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EEUU: Indígenas se oponen a canonización de fraile genocido


Cuando el papa Francisco esté canonizando a Junípero Serra como el primer santo hispano de Estados Unidos en una misa en Washington, al otro lado del país, en California, Louise Miranda estará expresando su luto.

Miranda, líder tribal de la nación Ohlone Costanoan-Esselen, acudirá al cementerio de la Misión de Carmel para honrar la memoria de sus antepasados, que perecieron en las misiones que fundó el fraile franciscano que será santo.

“Miles de ellos están en una gran tumba al lado de la iglesia desde hace cientos de años, así que iremos y rezaremos porque el papa no nos está escuchando“, contó en conversación con BBC Mundo

Miranda pertenece a un grupo de miembros de tribus originarias californianas, que se opone a la canonización del fraile español, quien llevó el catolicismo a esa parte del país en el siglo XVIII y es considerado el fundador de California.

“Nos oponemos a la canonización porque creemos que Serra violó muchas reglas de la Iglesia“, señala Miranda, “como católica, creo que le están eximiendo de la responsabilidad por los crímenes que cometió contra nuestros ancestros”.

Aunque la figura de Serra es respetada por muchos, recientemente algunos historiadores han revaluado su labor de evangelización por las consecuencias que las misiones tuvieron para los indígenas obligados a convertirse al catolicismo.

“Incansable misionero”

El Papa defendió en mayo la figura del franciscano a quien se refirió como un “incansable misionero” que defendió los indígenas contra los abusos de los colonizadores.

Francisco describió a fray Junípero, nacido en la isla española de Mallorca en 1713, como “uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, santo de la catolicidad y especial protector de los hispanos del país”.

Pero los nativos reclaman que Serra sometió a sus antepasados como un conquistador más y aunque escribió cartas al virrey en México para denunciar los abusos de los soldados españoles contra los nativos, afirman que no hizo lo suficiente para evitarlos.

“La gente dice que era un hombre de su tiempo, que era la forma en la que se hacían las cosas cuando él estuvo aquí pero como cura, no importa en qué época, se supone que tendría que preocuparse por la gente”, declara la líder tribal.

“Todo nos fue quitado a causa de las misiones”, lamenta Miranda, quien ha luchado por la conservación de su lengua –el esselen- y sus costumbres, y espera que las nuevas generaciones aprendan cómo vivían sus antepasados.

Aunque algunos miembros de la tribu que no se oponen a la decisión del papa, Miranda explica que la mayoría de los nueve miembros del Consejo de la tribu está en contra, por lo que aprobaron las acciones en contra de la canonización.

“Sin lugar en el cielo”

Desde que Francisco anunció en enero la canonización de Serra – que fue beatificado por Juan Palo II en 1989- en reconocimiento a su labor evangélica, representantes de las tribus enviaron misivas al pontífice para evitar lo que consideran un “escándalo moral”.


“Las misiones eran cárceles y campos de exterminio para mi gente“, escribió Andrew Salas, presidente tribal de la nación Kizh, de la Misión de San Gabriel, una de las nueve misiones que fundó Serra.

Antes del establecimiento de las misiones, en el territorio de California vivían unos 300.000 nativos, cifra que hacia 1850 rondaba los 100.000, según calculan los historiadores.

“De día sirvieron de esclavos para erigir algunos de los ejemplos más bellos de la arquitectura del estado de California, que no eran más que una fachada de los insalubres campos de la muerte”.

Una vez bautizados, los indígenas eran obligados a vivir en las misiones, donde muchos morían por la insalubridad, otros a causa de las enfermedades venéreas que les transmitieron los españoles.

Para Norma Flores -Toypurina Carac-, portavoz de la Nacion Kizh de la Misión de San Gabriel la canonización “es una celebración de un genocidio, el 90% de la población que vino a evangelizar murió en condiciones horribles por eso no creemos que tenga un lugar en el cielo con los otros santos”.

“Cuando el papa hizo el anuncio me puse enferma, sentí un dolor en mi corazón porque sabía el daño que le iba a provocar al espíritu de mis ancestros que la persona que vino a quitarles sus vidas, su cultura y su religión iba a ser considerada un héroe”, contó a BBC Mundo.
La activista, también católica, señala que “la Iglesia es la gente y la gente es la que hace la Iglesia católica, el amor, la piedad, la compasión es la Iglesia, pero Junípero Serra no tenía amor, ni piedad ni compasión” por eso inició una petición contra su canonización que cuenta con 10.000 firmas.

“Los Hispanos merecen una persona ética en la Iglesia y en la historia de California para honrar y reflejar su herencia”.

Pero algunos historiadores creen que no puede verse la figura del fraile desde una sola perspectiva.

“La idea de que Junípero Serra era el protector de los indígenas se contrapone a las pruebas de que quería eliminar partes de su cultura e inició el sistema de misiones que fue letal para los indígenas”, según el historiador Steven Hackel.

“Al tiempo, la idea de que era un maniaco genocida exagera el papel que tuvo en la desaparición de la población indígena”

BBC MUNDO

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