Cartel del PCI en 1946 (referéndum)
"En aquella época yo era católica practicante y asistía a misa rigurosamente. Un domingo fui a la Iglesia.
El sacerdote estaba predicando desde el púlpito y dijo una frase que me dejó una profunda huella en ese momento.
Dijo que la guerra contra los comunistas era una guerra santa"
El sacerdote estaba predicando desde el púlpito y dijo una frase que me dejó una profunda huella en ese momento.
Dijo que la guerra contra los comunistas era una guerra santa"
(Lina Mainardi)
En 1948, el Partido Comunista Italiano (PCI) acariciaba la posibilidad de conseguir el gobierno en Italia. El proletariado organizado se disponía a "asaltar el cielo". Estados Unidos y el Vaticano se movilizaron para impedirlo. Dedicamos esta entrada, en dos partes, a recordar lo sucedido. Hagamos Historia...
1. Introducción. El PCI en la Italia de la post-guerra.
El Partido Comunista Italiano (PCI) sin duda fue el gran partido comunista de la Europa occidental. Fue creado en 1921, en plena onda expansiva de optimismo proletario provocada por la revolución bolchevique, de la mano de Amadeo Bordiga y del mítico Antonio Gramsci (una de las grandes figuras del movimiento comunista en el mundo).
Eran tiempos difíciles y de dura lucha de clases.
Apenas cuatro años después, en 1925, no solo fue ilegalizado por el régimen fascista de Mussolini, sino que sus militantes comenzaron a ser perseguidos, encarcelados y asesinados, lo que les obligó a pasar a la clandestinidad.
Partisano de la resistencia italiana,Florencia 1944. Fuente: Wikipedia,tomada de Imperial War Museums.
Pese a todo, el partido no dejó de crecer. Más tarde, curtidos en la lucha clandestina, cientos de miles de militantes comunistas combatieron con laresistencia italiana al comenzar la guerra. Podemos decir que la resistencia partisana italiana en buena medida estuvo protagonizada por los comunistas del PCI sobre todo, igual que ocurrió en los Balcanes y en Grecia con los comunistas yugoslavos y griegos respectivamente (en Francia, ideológicamente la resistencia fue más heterogénea).
A pesar del duro golpe que supuso la muerte deGramsci (encarcelado en 1927, enfermó durante su estancia en la cárcel, muriendo en 1937), el PCI encontró en Palmiro Togliatti un digno sucesor y un líder que supo dirigir al partido e incrementar su condición de gran organización de masas.
Al acabar la guerra el PCI tenía casi 2 millones de afiliados y aparecía como el gran partido político de la reinstaurada democracia italiana, con un apoyo social ganado a pulso entre otras muchas cosas por su papel en la resistencia anti-fascista.
Contaba además con una poderosa estructura organizativa por todo el país, con cuadros políticos muy preparados capaces de movilizar a las masas.
Esto provocó el miedo en el gobierno estadounidense, que consideraba por un lado un riesgo de que Italia se encaminase democráticamente hacia el Socialismo; y por otro, un hándicap para la incorporación del país transalpino a la alianza occidental que se estaba creando.
Lo que se generará a partir de ahí es una confluencia de intereses en torno al anticomunismo: EEUU por un lado, el Vaticano y las fuerzas políticas de la derecha por otro lado, dominadas estas últimas por la Democracia Cristiana. Después de 1948, el PSI (los socialistas italianos) se uniría a esta alianza contra el PCI, en un empeño permanente de impedir que los comunistas accedieran al gobierno.
En efecto, aunque inicialmente el PCI entró en el gobierno de unidad nacional creado tras la derrota del fascismo, fue expulsado del mismo en 1947, al ser visto como una amenaza para la incorporación italiana en la futura OTAN. Con esto se llega a las elecciones de 1948, en las que el PCI tenía muchas expectativas. Además, de cara a estas elecciones, el PCI había conseguido formar un frente popular con los socialistas y otras fuerzas de izquierdas (la última vez en la que el PSI aceptó la unidad de la izquierda, ya que posteriormente seguiría un rumbo muy sistémico y otanista, con una orientación claramente pro-estadounidense).
Hace algún tiempo, nuestro compañero Manuel G. publicó una serie de entradas en este blog sobre la política italiana, con el título "Historia política de la República Italiana".
Podéis consultarlas pulsando en los siguientes enlaces (especialmente la primera y segunda partes dedicadas a este período):
2ª parte: hasta el Centro-Sinistra.
5ª parte: la II República Italiana.
Así pues, tenemos que en 1948 tiene lugar una fuerte movilización de los Estados Unidos y del Vaticano para frenar al Partido Comunista de Italia.
La Iglesia Católica, que no había tenido pudor en apoyar a los fascismos, tuvo un papel clave con la campaña anticomunista que desencadenó ese año.
2. Italia 1948: la CIA y el Vaticano se implican en las elecciones para impedir la victoria del Partido Comunista (PCI)
Nota sobre el vídeo: reedición nuestra del vídeo del canal de Stefano Barbosa en Youtube, Nuestra edición modifica los textos iniciales y finales, añadiendo también el apartado musical e imágenes.
Transcripción del vídeo anterior
Pero además de hacer el bien, Washington preparaba otras tácticas.
En el año 1948, el Partido Comunista dirigido por Togliatti dominaba el Frente Popular, de ideología izquierdista. El gobierno estaba en manos de los cristiano-demócratas.
En Abril, las primeras elecciones generales desde la guerra, despertaron las expectativas de una victoria comunista en las urnas.
