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Irlandeses y españoles, los más empobrecidos desde 2009


Los ciudadanos irlandeses y españoles perdieron mayor riqueza personal que los de cualquier otro país de la eurozona a raíz de la crisis financiera, mientras que los alemanes y holandeses fueron los que más ganaron, según los últimos datos publicados por el Banco Central Europeo (BCE).

En un análisis realizado entre 2009 y 2013, expertos del BCE descubrieron que Irlanda perdió más de 18.000 euros por persona, mientras que los españoles vieron disminuir su riqueza en una media de 13.000 euros por persona, en dos países donde los precios de las propiedades se han desplomado.

Los griegos vieron también reducida su riqueza nacional en 17.000 euros por habitante, por las mismas razones que Irlanda y España.

En contraste, en Holanda y Alemania la riqueza per cápita tuvo un fuerte crecimiento en 33.000 y 19.000 euros por habitante, respectivamente, debido en parte a un aumento de las inversiones financieras durante ese período.

Los datos, que reflejan el panorama previo a los primeros brotes de recuperación económica de España e Irlanda, revelan las importantes diferencias que existen entre los países pertenecientes a la eurozona, que se extiende desde la ciudad de Helsinki en el norte hasta Atenas en el sur.

Con esta publicación, el BCE reconoce estas diferencias, sin embargo su capacidad es limitada a la hora de remediarlas.

Su plan de inyección masiva de dinero en la economía (también conocido como QE, por sus siglas en inglés) se distribuye entre los países de la eurozona según su tamaño relativo, en vez de haber tenido en cuenta las necesidades económicas de cada uno.

Para corregir los desequilibrios entre estados con una industria fuerte como Alemania y países como España, los expertos han abogado desde hace tiempo por un sistema de transferencias financieras o pagos por parte de los países ricos hacia los pobres.

Alemania, que se muestra temerosa de que esta solución pueda acarrearle costes inasumibles y cree que las ayudas a países derrochadores podrían desalentarlos de llevar a cabo reformas, ha rechazado rotundamente esta recomendación.

El BCE publicó también un capítulo a parte, que recoge datos económicos hasta el inicio de 2015, que muestra que la situación de los países débiles podría ir mejorando gradualmente.

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