El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, señaló que la impunidad de sus actos lleva a los colonos israelíes a cometer horrendos crímenes, como el recién ejecutado contra una familia palestina en Cisjordania.
“Los fracasos para abordar efectivamente la impunidad en los repetidos actos de violencia de los colonos ha dado lugar a otro incidente horrendo, que causó la muerte de un inocente. Esto debe terminar”, afirmó en respuesta al incendio deliberado de una vivienda con la familia en su interior, en la aldea de Dima, cerca de la ciudad de Nablus.
La acción atribuida a extremistas judíos, quienes grabaron con grafiti inscripciones hebreas junto a la Estrella de David en una de las paredes exteriores, dejó un pequeño de 18 meses muerto y tres heridos de gravedad, sus padres y un hermano de cuatro años.
En un comunicado, el Secretario General condenó el crimen y llamó al procesamiento penal de los responsables.
Ban transmitió sus condolencias a los familiares de las víctimas y recordó el alto costo derivado de la continuidad del conflicto entre palestinos e israelíes.
“La falta de un proceso político, la insistencia de Israel en la ilegal construcción de asentamientos en territorios ocupados y la demolición de casas palestinas, han provocado el auge del extremismo en ambos bandos”, lamentó.
De acuerdo con el diplomático, la actual situación representa una amenaza para las legítimas aspiraciones del pueblo árabe y las demandas de seguridad de Tel Aviv.
“Pedimos a las partes evitar que escalen aún más las tensiones, y la pérdida de vidas humanas”, subrayó.
La ONU reclama negociaciones de paz que lleven a la materialización de la salida de los dos Estados, uno palestino y otro israelí conviviendo de forma pacífica y bajo fronteras establecidas.
Nuevos enfrentamientos
El sábado por la mañana, el ejercito decretó zona militar a la localidad de Kusra, norte de Cisjordania, sacudida por violentos enfrentamientos entre palestinos y colonos judíos.
En Jerusalén Este, dos policías y diez palestinos resultaron heridos en los incidentes registrados en la mañana del sábado.
Laith Jaldi, un adolescente palestino de 16 años, herido de bala por el Ejército en el campo de refugiados de Jalazun, cerca de Ramala, murió durante la noche.
Cientos de palestinos acompañaron este sábado su féretro hasta el cementerio.
Su madre acusó a los soldados de haber matado “a sangre fía” a su hijo, “que todavía era un niño”.
Otro adolescente fue abatido el viernes, esta vez en Gaza, por militares israelíes arguyendo que se había acercado demasiado al muro que separa Israel del enclave palestino.
La muerte del bebé, el viernes al alba, en el ataque de extremistas judíos contra la casa de la familia Dawabchen, en el norte de Cisjordania, provocó una ola de manifestaciones reprimidas por las fuerzas israelíes.
Ante la consternación provocada por las imágenes del pequeño cuerpo envuelto en una bandera palestina, los dirigentes israelíes, con el primer ministro Benjamin Netanyahu a la cabeza, denunciaron un “acto de terrorismo”.
El presidente israelí llamó incluso al presidente palestino Mahmud Abas para asegurarle que se haría justicia.
“Dudo que Israel obre una verdadera justicia”, respondió escéptico Abas, añadiendo que incluiría este nuevo “crimen de guerra” de Israel en el dosier que debía entregar el sábado a la Corte Penal Internacional (CPI).
PL / AFP