"Yo me esperaba que el Frente Popular, en el que estaban reunidos todos los partidos de la izquierda, ganara las elecciones. Estos partidos tuvieron que unirse para contrarrestar a los cristiano-demócratas y a las fuerzas de la derecha" (Giuseppe Mainardi, comunista italiano)
Algunos italianos temían una victoria comunista:
"Estas elecciones podían haber sido críticas porque dependiendo del resultado situarían a Italia en un extremo del mundo o en el otro.
En primer lugar, creo que hubiera sido una grave tragedia para Italia, para Europa, para el Mediterráneo, y que hubiera representado un grave contratiempo para los Estados Unidos" (Giovanni Agnelli, Presidente de la FIAT)
En los Estados Unidos se orquestó una campaña para persuadir a los italo-americanos de que escribieran a sus familiares pidiéndoles que no votaran a los comunistas. Se enviaron unos 10 millones de cartas.
También la Iglesia orquestó una poderosa campaña contra el comunismo:
"Al papa Pío XII le preocupaba el Partido Comunista, y no tanto su actitud política como su doctrina. Como papa que era, Pío XII tenía que interesarse por lo que estaba ocurriendo en Italia en esos momentos" (Padre Lucio Migliaccio, Comités Cívicos de la Iglesia)
Se creó una red de comités electorales. Trabajaron paralelamente a la organización de la Iglesia Católica, pero en estrecha relación con ella:
"Puedo decir que todos los partidos envidiaban nuestra estructura electoral y en especial nuestros carteles electorales. En las zonas rurales no había cines (era algo impensable en aquella época), así que tuvimos una idea. Enviamos algunos camiones a ciudades y pueblos para que proyectaran películas por la noche.
Eran películas de campañas electorales y todo el mundo salía corriendo a la plaza donde -realizábamos la proyección- para verlas. Acudía muchísima gente." (Padre Lucio Migliaccio, Comités Cívicos de la Iglesia)
"Pusieron en marcha esa tremenda campaña contra la izquierda, contra los comunistas, contra los socialistas, y dijeron las mentiras más terribles sobre ellos.
La Iglesia influyó decisivamente sobre la población, porque el 90% de los italianos eran católicos y miembros de la Iglesia" (Giuseppe Mainardi, comunista italiano)
"En aquella época yo era católica practicante y asistía a misa rigurosamente; nunca faltaba. Un domingo fui a la Iglesia. El sacerdote estaba predicando desde el púlpito y dijo una frase que me dejó una profunda huella en ese momento. Todavía la recuerdo.
Dijo que la guerra contra los comunistas era una guerra santa." (Lina Mainardi, novia de un comunista italiano)
El papa Pío XII y la Iglesia Católica habían apoyado a los fascistas durante las décadas en que estos permanecieron en el gobierno. Pero el Vaticano se oponía totalmente al comunismo. Pocos días antes de las elecciones Pío XII excomulgó a muchos miembros del Partido Comunista.
"Esa noticia me entristeció profundamente. Para empezar, sucedía que en aquellos momentos yo estaba prometida a mi novio.
Nos íbamos a casar al año siguiente y eso significaba que no podríamos hacerlo por al Iglesia" (Lina Mainardi, novia de un comunista italiano)
"El papa Pío XII nos excomulgó a los comunistas y a los amigos de los comunistas" (Giuseppe Mainardi, comunista italiano)
"Como no podía casarme en la iglesia, tampoco podía casarme con un vestido blanco, ni tener todas esas flores, ni los músicos... Mi tío, que había sido como un padre para mí desde que era una niña, ni siquiera podría llevarme al altar.
Por no mencionar que como católica creía que mi matrimonio tenía que ser bendecido por el sacerdote, representante de Cristo sobre la Tierra. Esas eran mis creencias." (Lina Mainardi, novia de un comunista italiano)
"Ya saben que Pío XII en uno de sus discursos dijo: o se está con Cristo o se está contra él.
Y el Partido Comunista estaba contra Cristo, eran claramente ateos, así que era deber del papa y de la Iglesia proteger a su pueblo, y la única medida que la Iglesia tomó al respecto fue organizar todos los movimientos cristianos para oponerse al Partido Comunista" (Padre Lucio Migliaccio, Comités Cívicos de la Iglesia)
El 18 de abril de 1948 Italia se congregó ante las urnas.
Los demócrata-cristianos obtuvieron una victoria aplastante. Italia seguiría siendo miembro de la alianza occidental.
El porcentaje de votos que obtuvieron los comunistas fue de casi la mitad.
Propaganda de los Comités Cívicos de la Iglesia en las elecciones italianas de 1948.
2ª parte: el papel de la Iglesia.
En los países comunistas "Los niños envían a sus padres a la cárcel", "Los niños son propiedad del Estado", "La gente come a sus propios hijos"...
Consignas difundidas por la propaganda de la Democracia Cristiana y de los Comités Cívicos de la Iglesia durante la campaña electoral de 1948 (fuente Wikipedia)
3. El mensaje apocalíptico de la Iglesia y de la Democracia Cristiana. El operativo del Vaticano para derrotar al Frente Popular.
La campaña de la Iglesia en las elecciones del 18 de abril 1948, tuvo un impacto decisivo, sobre todo en las zonas rurales.
En la primera parte pudimos escuchar el vídeo -o leer su transcripción- en el que uno de los entrevistados, el sacerdote Lucio Migliaccio de los Comités Cívicos de la Iglesia, narraba cómo ésta se movilizó activamente contra el PCI utilizando contundentes métodos de propaganda:
"En las zonas rurales no había cines (era algo impensable en aquella época), así que tuvimos una idea. Enviamos algunos camiones a ciudades y pueblos para que proyectaran películas por la noche.
Eran películas de campañas electorales y todo el mundo salía corriendo a la plaza donde -realizábamos la proyección- para verlas.
