Pablo Gonzalez

La lucha contra la oligarquía: segundo frente de la guerra de Donbass


Los clanes oligárquicos, nacidos de la realidad ucraniana, siguen manteniendo influencia tanto en lo político como lo económico en la República Popular de Lugansk. 

Esto supone un riesgo importante a la construcción de la República y a su propia existencia y dificulta además la integración gradual de la RPL en el espacio económico común de Rusia y la Unión Euroasiática.

Durante la rebelión de Donbass en la primavera de 2014, los participantes en el movimiento popular sintieron que al rechazar a las odiadas autoridades de Kiev, la región se olvidaría también de nombres de Rinat Ajmetov, Yuri Enakievsky, Natalia Korolevskaya o Sergey Kurchenko. 

En pocas palabras, la rebelión se concibió no solo como movimiento de liberación popular (anti nacionalista) sino también como un movimiento social (contra los oligarcas).

Y mientras los nacionalistas se encontraban al otro lado de la línea del frente, los miembros de la oligarquía, unos en Kiev, otros en la cárcel, otros en la Costa Azul y alguno (¿lo confesará?) en Moscú, comenzaron a hacer negocio.

Los clanes oligárquicos de los tiempos de Yuschenko y Yanukovich, que no aprendieron ni olvidaron nada en la primavera de 2014, siguen intentando actuar de la misma forma que los hicieran con “el viejo régimen” ucraniano, sin tener en cuenta siquiera la existencia de las Repúblicas Populares.

La “restauración tranquila” del antiguo orden ucraniano que se prepara para la RPD y la RPL es más peligrosa incluso que los preparativos militares de las fuerzas ucranianas. 

Y es peligroso porque inyectar a las jóvenes repúblicas el viejo veneno moribundo de la oligarquía podría descomponer desde dentro el mecanismo, que aún no se ha consolidado, del nuevo estado. Y estos grupos cuentan ya con experiencia en lo que se refiere a la destrucción del Estado.

La oligarquía ucraniana es un enemigo contra el que no se puede luchar con artillería. Requiere una lucha larga y sistemática mientras continúa la construcción del nuevo modelo político y económico para Donbass, el mismo modelo que soñaba la población en la primavera de 2014, para lo que votó en el referéndum del 11 de mayo.

¿Por qué se han convertido en un problema para las Repúblicas Populares los oligarcas ucranianos? ¿Harán los grandes negocios y las grandes inversiones que los oligarcas pretendan convertirse en grandes patriotas de Donbass? ¿Por qué no trabajar juntos?

La realidad es que los intereses de los clanes oligárquicos y los del pueblo de Donbass son incompatibles. Y no se trata solo del típico conflicto post-soviético entre el pueblo empobrecido y la élite que se enriqueció a base del salvaje proceso de privatización.

¿Cuál es esa incompatibilidad?

En primer lugar, los grupos oligárquicos ucranianos buscan principalmente maximizar sus beneficios, algo que objetivamente contradice los intereses estratégicos para el desarrollo de la República. Por ejemplo, la República fracasó en su intento de desarrollar las estructuras para restaurar los edificios propiedad de los oligarcas. 

Esos oligarcas (en la RPL se siente principalmente la influencia de Efremov, Abramov, Kurchenko y Ajmetov) prefirieron aprovecharse especulando con la gasolina y el combustible, arruinando las posibilidades de trabajar de forma sistemática en la recuperación de esta región asolada por la guerra.

En segundo lugar, los negocios de los clanes oligárquicos están íntimamente ligados a Ucrania, por lo que los intereses económicos de esos oligarcas pasan por el regreso de Donbass a control de Kiev. Por supuesto, ni Ajmetov ni Ivanyuschenko son seguidores de los nazis, de Bandera o de Shujievich, pero los negocios son los negocios. Pero esto supone que la presencia de oligarcas ucranianos en Donbass es, a priori, peligrosa para la RPD y la RPL.

En tercer lugar, los oligarcas ucranianos también acarrean la amenaza de reproducir la corrupción en el aparato estatal de la RPL y recuperar esas plagas del sistema oligárquico que el pueblo de Donbass deseaba dejar atrás al votar por la independencia en referéndum.

Finalmente, los clanes oligárquicos ucranianos miran hacia Occidente. Ahí están su capital, sus propiedades, sus intereses y es ahí donde estudian sus hijos y donde esperan ser aceptados por las élites capitalistas occidentales.

Todos recordamos cómo el “patriota de Donbass” Rinat Ajmetov apoyó Euromaidan tras una informativa conversación con la representante del Departamento de Estado de Estados Unidos Victoria Nuland. Occidente conoce todas las “debilidades” de los oligarcas ucranianos y puede que en situaciones clave pueda incluso dirigir sus actividades según sus propios intereses.

La restauración de la oligarquía ucraniana en Donbass es una amenaza a la existencia de las Repúblicas Populares. ¿Comprenden las autoridades de la RPD y la RPL esta amenaza y están dispuestas a abrir un “segundo frente” en la guerra de Donbass contra la oligarquía ucraniana?

Frente al resto de Ucrania, donde tras la victoria de Maidan los oligarcas lograron consolidar sus posiciones convirtiendo regiones en sus feudos, el poder de los oligarcas sufrió un duro golpe en Donbass.

 Y dice mucho que el liderazgo de la RPD y la RPL esté dispuestos a continuar trabajando por acabar definitivamente con el poder de la oligarquía en Donbass.

En la próxima ocasión hablaremos de los detalles de esa lucha.

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Publicado por Odio de Clase

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