senadores o líderes sindicales locales, pero es imposible decir que dicho viaje vaya a merecer la pena.
“Ucrania es el típico estado oligarca financiado desde el extranjero. Se puede acabar con cualquier protesta con concesiones de escaso valor de los patrocinadores que, a cambio, buscan esclavizar de forma permanente, no solo a las autoridades, sino a todo el pueblo ucraniano.
Por eso, pensar en grandes protestas no fomentadas por Occidente en estos momentos es impensable en Ucrania. Washington ordena y Kiev se comunica directamente con la sociedad ucraniana aportando un tipo de “sedante” en busca de la completa sumisión”, afirmó Skorikov.
En declaraciones a FNA, Alexey Albu, director del Departamento de Estudios Políticos del Instituto de Innovación y Desarrollo en el espacio post-soviético, afirmó que el cierre de los complejos mineros y metalúrgicos marcarán el inicio de una segunda, y más poderosa, crisis económica en Ucrania.
Para analizar la situación de la industria minera y metalúrgica no es suficiente hablar solo de la falta de la rentabilidad de esas empresas, ya que es el resultado de muchos factores y es consecuencia directa del trabajo de los mecanismos del mercado, que las autoridades ucranianas no quieren abandonar”, afirmó Albu.
“Las industrias mineras y metalúrgicas han dejado de ser rentables debido a la falta de demanda y a que las políticas de las actuales autoridades del país han sido incapaces de crear condiciones favorables para su trabajo.
El aumento de tarifas previsto para el 1 de marzo aumentará de forma significativa el precio del transporte, lo que dará lugar al aumento de los precios de los productos. El Estado ha abandonado completamente la política de proteccionismo, negando así cualquier apoyo a la industria local. Esa política ya ha supuesto el cierre de minas, dejando así sin empleo y sin esperanza a cientos de trabajadores.
Por desgracia, en Ucrania no hay, en estos momentos, ninguna organización que pueda unir a los trabajadores en la lucha por sus derechos”, afirmó Albu.
En su opinión, la Federación de Sindicatos de Ucrania es, como mucho, una distribuidora de octavillas y caramelos en Año Nuevo, mientras que la Confereración de Sindicatos Independientes, liderada por Mijail Volynets, se ha convertido, desde Maidan, en un típico sindicato vertical, que en un principio da una plataforma para las protestas, pero que finalmente ceden con facilidad.
El experto apuntó también que la organización marxista Borotba, “antes de ser prohibida por las autoridades ucranianas”, intentaba cooperar para ayudar a los trabajadores de los sindicatos liderados por Volynets. “Borotba organizó varias protestas en defensa de los trabajadores del ferry de Izmail, los astilleros de Nikolaev, los auxiliares de vuelo de Aerosvit, trabajadores ferroviarios y otros obreros.
Así que Borotba se apoyó en los sindicatos de Volynets para proteger los derechos de los trabajadores, pero a partir del inicio de las protestas de Maidan, Volynets comenzó a utilizar esos mismos sindicatos para apoyar a los neo-nazis, principal fuerza de choque entre los manifestantes.
“Eso quiere decir que el líder de los sindicatos dio su apoyo a quienes despiden a los trabajadores, quienes no pagan los salarios, quienes aumentan las horas de trabajo sin aumentar los sueldos, quienes destruyen el empleo.
Ahora, cuando hay graves problemas en una gran cantidad de empresas ucranianas, en lugar de organizar a los colectivos obreros y luchar por sus derechos sociales, Volynets les da la espalda.
Después de todo, tomar café en el “Desayuno de Oración Nacional” en Washington es mucho más agradable que defender los derechos de los obreros empobrecidos y malnutridos”, subrayó Albu.