Acudía muchísima gente" (Lucio Migliaccio).Para quienes no hayan vivido la época anterior a la TV y a la generalización de la radio, no resulta fácil imaginar el impacto que una propaganda de este tipo podía tener.
Para una población rural desinformada, sin acceso a la radio ni a periódicos, católica practicante y con un porcentaje de analfabetismo grande, el mensaje transmitido por estas películas caló profundamente.
Pensemos además que para muchas personas era la primera vez que tenían la oportunidad de ver imágenes proyectadas.
La utilización de medios audiovisuales (cine) resultó determinante.
El mensaje apocalíptico en relación con la amenaza comunista, era además repetido insistentemente por los curas en los sermones dominicales, inculcando en las misas la idea de cruzada contra el comunismo (discurso que la Iglesia había utilizado para legitimar a los fascismos, como sucedió por ejemplo en España): "la guerra contra los comunistas es una guerra santa", en palabras de un cura como recordaba Lina Mainardi en la primera parte de la entrada.
Por otro lado, salvo el caso referido de utilización del cine como propaganda, la campaña electoral del 48 fue una campaña de carteles murales, como lo eran todas las de aquella época.
Fue una campaña de "dialéctica mural", como la definieron los editores de la revista Nuova Storia Culturale en el artículo "'Dio ti vede Stalin no!' I manifesti della campagna elettorale del 1948":
"Inmediatamente después de la guerra los murales [carteles colocados en las paredes] representaban el medio más eficaz de producción de consenso: la radio estaba limitada a reducidos espacios sociales; los periódicos seguían siendo un privilegio para unos pocos; la televisión no existía.
Las fuerzas políticas se concentraron en la pared como propaganda, capaz de llegar a los individuos y a las masas, a los analfabetos y a los intelectuales.
Era una pared de dialéctica real."En los carteles, los demócrata-cristianos recurrieron principalmente a la utilización de imágenes muy impactantes y de consignas destinadas a generar el pánico a la amenaza roja.
Sorprende además que, recién derrotado el fascismo en Italia, la DC (Democracia Cristiana) lo hiciera revivir a través de un tipo de propaganda cuyo contenido era del más puro estilo del discurso fascista sobre el comunismo.
Se llega al extremo de presentar a los fascistas que combatieron con los nazis en la URSS y que estaban todavía prisioneros en la Unión Soviética, como pobres e inocentes víctimas del bolchevismo, que estaban viviendo un tormento del cual el PCI era también responsable. Veamos algunos ejemplos :
Toda la campaña de la DC giró en torno a ese tipo de imágenes y, como explicaremos en la tercera parte, en buena medida se financió con cargo al operativo que la CIA organizó en Italia para esas elecciones.
La DC distribuyó más de 5 millones de 14 modelos de carteles, además de 38 millones de copias de 23 tipos de folletos, sin contar con otros materiales impresos, innumerable cantidad de tarjetas, cintas, folletos...
Por su parte, los Comités Cívicos de la Iglesia, cuya actividad estuvo financiada por el operativo de la CIA, tomando parte de esta "dialéctica mural" reforzaban el mensaje de la DC de tres formas:
A) con cartelería pidiendo directamente el voto para la DC;
B) con cartelería en la que, sin aludir a la DC, se hacía hincapié en la amenaza comunista;
C) subrayando la obligación que los católicos tenían de abstenerse de votar a los comunistas:
En este punto, el mensaje de la Iglesia y de la Democracia Cristiana fueron coincidentes.
El partido oficioso de la Iglesia Católica llegó a alcanzar niveles delirantes para provocar el pánico y el sentimiento de terror. Así, la DC llegó a difundir consignas del tipo: en los países comunistas "Los niños envían a sus padres a la cárcel", "Los niños son propiedad del Estado",
"La gente come a sus propios hijos", etc. (fuente: Wikipedia). Nada diferente de lo que los curas repetían a sus feligreses en las sermones dominicales; de ahí carteles tan expresivos como el del niño que escapa asustado de la hoz y el martillo, gritando "¡papá, sálvame!", o de otros por el estilo.
El imaginario del comunista comeniños hoy en día a lo mejor nos hace reír y nos puede parecer hiperbólico, pero fue promocionado y funcionó en esa época (igual que lo fue, en la misma época, en la dictadura fascista de Franco).
La campaña de la Iglesia corrió a cargo de los Comités Cívicos. Su fundador fue Luigi Gedda, un personaje muy vinculado al papa Pío XII. Se crearon poco antes de las elecciones, el 8 de febrero de 1948, pero en cuestión de semanas ya se habían organizado más de 20.000 comités locales.
Esta difusión fue posible gracias al apoyo financiero del Vaticano y también a los generosos fondos que la CIA proporcionó para ello.
Luigi Gedda besa la mano del cardenal Tedeschini ante la mirada del cardenal Cicognani. Gedda fue el gran "fontanero" del Vaticano para derrotar al Frente Popular en las elecciones del 48.
Durante la época fascista, Gedda había sido señalado por la resistencia como un colaborador del régimen y, de hecho, hubo quien sostuvo (no ha llegado a probarse) que en 1938 fue uno de los 360 intelectuales y figuras públicas que apoyaron el "Manifiesto en defensa de la raza".
En cualquier caso, en 1952 no dudó en proponer una alianza entre la DC, los monárquicos y los neo-fascistas del MSI para frenar a los comunistas en las elecciones municipales de Roma.
Esto último de por sí es una prueba de que a Gedda no le molestaban especialmente los fascistas; al contrario: los veía como parte importante del muro de contención anticomunista.
