Entrevista con Oscar Abudara Bini, coordinador del Observatorio de Terrorismo Comparado. En 2007 declaró en la causa AMIA, convocado por el fiscal Alberto Nisman. Su visión sobre el juicio por encubrimiento que ahora se desarrolla.
Enrique de la Calle
Mariátegui
APU: ¿Usted declaró en la causa AMIA? ¿Podría explicarnos en qué contexto, cuál fue su aporte?
Oscar Abudara Bini: Declaré en 2007. Modestamente, yo formaba parte de un pequeño grupo de investigadores locales y en esa fecha los familiares cobraban nuevos bríos tras el fallo federal del 2004. En ese año Thierry Meyssan, investigador top del atentado del 11.9 a las Torres Gemelas envió a su hijo Raphael a visitar Buenos Aires y a contactar con los investigadores locales. El escandalete mundial del juicio en el que echaron al juez José Galeano y sus colegas fiscales había despertado el interés de investigadores europeos y norteamericanos sobre terrorismo.
Meyssan y el grupo de personalidades del grupo Axis for Peace (Eje por la Paz), donde descollaba el ministro alemán Andreas von Bulow, nos ayudaron a enfocar los atentados locales con más rigor. Empezamos a entender que había nudos gordianos en los atentados (Lockerbie, Buenos Aires, Torres Gemelas 1993 y Torres Gemelas 2001, Madrid, Londres) que señalaban a gritos la realidad de un modus operandi común y no meras casualidades.
Los investigadores del terrorismo por un lado nos abocamos a la especificidad de cada atentado por separado como si fuera único. Por otro lado atendemos a la repetición de síntomas que de tan burdos a veces mueven al sarcasmo si no fuera que estamos ante hechos de crímenes masivos que han logrado "justificar" demoliciones de países enteros. Me refiero a Irak vinculándolo al 11.9 y Libia asociada al atentado de Lockerbie.
Supongo que además de mi trabajo con investigadores de alto nivel mundial en terrorismo pudo haberlo llevado a citarme la filtración de un informe de inteligencia que llegó a mis manos, originado en la CIA y el MOSAD. Recuerdo que me presenté en la SIDE para informar al respecto.
No descartemos que lo haya llevado también a citarme que contaba en mi haber con la cancelación de dos películas que contaban con el máximo nivel de actos del estado. Me refiero a que era vox populi que el presidente Menem había dictado dos Decretos del Poder Ejecutivo en mi contra y el presidente Duhalde un decreto PEN.
APU: ¿Cómo lo recibió Nisman?
OAB: Supuse erróneamente que se me consideraría un ciudadano que cumplía su deber y un investigador que traía el ofrecimiento de colaboración de investigadores internacionales de fuste; sin embargo recibí un trato descortés rayano en la grosería. El ofrecimiento de ayuda de investigadores internacionales fue recibido como algo negativo que parecía ponerlos al borde del descontrol agresivo.
APU: ¿Qué opinión le generaba en ese momento el fiscal?
OAB: Debo separar al “Nisman 1” del “Nisman 2”. “Nisman 1” es a quien conozco en su despacho, es el fiscal que me hizo interrogar por dos funcionarios adjuntos cuyo rango y nombre no recuerdo. Usted escuchaba desde su oficina y entraba y salía a cada rato, parando la oreja como se dice coloquialmente, exhibiéndose como una persona entre ansiosa y descontrolada y trasuntando un nivel sorprendente de vanidad. En aquel tiempo y todavía hoy parece que con el fiscal Nisman teníamos alguien con doble personalidad, una suerte de Dr Jeckyl y Mr Hide argentino. Es verdad que con el apoyo gigantesco de los medios usufructuaba la imagen del Dr. Jeckyl "investigador". Pero gracias a denuncias como las de Jorge Lanata y la mayoría de los investigadores serios se lo tenía por un Mr. Hyde. No olvidemos cuando el periódico judío independiente Nueva Sión comparaba sus citaciones a los persas con la actitud del conejo Bugs Bunny en un artículo famoso titulado "¿Qué hay de nuevo Viejo?"
APU: ¿Cuál es su visión sobre el juicio por encubrimiento que ahora se desarrolla? ¿Le genera expectativas?
OAB: Se está desarrollando el juicio por encubrimiento pospuesto con mil triquiñuelas durante una década. La gente se pregunta qué expectativa cabe tener y qué debería aportar este juicio. Desde antes del atentado, desde el primer segundo posterior y durante estos 21 años hay tres escenarios. Uno, aquel donde juegan las grandes ligas (Irán, Israel, EEUU), otro el político nacional y tercero el escenario jurídico propiamente dicho. En vista de los antecedentes y de que los tres escenarios están en movimiento, supongo que lo que ocurra en el campo judicial local dependerá de la interacción entre los tres contextos. En todo ello participan gobiernos (Irán, Israel, EEUU, Argentina), medios de comunicación locales y extranjeros, comunidades políticas, familiares de víctimas y nosotros los investigadores independientes argentinos y extranjeros.
No tengo que explicar ahora quien era Nisman en este complejo juego. Gracias a los documentos Argenleaks sabemos que se movía como pez en el agua con los gobiernos y servicios de inteligencia de Israel y los EEUU. Ya en aquellos tiempos en los que tuve el placer y displacer de declarar en su fiscalía la gente y los investigadores se preguntaban cuánto estaba ganando por tan “insalubre trabajo”. Ahora sabemos que tiene un millón y medio de dólares cash y casi otro tanto en propiedades y esto debería bastar para calmar nuestras dudas.
APU: Hay expectativa sobre lo que pueda declarar el ex presidente Carlos Menem en la causa. ¿Cuál es su análisis?
OAB: Hay que recordar que el general Videla marchó a la cárcel sin comunicar media palabra sobre los sectores de poder que lo acunaron antes, durante y después de la barbarie. No se olvide del general Galtieri que hizo lo mismo. ¿No estamos viendo este silencio pertinaz en el ex presidente Menem a quien parecen haberle facturado la muerte de su hijo varón? Sí, pero... El ex presidente Menem acaba de sacudir el tablero, al pedir que se lo autorice a levantar secretos de estado. Nos confirma Menem que con el atentado ingresaron servicios de inteligencia de Inglaterra, Israel y EEUU.
Hace 21 años que muchos investigadores sabemos que Menem obedeció órdenes de EEUU e Israel. Al segundo del atentado, Carlos Ruckauff, ministro de Menem recibió la orden en EEUU de que toda verdad debía abandonarse y acusar a priori a los persas. Horas después Israel envió un avión con dos enviados, uno militar y otro diplomático. El diplomático le ordenó a Menem lo mismo que desde los EEUU, el culpable eran los persas. El militar israelí plantó un falso motor de un falso coche bomba. Estas fueron las dos órdenes que Menem cumplió a rajatabla: acusar a los persas y plantar un falso coche bomba. ¿Romperá Menem este sometimiento que lleva 21 años? Pronto sabremos.
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