Gonzalo Lira, Javier Milei y Gabriel Boric

Gonzalo Lira, Javier Milei y Gabriel Boric

Tiene que ser Siria, sí o sí: el juego del falso culpable


¿Se acuerdan de la patética fiscal del juicio del 11-M proclamando con voz chillona: "En los trenes estalló Goma2 "ECO" y VALE YA!!!"?

Es la imagen que mejor resume la histérica obstinación de quienes tienen el cometido de apuntalar una única versión de los hechos, defendida con gritos a falta de argumentos (recordemos también que los lacayos del poder ya se habían encargado de lavar los trenes y desguazarlos acto seguido -a solo dos días de los atentados- para que no quedase prueba alguna que desmintiese la sarta de mentiras que nos vendieron).

Esa terca pertinacia es la misma en la que hoy incurren quienes buscan apuntalar una atribución de los crímenes terroristas ocurridos en París: han sido refugiados de los que hemos acogido y VALE YA!!!

Pues no, señores políticos. Para sostener una acusación como esa hacen falta pruebas sólidas. 

Tan sólidas al menos como esos ignífugos pasaportes, al parecer tan indestructibles como la caja negra de un avión, y que curiosamente siempre aparecen para identificar a los terroristas. 

Algo que no engañaría ni a un niño, pero en lo que insisten los que buscan manipularnos: un pasaporte sirio habría aparecido en las afueras del Estadio Nacional, en Saint Denis, donde se hicieron explotar tres terroristas de un modo absurdo, puesto que no consiguieron masacrar a nadie más que a un cliente de un McDonalds.

Una acción que no era más que un aviso ruidoso, y que probablemente respondería a la precisión con que un "controlador" hizo volar a estos tarados de los que no se esperaba que matasen a nadie -la carnicería tenía que tener lugar muy lejos de allí-, sino que se hiciesen oir por el público del partido Francia-Alemania, en particular por el ocupante de la tribuna presidencial, destinatario concreto del macabro aviso (remito al lector a mi artículo previo Atentados de París: una hipótesis plausible en que explico por qué interpreto los hechos de este modo).

El descubrimiento de que ese pasaporte, cuya numeración no se corresponde con la de los que se expiden en Siria, es una burda falsificación hecha en Turquía es un contratiempo relativo: muchas noticias falsas consiguen mucho mayor eco que su posterior rectificación, y la identificación del propietario ya se ha divulgado en los medios. 

Al fin y al cabo la gente se cree siempre aquello que previamente están dispuestos a creer. Lo que no debería escapársenos es el hecho de que un pasaporte sirio falso difícilmente va a ser usado por un ciudadano sirio, dado que lo normal es que a éste lo que le resulte más fácil sea conseguir uno auténtico. 

En cambio son muchos los ciudadanos de otros países que acuden al mercado negro para conseguir pasaportes sirios falsificados porque hacerse pasar por titular de dicha nacionalidad otorga -u otorgaba hasta ahora- numerosos beneficios por parte de la U.E. 

Recientemente, un periodista holandés hasta obtuvo uno a nombre del primer ministro de su país, Mark Rutte -¡y con la foto de éste!- por 750 euros. 

Y si de verdad se nos han colado yihadistas en nuestra confiada Europa es porque quienes tienen que velar por nuestra seguridad se lo han permitido. Con toda la intención.

Quien más quien menos sabía que se avecinaba algo gordo. Las contínuas amenazas del ISIS a Occidente nos hacían temer que esta vez el perro ladrador iba a demostrar su ferocidad con mordiscos. 

Lo que nos choca es que la primera reivindicación del atentado no fue el jactancioso comunicado de estos descerebrados, sino la realizada previamente por monsieur Hollande, quien se apresuró a declamar histriónicamente su frase de un guión que huele a preestablecido: "Francia será implacable con los bárbaros del grupo Estados Islámico". 

¿Cómo sabía él quienes eran los autores, si los únicos conocidos se habían inmolado o habían sido abatidos?

Se que los escépticos dirán que únicamente se anticipaba a lo probable, pero un político debe ser prudente y no caer en el terco apresuramiento con que Aznar atribuyó el 11-M a ETA, puesto que a estas alturas del partido sabemos que esas ligerezas se pueden pagar más caras que el marisco en Navidad. Otra cosa es que Hollande no tuviese una sospecha razonable, sino una certeza. 

La que asiste a quien ha organizado, permitido o previsto lo sucedido. 

Alguien entre la mafia que rige el mundo, y a la que él pertenece, se había despedido en algún momento de él susurrándole: "Ya tendrás noticias nuestras". Las noticias llegaron en forma de zarpazo asesino no contra él, sino, una vez más, contra ciudadanos inocentes. La factura de los poderosos que van en limusina la pagamos siempre los que vamos a pie.



Así que, pese al reconocible acento francés de los terroristas que los testigos reportaron, hay que construir una "pista siria" como sea. Así que, ante la endeblez de la aparición del enésimo pasaporte indestructible los encubridores-investigadores han anunciado que han identificado como organizador de los atentados a -adivinenlo- un sirio: Abdelhamid Abaaoud, por supuesto conocido y fichado por la policía como islamista radical -"uno de los militantes más activos del Estado Islámico en Siria", según RTL-, pero que al parecer, no ha tenido mucho problema en planificar la carnicería del 13-N. Es lo que tiene estar bajo la lupa de las fuerzas del orden: que al final -como los confidentes policiales del 11-M- puedes hacer lo que te de la gana en las narices de la policía. 