Gedda fue el gran artífice y cerebro de la exitosa operación del Vaticano para derrotar al Frente Popular en las elecciones del 48. Los comités cívicos llegaron a formar su propio servicio de inteligencia secreta y contaban con una radio para iniciar y coordinar la movilización de sus miembros.
Todo el operativo organizado por Gedda respondía tanto al requerimiento secreto de la CIA como a la preocupación que el Papa tenía acerca de la posibilidad de que el PCI conquistase la mayoría a través del Frente Popular (FDP).
En la audiencia papal del 10 de enero de 1948, Pío XII declaró: "(...) se trata de una batalla decisiva, y por tanto es el momento de movilizar todas nuestras fuerzas" (Invernizzi). Gedda cumplió con creces la misión. Su libro de memorias, 10 aprile 1948, lleva por subtítulo: "Memoria inédita del artífice de la derrota del Frente Popular".
El Vaticano, a través de sus comités cívicos y de su legión de párrocos, y la DC, consiguieron crear un sentimiento de terror al comunismo recuperando, como ya dijimos, parte de la retórica fascista anticomunista.
Por otra parte, la Iglesia desencadenó una agresiva y radical campaña dirigida a los creyentes, en la que no ya ser comunista, sino el mero hecho de tener amistades comunistas, leer prensa comunista, votar comunista... era un gravísimo pecado que condenaba a quien cayese en él. Votar comunista era sinónimo de apostasía, algo que atemorizó a los católicos.
Meses después de las elecciones, a pesar de la victoria de la DC, el Vaticano dio cuerpo a este discurso religioso dándole rango de doctrina oficial de la Iglesia a través de un Decreto del Santo Oficio (recordemos que la Sagrada Congregación del Santo Oficio fue el nombre que se le dio a la antigua Inquisición con Pío X, en 1908): la Scomunica ai comunisti (Excomunión de los comunistas)
El decreto neo-inquisitorial Scomunica ai comunisti, fue aprobado oficialmente el 28 de junio de 1949; es decir, algo más de un año después de las elecciones.
Pero tal doctrina ya se aplicaba oficiosamente con anterioridad, durante el período decisivo que termina en las elecciones del 18 de abril 1948.
De manera que lo que nos permite el contenido de este decreto, es hacernos una idea del clima ideológico anticomunista creado por la Iglesia en el momento anterior a la aprobación del mismo. Italia se empapeló con carteles de difusión del dercreto, difundido también en folletos:
Traducción de uno de estos carteles:
"Aviso Sagrado
CURIA ARZOBISPAL DE UDINEDESPUÉS DEL DECRETO DEL SANTO OFICIO CONTRA EL COMUNISMO ATEO.
Es pecado grave:
1º Inscribirse en el Partido Comunista.
2º Favorecerlo de cualquier forma, especialmente con el voto.
3º Leer la prensa comunista
4º Propagar la prensa comunista
Usted no podrá conseguir la absolución de este pecado si no se arrepiente y se muestra dispuesto firmemente a no cometerlo más.
Quien en confesión oculte este pecado, cometerá un sacrilegio.
Las medidas que se aplican al Partido Comunista son de aplicación a otros partidos que hacen causa común con él, y para todas aquellas asociaciones que dependen de él: Cámara del Trabajo, Frente de la Juventud Conmista Italiana, UDI (Unión de Mujeres Italianas), Federterra (1), API (Asociación de Pioneros Italianos).
Será excomulgado:
Quien inscrito o no en el Partido Comunista, admite la doctrina marxista, atea y anticristiana y la propaga, cometiendo apostasía de la Fe y no pudiendo ser absuelto por la Santa Sede."
[Nota traducción (1). "Federterra": era la "Federazione nazionale fra i lavoratori della terra", una organización sindical agraria creada en 1901.]
Insistimos en que, aunque el decreto sea posterior a las elecciones del 48, la Iglesia mantuvo ya esa postura en la campaña anticomunista que desencadenó en el período electoral. Así, por ejemplo, en los pueblos (sobre todo) se llegó a negar los sacramentos a quienes contrariaban las directrices de la Iglesia respecto a los comunistas (Camacho).
Algo aparentemente anecdótico como es esto, en la sociedad rural de entonces, encorsetada en el clericalismo, tenía una fuerte repercusión social.
El éxito que tuvieron los comités cívicos de la Iglesia, se explica a partir de la difusión de este discurso apocalíptico, propagador del sentimiento de terror y miedo. El delirio hiperbólico alcanzó su máxima expresión en ese canibalismo que se decía que practicaban los comunistas con sus propios hijos. Y para los posibles incrédulos, estaba la amenaza de excomunión.
Pero la campaña de la Iglesia también tuvo otra dimensión, cargada de esperpento: es la Virgen la que le pide a los italianos que no voten a los comunistas. La propia Virgen María regresa de su más allá para manifestarse al pueblo italiano.
En todo el siglo XX solo se produjeron 12 apariciones marianas reconocidas por la Iglesia. Casualmente, una de éstas -la última que se produce en Italia- tuvo lugar poco antes de las elecciones del 18 de abril 1948 (¡qué casualidad!): la aparición mariana de Ascoli.
En realidad se trató de varias apariciones. Entre el 3 de abril de 1948 (15 días antes de las elecciones) y el 23 de mayo, la Virgen se le apareció 25 veces a la niña Anita Federici, de 13 años, en Ascoli; durante el mismo período, también se le aparecieron ángeles en 5 ocasiones.
Aparición mariana en Ascoli, 15 días antes de celebrarse las elecciones de 1948.
Multitud de fieles ante la roca en la que se manifestaba la Virgen.
Fue un exitoso happening electoral de la Iglesia. Foto: galería Flickr de Orarossa.
