Antes de que termine su mandato, el presidente de Estados Unidos que restableció relaciones diplomáticas con Cuba podría visitar La Habana, en 2016.
Casi al cumplirse el primer año de aquel histórico 17 de diciembre de 2014, Barack Obama se lo confirmó a Yahoo News.
En un tono pragmático el presidente Obama planteó condiciones para realizar su viaje y para dar un apoyo más directo al fin del embargo. En 22 minutos de entrevista, el mandatario colocó otra vez sus piezas en el tablero de la negociación:
“(…) Todavía hay algunas cosas específicas que queremos que el gobierno cubano haga.
Nosotros podemos hacer algunas determinaciones acerca de cómo se implementa el embargo actualmente y podemos presentarle argumentos más fuertes al Congreso sobre la importancia de eliminar el embargo,si el gobierno cubano introdujera reformas más sustanciales.”
“(…) Estoy muy interesado en viajar a Cuba, pero creo que para eso las condiciones tendrían que ser las adecuadas.
Lo que le he dicho al gobierno cubano es que si en efecto puedo decir con confianza que hemos visto algunos progresos en la libertad y las posibilidades de los cubanos me encantaría realizar una visita como una manera de resaltar ese progreso.
Si vemos retrocesos no tiene sentido que yo esté allí, no estoy interesado en validar el estatus quo.”
“(…) Creo que si voy, parte del acuerdo es que pueda reunirme con todo el mundo. A propósito, cuando estuve en Panamá para la Cumbre de las Américas y me reuní frente a frente por primera vez con el presidente Castro, le dejé clara mi posición de que seguiremos apoyando el fin de las restricciones a la libertad de expresión.
Parte de las negociaciones que condujeron a la reapertura de la embajada, por ejemplo, se basaron en que no podíamos tener restricciones extraordinarias para nuestro personal.
Queremos tener la posibilidad de reunirnos con cualquiera y hablar con cualquiera, hablar sobre nuestras diferencias y hacerlo de una manera respetuosa.”
Van a tener que acelerar las reformas
Para Barack Obama el proceso de normalización entre los dos países “está en marcha”, aunque para acelerarse requiere acciones por la parte cubana:
“(…) Hay dos áreas donde todavía tenemos que presionar más a los cubanos: la liberación de los prisioneros políticos (ha habido liberaciones, pero también algunos de ellos han vuelto a ser arrestados) y las restricciones a la libertad de expresión y de reunión, que todavía son muchas.
No esperábamos que eso fuera a cambiar de un día para otro, pero seguiremos presionando para que haya mejorías en esos campos…
(…) Creo que donde vamos a ver más avances es en el área económica, porque creo que en última instancia fue eso lo que motivó al señor Castro a dar este paso: el reconocimiento de que su economía estaba en un callejón sin salida y que la única forma de salir de ahí era establecer relaciones económicas con nosotros.
Pero no va a funcionar si los inversionistas norteamericanos no pueden contratar empleados directamente en Cuba, si las empresas estatales continúan siendo la fuerza económica dominante, si no hay una unificación monetaria que funcione eficientemente.
Si ellos quieren disfrutar de todos los beneficios de su reincorporación a la economía mundial, entonces van a tener que acelerar las reformas que hacen falta.
Yo creo que el presidente Castro entiende eso, pero es cauteloso porque están preocupados por el nivel de empantanamiento que podrían suponer estos cambios y lo abrumadores que podrán ser.”
Áreas para colaborar
“(…) Nuestra teoría original –insistió Obama– no era que íbamos a ver cambios inmediatos ni que el control que ejerce el régimen de Castro iba a suavizarse, sino más bien que con el tiempo se establecerían las condiciones para una transformación sustancial.
Yo creo que esa es la forma en que el Presidente Castro lo entiende. Creo que él va a ser muy cuidadoso.
Creo que van a seguir limitando los derechos humanos en formas que nosotros consideramos censurables, pero eso pasa en nuestra relación con China, con Vietnam, y con muchos otros países del mundo.”
Un año después ya hay un trabajo que mostrar, aseguró el Presidente y puso como ejemplo la reapertura de las embajadas, el incremento de los viajes hacia Cuba, las visitas de miembros de su gabinete como la Secretaria de Comercio y el de Agricultura, además de la suavización de restricciones para las inversiones norteamericanas en telecomunicaciones.
“(…) Mientras más vean los beneficios de las inversiones de Estados Unidos, de los dólares de los turistas norteamericanos moviéndose dentro de la economía, de las telecomunicaciones abriéndose para que los cubanos obtengan información sin censura, más se sentarán las bases para los cambios mayores que están por venir.”
