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El fraccionalismo y el divisionismo del movimiento obrero


Caricatura del trotskismo con varias citas de trotskistas incitando al fraccionalismo y el entrismo

«La división del movimiento revolucionario de la clase obrera constituye uno de los objetivos y rasgos distintivos más característicos del actual trotskismo. 

Objetivamente, el trotskismo de nuestros días puede ser descrito como un organismo especial en el servicio de la burguesía para la división del movimiento obrero, división que los trotskistas buscan elevar como principio, expresándose abiertamente ellos mismos contra la unidad en sus filas. Uno de los líderes e ideólogos presentes de trotskismo, Pierre Frank, escribe:

«De hecho, lo que es verdaderamente anormal en el movimiento obrero es el monolitismo, esta «unidad» que estrangula cada pensamiento político independiente en las filas de las organizaciones autodenominadas marxistas. (...) 

En lo referente a la historia del movimiento obrero se puede ver que esto está presente con frecuencia, como su historia está llena de luchas de tendencias y corrientes, en oposición teórica y política entre ellas. 

Esto era normal, para el progreso de la acción revolucionaria y el pensamiento no puede concebirse fuera de una confrontación incesante de teorías, situado y orientado a la realidad, y más aún en un mundo que está en un estado de convulsiones ininterrumpidas, en la que «algo nuevo» aparecer y surge cada día». (Frank Pierre; La Cuarta Internacional; La larga marcha de los trotskistas, 1969)

Por lo tanto, según él, no puede haber una cuestión de unidad en el movimiento obrero, su situación normal sería la división continua (!). 

De ello se desprende claramente en el concepto de constante división en muchas de las filas del movimiento trotskista, su continuo desmembramiento en una larga lista de grupos y fracciones en donde se desarman los unos a los otros entre sí, siendo esto no solo una expresión de debilidad y naturaleza pequeño burguesa, sino también una táctica para crear discordia y desintegrar las filas del movimiento obrero revolucionario.

Las vacilaciones sin principios a la «izquierda» y la derecha, la unidad a veces con los oportunistas de extrema derecha extrema y en otras ocasiones con los elementos extremistas y aventureros de «izquierda», es también un rasgo característico de los conceptos y actitudes de los trotskistas. 

Así, por ejemplo, por un lado, que persiguen la política así llamado de «entrismo», es decir, la fusión de los grupos trotskistas con otros partidos, entre ellos los partidos socialdemócratas derecha, mientras que por otro lado se tiende furiosamente a atacar la política antifascista de los frentes populares, describiéndolo como «política oportunista de colaboración de clases».

 Por un lado los trotskistas ponen por los cielos el uso de la violencia al azar, apoyan e incitan a los anarquistas y los movimientos de «izquierda» que carecen de perspectiva y de un programa revolucionario claro, trayendo una gran confusión y desilusión en el movimiento revolucionario, como las revueltas caóticas de los grupos armados o la guerra de guerrillas no basadas en un amplio movimiento de masas organizado.

 Así, abogan por el aventurismo político y el golpismo, mientras que también por otro lado recomiendan para el movimiento obrero unas «estrategias» y «tácticas» en la lucha por el socialismo, que son idénticas a la línea reformista de los revisionistas de derecha. 

Véase la obra de Pierre Frank: «La Cuarta Internacional» de 1969 o la obra de Kostas Mavrakis: «Sobre el trotskismo» de 1971. 

Estas vacilaciones, la mezcla ecléctica de conceptos más derechistas con los de la extrema izquierda, no son solo una expresión de la naturaleza esencialmente pequeño burguesa del movimiento trotskista, sino también una manera de desintegrar y desorientar al movimiento obrero.

Todo esto demuestra que la característica fundamental de la política de hoy en día del trotskismo es, al igual que en el pasado, la revolución en las palabras y el debilitamiento y el sabotaje del movimiento revolucionario en la práctica». (Agim Popa; El movimiento revolucionario actual y el trotskismo, 1972)

Anotaciones de Bitácora (M-L):

¿Cómo podríamos explicar al lector que es una fracción en un partido? Con las palabras del magnífico marxista-leninista español Pedro Checa:

«¿Qué es una fracción? Una fracción es un grupo que se organiza o funciona al margen de las normas establecidas en los estatutos del partido –célula, radio, asamblea, conferencia, etc.– a base de una plataforma propia y de una disciplina interior. 

Claro, que las fracciones no nacen como tales ya hechas. Se crean a través de los grupos, los núcleos militantes amigos, las tertulias, etc., que a través de coincidencias en la crítica o en la lucha contra determinados camaradas u organismos del partido van tomando forma y desarrollo». (Pedro Checa; Qué es y cómo funciona el partido comunista, 1937)

Una de las diferencias entre el trotskismo y el leninismo en el concepto organizativo de partido, era la cuestión de la permisión o no de fracciones en el partido, es de decir de plataformas paralelas al liderazgo legítimo y elegido por los órganos del propio partido como hemos visto en la definición anterior. Ante ello Lenin explica su posición frente a este fenómeno:

«Es necesario que todo obrero consciente comprenda con claridad el carácter pernicioso e inadmisible de todo fraccionalismo, el cual, pese a todo el deseo de los representantes de algunos grupos de mantener la unidad del partido, conduce sin falta en la práctica al debilitamiento de la labor aunada y a los intentos acentuados y repetidos de los enemigos del partido gubernamental, que se infiltran en sus filas, de ahondar las disensiones en su seno y utilizarlas para los fines de la contrarrevolución. (...) 

Por las razones expuestas, el congreso declara disueltos y prescribe disolver inmediatamente todos los grupos, sin excepción, que se hayan formado con tal o cual plataforma –a saber: «oposición obrera», «centralismo democrático», etc.–. 

El incumplimiento de este acuerdo del congreso acarreara la inmediata e incondicional expulsión del partido». (Vladimir Ilich Uliánov; Lenin; Informes en el Xº Congreso del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia, del 8 al 16 de marzo de 1921)

El trotskismo por medio de su líder declaraba sin embargo:

«La Cuarta Internacional nunca ha prohibido las facciones y no tienen intención de hacerlo. Las facciones han existido y seguirán existiendo entre nosotros». (Lev Trotski; Trotskismo y el PSOP, julio de 1939)

Y ello no fue un giro del trotskismo, ha sido la esencia de su principal líder desde sus inicios:


«Trotski, por un lado, representa solamente sus vacilaciones personales y nada más.

 En 1903, fue menchevique; en 1904, abandonó el menchevismo; en 1905 regresó al menchevismo haciendo gala de frases ultrarevolucionarias; en 1906 los dejó nuevamente; a fines de 1906 abogó por acuerdos electorales con los Kadetes –estando una vez más con los mencheviques–; y en la primavera de 1907, en el Congreso de Londres, dijo que difería de Rosa Luxemburgo en «matices específicos de ideas en vez de líneas políticas». 

Un día Trotski plagia del acervo ideológico de una facción, al siguiente día plagia de la otra, y después se declara por encima de las facciones». 

(Vladimir Ilich Uliánov; Lenin; Significado histórico de la lucha interna en el partido en Rusia, 1910)

http://bitacoramarxistaleninista.blogspot.com.es/

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