Las apariciones de Ascoli conmovieron a los católicos italianos y provocaron un fervor desmesurado, convirtiéndose al instante en un fenómeno sociológico de masas.
La Iglesia lo tuvo claro: si había alguna duda, ésta quedaba despejada por la divina intervención de la Virgen. Las apariciones de Ascoli fueron una eficaz y contundente escenificación teatral de la Iglesia para reforzar el mensaje anticomunista. Fue un exitoso happening electoral.
La campaña de la Iglesia contra el Partido Comunista y el Frente Democrático Popular, no se limitó a Italia. En Estados Unidos, bajo los auspicios de la CIA, la Iglesia católica llevó a cabo una campaña paralela dirigida a la numerosa comunidad italo-americana.
A través de cartas y folletos y también durante las homilías dominicales, se instó a los italo-americanos a movilizarse contra la amenaza comunista en Italia.
El objetivo de esta campaña era convencer a los americanos de origen italiano para que escribiesen a sus familiares y amigos en Italia, con la finalidad de que no votasen a los comunistas y lo hiciesen a la Democracia Cristiana.
A otro nivel y con la misma intención, también se organizaron actos públicos, programas de radio, etc. Para esta campaña, la CIA consiguió para la Iglesia el apoyo de estrellas de Hollywood como Frank Sinatra, Bing Crosby, Gary Cooper, etc.
* * *
¿Por qué un anticomunismo tan visceral?
En definitiva, la campaña del Vaticano en las elecciones de 1948 resultó decisiva en la derrota del Frente Popular. Pero, ¿se trataba realmente de una lucha ideológica de la Iglesia contra el ateísmo del que acusaban a los comunistas? Evidentemente no.
Daremos dos ejemplos de cómo eso era apenas una disculpa para legitimar la estrategia anticomunista.
En primer lugar, la religión como hecho antropológico es un fenómeno muy distinto a como lo pinta la teología oficial (y esto es aplicable a cualquier religión de masas).
Las personas tienen sus creencias religiosas (aquellos que las tienen, por supuesto), pero normalmente esto tiene lugar dentro de unos niveles de pragmatismo y sincretismo muy grandes, y muy alejados de los dogmas oficiales.
De manera que para muchos italianos ser comunista y "ser creyente" no eran realidades incompatibles y contradictorias. La acusación de la Iglesia de que el PCI representaba la propagación del ateísmo, apenas era una disculpa para hilvanar su anticomunismo.
El propio PCI era consciente de que muchos de sus votantes y militantes eran católicos, de manera que tenía cuidado en separar lo que era la crítica política a un poder reaccionario como el Vaticano y su estructura, de los marcos creenciales de las personas.
Imagen reciente (2011) de la sede de Rifondazione Comunista en Corte Nuova, Castello (Venecia). Flickr de zacke82.
Para muchos italianos, ser comunista y tener creencias religiosas no es una contradicción.
En la posguerra, el Vaticano trató de presentar ambas cosas como incompatibles. La imagen es anecdótica, ya que lógicamente el pequeño altar que aparece es ajeno a Rifondazione Comunista, pero nos ha parecido una metáfora visual que ilustra esta idea de pragmatismo.
En segundo lugar, otro ejemplo nos lo proporciona la figura de Juan XXIII (papa entre 1958 y 1963), que viene a mostrar una toma de postura por parte de la Iglesia muy distinta a la de sus predecesores y sucesores. Juan XXIII abandonó este anticomunismo para buscar un diálogo con las distintas izquierdas, pero también con los países socialistas y en especial con la URSS.
No en vano incluso el Kremlin vio con satisfacción su nombramiento, viéndolo como un "genuino socialista" con "manos de campesino"(Camacho).
El artífice del Concilio Vaticano II asombró a la curia, al afirmar tajantemente que la cruzada anticomunista en la que había estado envuelta la Iglesia carecía de sentido, que había sido un fracaso y que la Iglesia debía ser escrupulosamente neutral en política.
El giro dado por Juan XXIII despertó la preocupación de la CIA, sobre todo después de que el papa plantease el diálogo con Nikita Krushchev.
Los dos ejemplos anteriores son una prueba de que el anticomunismo de la Iglesia en la posguerra, difícilmente nace de una contradicción raíz entre creencias religiosas y creencias políticas. Las causas debemos buscarlas en realidades materiales que tienen que ver con la Iglesia como poder económico y estructura de dominación política al servicio del capital:
La Iglesia defendía su status quo alcanzado con los Pactos de Letrán, firmados con el régimen fascista de Mussolini. Los Pactos de Letrán representaron la simbiosis entre el régimen fascista y la Iglesia católica.
Restauraban el carácter de estado soberano del Vaticano; el estado italiano se comprometió a compensar a la Iglesia por sus pérdidas en 1870; garantizaban a la Iglesia Católica el status de religión oficial del Estado fascista y un considerable poder sobre el sistema educativo.
En contrapartida, la Iglesia daba legitimidad a la dictadura y los obispos debían jurar lealtad al Estado fascista antes de tomar el cargo.
Pese a que algunos aspectos de los Pactos de Letrán fueron modificados con la reinstauración democrática, en lo sustancial la Iglesia conservó la posición de dominio político derivada del tratado firmado con Mussolini.
En este sentido, la posibilidad de un gobierno de izquierdas hacía peligrar este status quo.
En segundo lugar, la Iglesia estaba defendiendo sus intereses como poder económico; toma partida para defender empresas que eran prácticamente propiedad de la Santa Sede, como el caso de Italgas. Un posible gobierno de izquierdas suponía una amenaza para el tejido empresarial y financiero de la Iglesia católica.
Es en estos factores y no en otros de fundamentación estrictamente religiosa, en los que encontraremos las razones que explican el anticomunismo de la Iglesiadurante el período mencionado.
