Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

Duele Bolivia, duele Venezuela; los empresarios nacionales y EEUU recuperan poder


Golpes del imperio

1. El gobierno de Evo Morales en Bolivia ha ganado nueve elecciones, pero perdió la más reciente. Lo mismo le sucedió a Hugo Chávez y hoy a Nicolás Maduro en Venezuela.
¿Qué decir de los Kirchner en Argentina y de Rousseff en Brasil en 2015-16? Como quiera calificárseles: gobiernos progresistas, antimperialistas, de izquierda, de centroizquierda; poco importa; la realidad es que las poderosas burguesías de cada país, con el total apoyo de los gobiernos de EEUU, están recuperando su poder y restableciendo sus negocios. No puedo culpar a esos gobiernos por no radicalizar sus mandatos y mucho menos de traidores, sino sólo de olvidar el derrocamiento de Allende en Chile y de seguir confiando en eso que se llama “democracia burguesa”.

2. En los años setenta los luchadores sociales tuvimos una alternativa política: a) La que nos enseñó la revolución cubana que triunfó en 1959 a partir de la teoría del “foco guerrillero” y las 10 guerrillas que destacaban en América, o, b) la que desde 1970 nos enseñaba Salvador Allende con el ascenso electoral a la Presidencia en Chile. En esos mismos años irrumpió en México el sindicalismo llamado independiente y las manifestaciones de masas, surgiendo así una tercera posición política. El imperio de EEUU aprendió más rápido: le impuso un bloqueo económico total a Cuba, en 1973 derrocó y asesinó a Allende y desde entonces pasó a un control total de los gobiernos, los sindicatos y demás organizaciones comprando a sus líderes o reprimiéndolos.

3. A partir de la imposición de la economía neoliberal privatizadora a principios de los ochenta se inició un desplome de los movimientos sociales sobre todo con el ascenso de los gobiernos de la Thatcher en 1979, de Reagan en 1981 y de Juan Pablo II en 1978. La privatización y la globalización se impusieron definitivamente en el mundo. Las guerrillas fueron liquidadas una por una con la combinación de ejércitos locales y yanquis; los procesos electorales fueron ya totalmente controlados en beneficio de las clases dominantes y el sindicalismo fue sometido por la vía jurídica y de las secretarías del Trabajo. Para rematar a los movimientos, la combinación de esos personajes destruyó a la URSS y el bloque oriental que –aunque falso socialismo- representaba un contrapeso.

4. También Morales, Chávez-Maduro, Raúl Castro, Correa, Kirchner, Ortega, Lula-Rousseff, han representado un contrapeso en América Latina y en el mundo, pero los EEUU no quieren ninguna oposición que realice una política contraria a sus intereses; por ello apoyan con todas sus fuerzas a la Alianza del Pacífico integrada en 2011 por México, Colombia, Perú y Chile que está a su servicio. Por su éxito, con razón le han llamado a los países de la alianza los "Pumas de América Latina", en clara alusión a los "Cuatro tigres asiáticos” (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán) que lograron un fuerte crecimiento de la clase media, exportaciones y grado de industrialización; por el contrario a los países críticos se les bloquea su moneda, sus productos y se busca derrocarlos.

5. Nos recuerda el analista Guillermo Almeyra que [] la irrupción de los pobres y los trabajadores en la guerra del agua, en Cochabamba, y en la posterior del gas, que derrocó al gobierno proimperialista, dio paso a “un sindicalista y diputado indígena, Evo Morales, que no había dirigido esas luchas, sin embargo las canalizó hacia las elecciones nacionales, que ganó, y una Asamblea Constituyente, que logró organizar. La nueva Constitución mantuvo el carácter unitario del Estado pero lo declaró plurinacional y basado sobre las autonomías indígenas, campesinas y regionales y la democracia directa”. Almeyra culpa de la derrota de Evo a las fuerzas oligárquicas –en Santa Cruz, Tarija, el Beni–, y a otros regionalismos; pero también al Movimiento al Socialismo, integrado por direcciones burocráticas o semiburocratizadas de sindicatos y sectores sociales.

6. Coincido con el análisis de Almeyra acerca de las fuerzas de la burguesía imperialista y los errores burocráticos del gobierno, pero para mí siempre es más global el problema: mientras exista el imperialismo ningún país podrá liberarse de la dominación burguesa e imperial. Lo que en 1973 inmediatamente dijimos es que Allende no aprovecho sus tres años para armar a su pueblo, como si fuera muy fácil cuando aún los empresarios y el imperio controlan el poder económico y militar; o más radical aún porque esos gobiernos progresistas no entregaron las tierras a los campesinos y las fábricas a los obreros. La realidad es que todos los gobiernos que llegan por medio de las elecciones entran amarrados de pies y manos y sólo pueden hacer lo que les ordene el poder.

7. Estos terribles golpes a gobierno progresistas deben hacernos revisar nuestras estrategias de lucha. Sigo convencido de que sólo el movimiento de masas en los campos, fábricas y calles puede derrotar a las fuerzas del gobierno y nuestro trabajo debe encaminarse hacia ese objetivo. Dado los cientos de miles de efectivos militares en cada país, cualquier guerrilla será sofocada; dado que en lo electoral –después de alrededor de 200 años de experiencia- no se puede levantar ninguna rebeldía por el control de la legalidad burguesa; lo único que queda es el gran movimiento de masas pacífico, que la represión lo convierte en violento. Pienso que por ello urge la conformación de poderosas escuelas de cuadros políticos.




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