“(…) A medida que se realicen cambios en las relaciones entre los dos países creo que es importante que encontremos áreas donde podemos colaborar.
Ya hemos firmado acuerdos en cuestiones de navegación y de protección de las áreas marinas.
Creo que la persecución del tráfico de personas es otro interés que compartimos.”
Raúl Castro por Barack Obama
Puesto a exponer su visión sobre el mandatario cubano, Obama afirmó: “(…) Mi impresión de él es que es alguien que ha pasado por muchas etapas. Estamos hablando de un octogenario que ha estado en el poder junto a su hermano desde que yo nací.
No creo que el hombre que fue a sus 35 años es la misma persona que es con 85. Mi impresión de él es que es alguien que está muy comprometido con el régimen actual, que tiene reservas respecto a la democracia plena – no es un liberal – pero también veo en él mucho pragmatismo.
En ese sentido no creo que es un ideólogo, creo que es similar a algunos de los reformistas chinos que bajo el liderazgo de Deng Xiaoping comenzaron el cambio hacia la economía de mercado al mismo tiempo que trataron de aferrarse al modelo de Estado unipartidista.
Creo que va a ser cuidadoso con respecto a la velocidad de la apertura.
Creo que él reconoce las vulnerabilidades de sus sistemas político y económico.
Y probablemente lo que quiere conseguir es transformar el sistema económico, hacerlo más productivo y eficiente y elevar el nivel de vida sin soltar las riendas políticas.
Lo que nosotros debemos hacer es apoyar esas reformas económicas porque nos interesa ver al pueblo cubano beneficiarse de ese mejoramiento del nivel de vida, pero sin renunciar a nuestras creencias en la democracia.
También creo que Raúl Castro reconoce la necesidad del cambio y en parte la razón del momento en que se han producido estos cambios es su deseo de ayudar a impulsar esos cambios antes de que él y su hermano mueran.
Yo creo que él se ve a sí mismo como alguien que tiene la estatura necesaria para cambiar la sociedad cubana de una forma en que sus sucesores no van a poder.
Evidentemente nadie tiene mejor reputación… uno de los ´revolucionarios originales´.”
Los cambios que queremos
“(…) La política puede cambiar muy rápido, en Florida ya ha cambiado muy rápido. Es concebible que el Congreso decida tomar alguna medida el año que viene.
Yo he argumentado, y lo voy a seguir diciendo, que el embargo puede haber jugado una función en los 1960, quizás a principios de los setenta, pero después de 50 años no ha funcionado, no ha producido los cambios que queríamos.
Vamos a estar mucho mejor si las costumbres, las actitudes, y las mentes del pueblo norteamericano y las compañías norteamericanas están ahí a la vista de los cubanos, que ellos estén en contacto diario con ellos.
Vamos a ver qué tipos de medidas podemos tomar a través de la rama ejecutiva, pero nosotros también vamos a ser selectivos y cautelosos en cómo avanzamos, porque una parte de nuestro objetivo aquí es garantizar que estemos beneficiando al pueblo cubano.
Va a haber algunos sectores de la economía donde creemos que si hay alguna modificación del embargo el pueblo cubano se va a beneficiar directamente.
Va a haber algunas áreas que podrían servir para fortalecer a los simpatizantes del régimen, pero que no necesariamente van a tener un impacto amplio.
Por eso fue que empezamos con las telecomunicaciones, ese es un ejemplo de un sector donde estamos muy confiados de que mientras más acceso tenga el pueblo a Internet, eso va a ser bueno para las perspectivas futuras de Cuba.”
El gobierno cubano ha insistido varias veces después del 17D que está dispuesto a mantener la negociación bajo el respeto a su soberanía y sin condicionamientos. Son sus inamovibles el fin del bloqueo económico contra Cuba, como garantía de una normalización plena.
Esta postura de un Obama “condicional” tampoco es novedosa.
Su estrategia de avance se ha sustentado desde el principio en peticiones que implican cambios en las políticas internas de un país soberano, mientras del otro lado se le argumenta que nada como eso pide Cuba, el país hostilizado durante 50 años.
Ante esta nueva visibilización del mismo punto, ¿cómo responderá La Habana?
Más de medio día después de la publicación de las declaraciones de Obama, los medios estatales cubanos nada han dicho (en actitud de oídos sordos o quizás en preparación de otro tipo de respuestas).
La semana del aniversario depara nuevos gestos.
Traducción de OnCuba