La campaña de la Iglesia dio resultado y garantizó el poder durante décadas al partido oficioso del Vaticano: la Democracia Cristiana, un partido estrechamente vinculado con la Mafia y considerado como el partido político más corrupto de Europa occidental desde el final de la II Guerra Mundial.
En los años siguientes, la Iglesia continuó convirtiéndose en uno de los grandes poderes económicos del mundo. Se reflotaron empresas propiedad del Vaticano, con fondos del Plan Marshall. A través de Italgas, se hizo con el control de la principal compañía de teléfonos de Italia (Societá Finanziaria Telefonía).
Como recuerda Santiago Camacho enBiografía no autorizada del Vaticano:
"El Vaticano fue, sin lugar a dudas, el mayor y más claro beneficiario del milagro económico italiano. Las empresas del Vaticano experimentaron el mismo crecimiento que el producto interior bruto del país.
La Santa Sede se convirtió, además, en el principal accionista de algunos de los mayores bancos, como el Banco de Roma, Banca Commerciale Italiana, Crédito Italiano y el prestigioso Banco Ambrosiano de Milán. También se hizo con la mayor parte del accionariado de la prestigiosa Montedison y del consorcio Finsader, que incluía a la empresa automovilística Alfa Romeo.
Se puede decir, sin temor a ser inexactos, que en aquella época no había sector de la economía italiana, de la hostelería a la industria textil, del comercio a la industria editorial, en el que no estuviesen presentes de forma importante las inversiones del Vaticano."
Y, para que todo eso fuese posible, el Vaticano necesitó neutralizar la amenaza que suponía el Partido Comunista de Italia. Lo consiguió, con la inestimable colaboración de la CIA.
Algunas fuentes y referencias
CNN: "Entrevista a F. Mark Wyatt" (en inglés). Archivo on line de la CNN. Vigente 4-11-2014.
Camacho, Santiago: "Haciendo balance. El Vaticano y la posguerra", en Biografía no autorizada del Vaticano. Sept. 2005, on line en www.bibliotecapleyades.net. Vigente 1-11-2014.
Caretto, Ennio: "CIA 1947: 'Piano 'San Marino' contro il PCI. Fondi segreti e un ponte aereo dovevano influenzare il voto", en Corriere della Sera, 11 agosto 2007, disponible en L'Archivio storico del periódico. Vigente 4-11-2014.Invernizzi, Marco: "18 aprile 1948. Memorie inedite dell’artefice della sconfitta del Fronte Popolare", en alleanzacattolica.org
Nuova Storia Culturale (editores): "'Dio ti vede Stalin no!' I manifesti della campagna elettorale del 1948", en Nuova Storia Culturale, 14 febrero 2011. Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Génova. Vigente en fecha publicación de la entrada.
Rotunno, Simone: "Dal pulpito alle urne, e don Tito portò al trionfo la DC", en diario La Provincia, 8-4-2010. En italiano. Se trata de una síntesis de la tesi di laurea presentada en la Università degli Studi di Milano con el título La campagna elettorale del 1948 in un paese della Provincia di Como: Orsenigo.
Wikipedia: entradas "Comitati Civici", "Luigi Gedda", "Italian general election, 1948", "Scomunica ai comunisti" e "Italian general election, 1948".
Cola en un colegio electoral en Milán, domingo 18 de abril de 1948 (elecciones generales de Italia). Foto: diario La Stampa.
"En 1948, los demócrata-cristianos ganaron las elecciones nacionales de Italia. Su victoria fue vista como el primer gran paso dado al frente por la CIA, que había orquestado operaciones encubiertas para influir en los votantes en contra de los candidatos comunistas."
Bruce Kennedy
(CNN Interactive Writer, en "Birth of the CIA")
"Sin la CIA, el Partido Comunista seguramente habría ganado las elecciones de 1948"
Jack Devine
(ex Associate Director de la CIA; en La Stampa)
En 1948 el PSI y el PCI decidieron unirse para ganar las elecciones de ese año y poder derrotar a las fuerzas de la derecha. Formaron el Frente Democrático Popular (FDP), junto con otras fuerzas de izquierdas.
Los Estados Unidos vieron en ello una seria amenaza, un riesgo de que Italia iniciase una vía al Socialismo a través de las urnas, de la mano del poderoso PCI liderado por Palmiro Togliatti.
En efecto, la campaña electoral de 1948 estuvo marcada, como hemos dicho en las dos entradas anteriores, por una movilización sin precedentes por parte del Vaticano y de la CIA, para favorecer a la DC (Democracia Cristiana) y al resto de los partidos pro-americanos.
La movilización de EE.UU. llega al extremo de recurrir a la amenaza de suspender la ayuda a Italia si la izquierda ganaba las elecciones (ANPI: "Dalla Resistenza a Berlinguer").
Uno de los efectos de esta movilización anticomunista a tres bandas (Iglesia, EE.UU., partidos de la derecha) es un hecho que no suele ser recordado: se hace borrón y cuenta nueva con los fascistas, ya que "las elecciones del 1948 también marca el inicio de las primeras actividades de las renacidas organizaciones fascistas" (ANPI).
Roma, elecciones 1948. Estas elecciones marcaron también el resurgimiento legal del fascismo. Tocaba hacer "borrón y cuenta nueva". En la foto, Giorgio Almirante, líder del neofascista MSI, fundado por él mismo en 1946.
Foto: tomada de anpibresso.altervista.org, retocada por blogdelviejotopo.
Las elecciones del 48 también marcan el comienzo de la triste estrategia de desestabilización terrorista que condicionará la política italiana posterior.
