Las elecciones Presidenciales de Nicaragua y los Estados Unidos 2016 tendrán lugar el domingo 6 y martes 8 de noviembre de este año.
Ambos países tienen autoridades y partidos políticos locales en plena faena electoral, comandados allá por Barack Obama, aquí por Daniel Ortega.
Garantía suficiente para que esos procesos democráticos de participación ciudadana se lleven a cabo con éxito, sin injerencia ni intervención extranjera.
Ninguna de las dos Embajadas, ni la nicaragüense en Washington, ni la estadounidense en Managua, han alertado sobre riesgo alguno a la seguridad de estas jornadas electorales y tampoco han pedido que se tomen medidas “extremas”.
Entendiendo que ambas naciones amigas cuentan con la suficiente soberanía para garantizar que dichos comicios se produzcan en un marco de estabilidad y seguridad nacional, el respeto entre los dos países hasta el momento ha sido digno de alabar.
Ni los norteamericanos se han inmiscuido en el proceso electoral nicaragüense, ni los nicaragüenses se han involucrado en el proceso electoral estadounidense.
Muchos creemos que será la primera vez en la historia electoral de Nicaragua que los yanquis respetarán de verdad de verdad, nuestras elecciones.
Quizás porque ya están convencidos que Daniel Ortega ganará la Elección Presencial en el 2016 y por mucha tercia que hagan en su contra, ya no pueden cambiar el curso de esa rotunda Victoria Electoral del FSLN.
Entonces en una actitud pragmática Obama ha sabido tratar el asunto muy discretamente. Estoy seguro las orientaciones que le ha dado a su Embajadora Laura F. Dogu es de no injerencia en los asuntos electorales propios de los nicaragüenses.
Un aviso de “rutina” que la embajada de los EE.UU. tiene saber trasmitir Al pie de la letra en todas sus dimensiones en el panorama político local aquí en nuestra patria. También la señora embajadora debe acabar con esas poses “entrometidas” nada diplomáticas ejecutadas en el pasado por sus antecesores cada vez que se realizaban elecciones.
La Embajada de los Estados Unidos, si algo tiene que alertar sobre el proceso electoral nuestro es de los riesgos a los que se exponen quienes intenten torpedear la buena marcha de las Elecciones Presidenciales Nicaragüenses.
Seguridad Nacional en ambos países es una garantía constitucional durante la jornada electoral y pidió que se tomen las precauciones necesarias.
Se trata de un trámite “I believe you” que de ahora en adelante tendrá que efectuar la Embajada de los EE.UU., en todas sus letras. Al fin y al cabo, el reconocimiento de los candidatos electos tanto en USA o NICARAGUA, es el soberano pueblo quien lo ratifica y no las cúpulas políticas confrontadas.
“Apoyamos la idea de que los nicaragüenses merecen elecciones transparentes”, es una tarea que el Poder Ciudadano junto a sus autoridades electas competentes, sin intervención extranjera nos garantizan a los nicas.
De eso tiene que estar claro todo el mundo, especialmente la embajadora de los Estados Unidos en Nicaragua Laura F. Dogu.
Altamira, Managua Nicaragua 9 enero 2016.
Víctor Boitano Coleman
*Autor Libro Dólares, Políticos y Elecciones.
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