Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

Cuba inmortal


Recuerdo... Cuba, paraíso tropical. Cuba, prostíbulo de los gringos. Cuba, libre de la dictadura de Batista. Cuba, con Fidel y El Che. Cuba, sitiada por USA. Cuba, mirando a Rusia. Cuba, escandalizando a los capitalistas. Cuba, luchadora contra El Imperio. Cuba, estoica. Cuba, terca. Cuba, rumbera. Cuba, embargada. Cuba, condenada. Cuba, estigmatizada... En fin...

Cuba, pequeña isla convertida desde hace más de medio siglo en referente mundial. Alabada, criticada, maldecida. Punto neurálgico de la Guerra Fría. Cuba inmortal. 

Cuba con sus fuertes.

 La Habana, playas de infinitos azules, el son, el ritmo, las carencias de la sociedad consumista, que jamás se rindió y con el pasar de los años se convirtió en punto de convergencia de la toma de las decisiones más trascendentales del continente americano.

Obama, el papa, Timochenko, Santos, Correa, Evo, mamertos, literatos, espías, arribistas, periodistas, rusos, españoles, alemanes, proletarios, ricachones, cineastas, curanderos, “enemigos del régimen”, todos acuden a la isla en busca de paz, de negocios, de diálogos, de fotos. Cuba, hechicera y misteriosa.

Dos hermanos que jamás se rindieron. Equivocados o no, jamás se doblegaron ante los imperios ni las amenazas. 

Cuba la “mala del paseo” es actualmente la “isla de la esperanza”, sobre todo para nosotros los colombianos.

Raúl Castro sorprende cada vez más. 

Cuando Fidel enfermó, nadie daba un peso por su gestión. Se le consideraba un secundón, alcoholizado, sometido a su legendario hermano... Títere insulso y sin autonomía.

Su habilidad casi felina para juntar dos manos y mantenerlas unidas, trenzadas por las suyas, pasará a la historia de Colombia como la imagen eterna de algo considerado imposible durante más de medio siglo.

 Cuando dos manos se juntan y las miradas se encuentran se abre un nuevo ciclo, el horizonte se amplía y se vislumbra un nuevo amanecer.

Indigno y rastrero el empeño de sectores recalcitrantes de ignorar que nuestra historia cambió el 23 de septiembre, cuando el sol se acostaba entre las espumas caribeñas, vestida de arreboles, invitándonos a despertar con un nuevo sol.

Colombia entera debería repudiar a todos aquellos que se empecinan en seguir siendo los mercaderes del odio. 

Son la inmensa minoría, porque el pueblo raso, el que pone la sangre, el que es enterrado en fosas comunes o lanzado a los ríos, el que ha visto violar a sus esposas e hijas, el que ha tenido que desplazarse para conservar su vida, esa gran, inmensa, mayoría no quiere más sangre. 

Quiere la paz 

Quiere que sus hijos conozcan una vida diferente.

La ultraderecha recalcitrante, obtusa, manipuladora, ambiciosa, egoísta, soberbia, tiene que tender también su mano, mirar de frente y unirse a este proceso de paz.

No podemos con más odios, con más sangre, con la absurda creencia de que el país se divide en “buenos” y “malos”. 

Todos somos responsables, alzados en armas o no.

 Todos tenemos que ayudar en combatir la inequidad, en unirnos para vivir en un país más digno y en paz.

Guerrillos, paras, bacrimes, militares, policías, banqueros, congresistas, políticos, politiqueros, campesinos, empresarios, honestos, corruptos, ricos, pobres, feos, jóvenes, viejos, enfermos, sanos... Todos.

 ¡Démosnos la oportunidad de conocer esta Colombia Mágica en paz!

Los enemigos de la paz, ¡paso atrás! Como decía Gonzalo Arango: “una mano más una mano no son dos manos... Son manos unidas...”. 

En este momento, ¡millones de manos nos unimos para lograr la paz!

http://www.elespectador.com/opinion/cuba-inmortal

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