Así, el 9 de febrero del 48, un grupo fascista ataca la sede del PCI en San Ferdinando di Puglia durante una reunión, asesinando a cinco personas. Contra la "amenaza comunista" valía todo, incluyendo acciones ilegales de discriminación de los comunistas en las fábricas y en las instituciones.
Fue la caza de los pañuelos rojos y mientras se pasaba página con los fascistas, el mero hecho de haber sido miembro de la Resistencia antifascista derivaba en discriminación; por ejemplo, haber participado en la Resistencia fue motivo de exclusión a la hora de acceder a una de las más de 20.000 plazas de nuevos agentes de la policía que se crearon (ANPI).
En la entrada anterior de la serie, pudimos ver el papel desempeñado por el Vaticano en esta exitosa estrategia anticomunista. Detengámonos ahora en el papel desempeñado por la CIA.
4. El plan americano. La CIA contra el PCI
"Tuvimos bolsas de dinero que entregamos a los políticos seleccionados, para sufragar sus gastos políticos, sus gastos de campaña, para los carteles, los folletos, lo que tuvieran. Hicimos muchas cosas para ayudar a los seleccionados: los demócrata-cristianos, los republicanos y los otros partidos que eran totalmente fiables y que podían mantener el secreto del origen de los fondos que recibieran"
F. Mark Wyatt (miembro del operativo de la CIA, en entrevista realizada por la CNN)
La CIA fue creada oficialmente el 18 de septiembre de 1947, sobre la base de la antigua OSS (Oficina de Servicios Estratégicos, un servicio de inteligencia organizado durante la Segunda Guerra Mundial para actividades de espionaje y operaciones secretas).
Desde el mismo instante de su activación oficial como servicio secreto, la CIA otorgó a Italia el rango de país que requería de una intervención urgente, comenzando a organizar una estrategia encaminada a neutralizar lo que se consideraba que era una amenaza comunista que haría peligrar la futura Alianza Atlántica.
En definitiva, como escribió Tim Weiner en Legado de cenizas, había que salvar a Italia y al Vaticano, "los dos templos de la cultura y de la religión occidental" (citado por Caretto).
Uno de los primeros éxitos de la CIA será precisamente las elecciones italianas de 1948.
James Jesus Angleton,organizador del plan de la CIA en Italia, contra el PCI
Como parte del plan de la CIA, se organizó la financiación encubierta de los partidos anticomunistas, pero también de políticos, sindicalistas, líderes religiosos, gente de la Cultura, hombres de negocios, periodistas, etc. Se trató de una operación contrarreloj, ya que las elecciones serían pocos meses después.
El organizador del operativo fue James Jesus Angleton, el jefe de la CIA en Italia, un ex agente de la OSS que en su juventud había estudiado en Roma, siendo el principal ejecutor Marcos Wyatt (Caretto).
Para la financiación se recurrió al fondo de estabilización para la reconstrucción de Europa (de la misma forma que posteriormente, en etapas siguientes y una vez activado el Plan Marshall, éste sirvió también de cobertura para la financiación de iniciativas anticomunistas).
La CIA no dudó en garantizar la inmunidad por crímenes de guerra a antiguos fascistas, a cambio de su colaboración (Caretto). Cuando Angleton regresó a Washington en el 1948 después de las elecciones, la operación continuó, quedando al mando de la misma Ray Rocca.
Es decir, el operativo fue más allá de las elecciones de 1948. La CIA no dudó en recurrir a la mafia siciliana y cuando los comunistas trataron de bloquear el desembarco en Italia de armamento procedente de EEUU para las tropas que todavía estadounidenses que todavía estaban desplegadas e Italia.
El objetivo final era sentar las bases de lo que luego sería la Gladio, la organización secreta preparada para actuar en caso de que los comunistas llegasen al gobierno, y a la que también se le atribuyen atentados terroristas llevados a cabo para desestabilizar el país.
La situación en Italia antes y después de las elecciones, era de máxima tensión. Se llega incluso a valorar la posibilidad por parte de la CIA de que se produjese una división del país como había sucedido en Alemania.
La actividad de la CIA se desarrolló tanto en Italia como en EE.UU. con la población italoamericana. Como nos relata con todo lujo de detalles y datos William Blum, uno de los escenarios de la intervención de la CIA tuvo lugar en suelo americano.
En el mes de marzo 1948, el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos preparó una agresiva campaña anticomunista dirigida a la numerosa población italoamericana.
Fue una campaña alarmista, hiperbólica, cuyo fin era meter miedo a los americanos de origen italiano, haciendo hincapié en el terrible destino que le esperaba a Italia si caía en manos de los comunistas.
El gobierno envió 10 millones de cartas a italo-americanos para que se pusieron en contacto con sus familias y amigos en Italia, con el fin de convencerlos para que no votasen a los comunistas.
Por otro lado, diversas agencias gubernamentales y entidades privadas anticomunistas, se movilizaron para campañas paralelas de propaganda, financiando programas de radio, la publicación de libros y artículos, etc. En detalle nos lo cuenta William Blum en "Italia, 1947-48: elecciones libres, estilo Hollywood", que podéis leer más abajo.
Hoy en día también se sabe que la CIA financió los partidos políticos de la derecha italiana, además de llevar a cabo campañas de desprestigio contra los líderes del PCI, como por ejemplo publicar cartas con informaciones falsas, tales como acusarlos de estar financiados por Moscú.
Los textos que a continuación se reproducen, nos cuentan con más detalle esta intervención tanto en suelo italiano como en EE.UU. Han colaborado en la traducciónManuel García, Alga Roja y Vigne.
5. Un ex-miembro del operativo de la CIA en Italia, recuerda lo ocurrido. Fragmentos seleccionados de la entrevista de CNN a F. Mark Wyatt.