Vamos, como el que copia en el examen estando en primera fila, ya que el profesor debe pensar que en esa situación no te vas atrever. ¿Alguien en pleno uso de sus facultades mentales se lo cree?

El periódico griego 'Protethema' contribuye a la atribución del atentado a emigrados sirios al señalar a dos hermanos, Ahmed Almuhamed y Mohamed Almuhmed, registrados como refugiados por el Consejo de la Unión Europea, como dos de los autores materiales de los salvajes atentados de París. 

Ambos habrían sido rescatados por una unidad de salvamento marítimo de un naufragio frente a las costas de Grecia. Dos nombres a sumar a los tres yihadistas identificados por las autoridades francesas: Samy Amimour, francés, Ahmad Al Muhammad y Abdelhamid Abaaoud. ¿Adivinan la nacionalidad atribuida a los dos últimos? 



Como en el 11M -todos estos "fregaos" están cortados por el mismo patrón- los autores de la masacre están convenientemente suicidados o han huído. Es el caso de Salah Abdeslam, belga de origen marroquí, uno de los autores materiales de los hechos, quien tras la masacre salió en coche de París y pudo pasar a Bélgica -¡en pleno cierre de fronteras decretado por el gobierno Hollande!- después de haber acreditado su identidad en un control de la Policía.

Esto no es que huela a autoatentado, es que apesta y de lejos. 

Tenemos a un sospechoso al que las autoridades permiten huir, avisos de servicios secretos como los de Hungría de que entre la oleada de inmigrantes que vienen de sopetón después de cuatro años de guerra en Siria hay yihadistas identificados con nombres y apellidos a los que nadie detiene, falsos pasaportes sirios para incriminar a ese país que provienen de Turquía, y la atribución de la nacionalidad siria a siete cadáveres que, en plena oleada migratoria descontrolada, vaya a saber usted de donde diablos eran. 

Y para postre, el único superviviente de entre los autores, no es de origen sirio ... sino marroquí. Los que están armando este guión están forzando demasiado la trama con tal de apuntar a una nación sobre la que la OTAN, con Francia como ariete, ha puesto sus garras.

 La torpeza del presidente Assad -torpeza por la oportunidad, no por la verdad de sus palabras- al declarar el pasado sábado que "Francia conoció ayer lo que vivimos en Siria desde hace 5 años" no ayuda a apaciguar ánimos ni sospechas.

 El líder sirio expresó sus condolencias al pueblo francés, pero los titulares recogieron su intervención como una forma encubierta de revanchismo, algo extremadamente imprudente cuando lo que buscan los organizadores de esta "false flag" es una excusa para invadir su país.


Si todo lo anterior no acaba de convencer al lector, queda aún otra pieza de este puzzle que viene a sumarse a los indicios de que todo este fabuloso engaño obedece a proporcionar una coartada para atacar Siria. 

Los medios han publicado que los terroristas que ametrallaron a los asistentes a un concierto de "death metal" en la sala Bataclan gritaron. 

"Esto es por lo que Francia está haciendo en Siria". Y se nos ha dicho que eran del ISIS. Aquí hay algo que chirría.

Pensemos un momento: una organización que ha conquistado un territorio -que no está exclusivamente dentro de las fronteras sirias, sino que también abarca el norte de Iraq- que han convertido en Califato, es decir, en el estado independiente que los islamistas llevan siglos añorando restaurar, ¿clamaría venganza en nombre de Siria?

¿No sería más lógico que gritaran: "Esto es por lo que Francia está haciendo al CALIFATO ISLÁMICO"?

La mención a un estado que el ISIS combate es tan incoherente como si en la época (en torno a 2000) en que ETA inició sus acciones contra Francia -en represalia por la retirada de los privilegios que le concedía el país vecino- hubiera reivindicado acciones como la explosión de un coche bomba estacionado ante la FNAC diciendo que lo hacía, no por lo que Francia estaba haciendo a Euskal Herria, sino por lo que Francia le estaba haciendo ... a España. Un absurdo inconcebible.

Cuando los terroristas "firman" un atentado reivindicándolo en términos que contradicen su propio discurso, pero refuerzan los del bando al que están atacando, puedes estar seguro, amigo lector, de quién es el que está patrocinando este "grand gignol". Una misma mano ha movido a todos los títeres de la obra, confabulados de antemano para sacar adelante este diabólico guión.

Basta de hipocresía, señor Hollande. Es usted cómplice y encubridor del mismo "lobby" militarista neoimperialista que está empujando a la humanidad a una guerra suicida de todos contra todos. Y que ha masacrado a los compatriotas por cuya seguridad debía velar.

No nos repita los argumentos que le dictan sus amos. Sabemos quiénes son y cuál es su juego.

(posesodegerasa)

Publicado por posesodegerasa

Related Posts

Subscribe Our Newsletter