Zoe Konstantopoulou fue presidenta del Parlamento griego entre febrero y octubre de este año, cargo desde el que impulsó el comité que auditó la deuda pública griega.
Los trabajos del comité duraron tres meses y finalizaron en plena negociación de Alexis Tsipras con el Eurogrupo.
Su labor no fue suficiente para lograr una acuerdo favorable a las pretensiones iniciales del gobierno heleno, pese al referéndum que dio un rotundo 'no' a las condiciones de los acreedores. Konstantopoulou fue una de las diputadas rebeldes de Syriza que votó en contra del acuerdo con la troika.
De hecho, lo calificó de "genocidio social". Tras su marcha de Syriza apoyó a la formación Unidad Popular, que no logró entrar en el Parlamento en las elecciones del pasado mes de septiembre. Konstantopoulou ha visitado Barcelona para participar en las jornadas que quieren tejer un proyecto común para la deuda europea.
Las conferencias de este sábado enfocan hacia una solución europea a la crisis de deuda. ¿La crisis griega ha constatado que un Estado en solitario no puede?
La solución será más justa cuanto más global y más colectiva sea. Hasta ahora, los pueblos y los países han sido victimizados a través de la deuda. La gente está sufriendo para pagar una deuda que no es suya, y si no abordamos el problema a nivel europeo tendremos a más de una generación perdida en Europa y una desigualdad todavía más acusada. El futuro de Europa no puede ser una victoria de los oligarcas y de los bancos sobre la gente corriente. Tenemos que encontrar una solución europea, e incluso que supere las fronteras del continente y que establezca criterios universales.
¿Bajo qué criterios trabajó el comité que auditó la deuda griega?
El comité trabajó bajo los criterios y los principios de Naciones Unidas para la reestructuración de la deuda. La conclusión fue que la deuda griega ha sido insostenible desde 2010 y que los acreedores, es decir, el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, lo sabían.
¿Qué quiere decir que la deuda es insostenible?
Significa que no puede ser devuelta sin minar los derechos básicos de la población: sanidad, educación, vivienda, etc. Los acreedores, sabiendo de esta situación, sobrecargaron a Grecia con más préstamos, lo que significó más deuda. Esto constituye una prueba de la mala fe de los acreedores y la base para declarar la deuda odiosa y anularla. Es más, gran parte de la deuda ha sido producto de tratos y prácticas corruptas entre anteriores gobiernos griegos y compañías internacionales, también conectadas con otros países.
En el conflicto que usted plantea entre deuda y derechos humanos, ¿están perdiendo los derechos humanos?
Cuando el tema de la deuda se convierte en un tema de jerarquía legal internacional no hay argumentos para justificar que se socaven los derechos humanos para priorizar cualquier tipo de pago. Los derechos humanos y los vidas humanas deben priorizarse siempre. El estado tiene la obligación de proteger en primer lugar a su población, garantizar los derechos de su pueblo, antes que las obligaciones cursadas en fraude de ley con los acreedores, como ha sido el caso griego. Además, parte de la deuda griega vinculada a los memorandums es resultado de procedimientos ilegales e inconstitucionales. Otra razón para considerarla ilegal y odiosa.
Usted fue muy dura con el acuerdo suscrito por Tsipras y los acreedores. ¿Por que optó por irse de Syriza?
Por desgracia Tsipras no usó los resultados del comité de la deuda de ninguna manera. Desde el momento en que se le entregaron los resultados, Tsipras sabe que la deuda griega es ilegal y no se debe pagar. Sin embargo, no usó para nada el informe del comité en sus negociaciones con los acreedores, aunque se probó que el informe producía resultados, ya que es el primer documento oficial que revelaba los documentos secretos y confidenciales del FMI que probaban que el Fondo sabía que la deuda griega era insostenible desde 2010 y, que no obstante, formuló más préstamos. Es más, los trabajos del comité revelaron que los rescates no eran para salvar al pueblo o a la economía griega, sino a los bancos franceses y alemanes que poseían millones de euros en bonos griegos.
¿Por qué Tsipras no usó esa información?
Esa es una pregunta que yo no sé contestar y que Tsipras ni su Gobierno tampoco han contestado. Pero hay más preguntas sin respuesta.
Tsipras tampoco ha contestado por qué hizo caso omiso al informe del FMI del 26 de junio, el primer documento en el que admite que la deuda griega es insostenible y que no se puede pagar. Pero es que hay otro documento del FMI en esta dirección del 14 de julio. Tsipras no usó esa herramienta para abolir la deuda. No tengo una respuesta sobre por qué hizo esto.
¿El acuerdo firmado fue una capitulación?
Fue una capitulación que todavía nadie ha explicado. No tiene ningún sentido que cuatro días después de la victoria del 'no' en el referéndum Tsipras llevase al Parlamento una ley que daba poderes al Gobierno para negociar un trato casi idéntico a las medidas que se rechazaron en el referéndum. Tsipras argumentó que era para su protección y que era lo más lejos que llegaría.
No obstante, la realidad mostró que fue mucho mas lejos, y se firmó un acuerdo neoliberal mucho más antisocial que recrudeció la miseria de la sociedad griega.
¿Cómo ha digerido la sociedad griega la firma del rescate?
La gente todavía está impactada y confusa por lo que ha pasado. Muchas personas necesitarán todavía más tiempo para comprender lo que pasó. Hay que tener en cuenta que muchas personas que lucharon para dejar atrás los memorandums y restablecer la democracia vieron cómo se firmaba el memorándum y se abandonaba a la democracia.
Creo que fue un shock y un trauma para mucha gente. Muestra de ello fue la abstención de casi un 50% en las elecciones del septiembre, que fueron diseñadas rápidamente para quitar fuerzas a los críticos con Tsipras y a los que defendíamos el programa con el que la izquierda había salido elegida.
¿Grecia ha perdido la esperanza?
La esperanza nunca se pierde. Habrá esperanza mientras haya gente, que la hay, y muchos jóvenes determinados para luchar por sus vidas, por sus derechos y su dignidad.