F. Mark Wyatt Operativo de la CIA
Fuente.- CNN: "Entrevista a F. Mark Wyatt" (en inglés). Archivo on line de la CNN. Vigente 4-11-2014. Ver ref. completa en "fuentes y referencias".
Traducción del inglés para esta entrada del blog del viejo topo: Alga Roja.
F. Mark Wyatt era un agente de la CIA en Italia durante las cruciales elecciones de 1948.
A las órdenes de sus superiores de la nueva agencia de inteligencia de Estados Unidos, canalizó dinero de los fondos de la CIA a los políticos italianos seleccionados con el fin de evitar una victoria comunista. Wyatt habló con los productores de 'Guerra Fría' en noviembre y diciembre de 1995.
Sobre amenaza de que los comunistas ganasen las elecciones italianas de 1948:
George Marshall
Yo estaba muy preocupado, y me alegré de ver cosas como que [George] Kennan... dijese que "Estas elecciones se acercan, y los comunistas podrían ser capaces de formar un gobierno si ganan, lo que socavaría toda nuestra posición en el Mediterráneo y probablemente en Europa".
Y yo estaba encantado de ver que se prestó atención a eso.
Pero si hubo un hombre que yo señalaría como auténtico responsable [de llamar la atención sobre el problema], ése fue George Marshall. Marshall tenía una gran desconfianza por los soviéticos... Cuando se convirtió en Secretario de Estado, en sustitución del Sr. Burns, esto era un asunto prioritario en su agenda.
Cuando comprendió, y todos comprendimos, que en las elecciones municipales en 1946 y 1947, los demócrata-cristianos y otros partidos seculares del centro tuvieron muy malos resultados y los comunistas muy buenos, fue alarmante.
(...)
Sobre cómo la CIA consiguió autoridad legal para las operaciones encubiertas:
George Marshall realmente fue el hombre que lideró a este grupo de distinguidos americanos, que buscaron la forma de que pudiésemos influir en estas elecciones para asegurarnos de que los comunistas no ganasen.
Tuvimos que hacer algo muy diferente, algo que la inteligencia estadounidense nunca había hecho, y es que teníamos que ayudar a estos partidos directamente, no sólo con apoyo financiero, sino aconsejándoles. Y fue más importante...
Hillenkoetter, primer dir.de la CIA (1947-1950)
El almirante Hillenkoetter, como jefe de nuestra única agencia de inteligencia que trabajaba en el extranjero, preguntó: "¿Tengo autoridad para entregar dinero a los demócrata-cristianos y a otros tres partidos laicos?" Ya sabe, él planteó la pregunta.
Y la respuesta de Lawrence Houston fue: "almirante, el lenguaje no es lo suficientemente preciso; usted no tiene la autoridad" (Lawrence Houston, quien desgraciadamente murió hace solo unos meses, estudió todos los documentos que pusieron en marcha el CIG [Grupo Central de Inteligencia] y después la CIA, lo que expandió la guerra psicológica, después la propaganda y así sucesivamente).
Y esto fue muy estresante. Estoy seguro que todos los... caballeros que trabajaron con Marshall quedaron decepcionados.
Pero en realidad, Larry Houston volvió a trabajar en ello y encontró una solución. Si el jefe del Consejo de Seguridad Nacional es el Presidente de los Estados Unidos, y si él específicamente le encarga a la CIA, bajo el mandato de Hillenkoetter, que lleve a cabo operaciones para ayudar a los partidos democráticos, y si el Congreso entrega el dinero para apoyar tal cosa, entonces ahí está la autorización [N.T. Se refiere a que la autorización estaba implícita en ello].
De Gasperi. Portada revista Time en mayo de 1953.
Así que creo que en noviembre de 1947, teníamos luz verde. Nos movimos muy apresuradamente para apoyar a la Democracia Cristiana, y nuestro contacto, por supuesto, era Alcide De Gasperi, este gigante del Partido Demócrata-Cristiano.
E hizo una cosa fascinante. Nos dijo: "Estoy muy agradecido por lo que estáis haciendo; puede salvar nuestras vidas, puede salvar a Italia.
Pero quiero que no solo apoyeis a mi partido, que es un partido religioso, próximo al Vaticano, sino que también debeis apoyar a los socialdemócratas, a los republicanos y al Partido Liberal".
Y fue una cosa maravillosa, porque los dos partidos más grandes de Italia, de lejos, eran los demócrata-cristianos y los comunistas; eran los grandes partidos. Los otros, ya sabe, con los neo-fascistas fuera de juego, y los monárquicos acabados... Y después estaba el otro partido de la izquierda -Partido Socialista- y los comunistas.
De Gasperi dijo: "Si uno de los dos grandes partidos es religioso y el otro laico, estos comunistas nos van a aniquilar, y el Papa va a ser avergonzado porque será un perdedor".
Y él era tan inteligente como para saberlo. No estoy diciendo que los estadounidenses, que no tuvieron un presidente católico hasta John F. Kennedy, hubieran seguido adelante apoyando solo a un partido religioso.
No lo sé. Pero sí sé que De Gasperi insistió en ello, y vamos a reconocerle el mérito de esa idea.
Sobre cómo la CIA apoyó a los demócratas cristianos y a otros partidos:
Bueno, me gustaría poder decir que estuvo mejor organizado. Yo trabajaba en la rama de la CIA que tuvo que lanzarse apresuradamente, sin entrenamiento, en las actividades encubiertas....
Teníamos bolsas de dinero que entregamos a los políticos seleccionados, para sufragar sus gastos políticos, sus gastos de campaña, para los carteles, los folletos, lo que tuvieran. Hicimos muchas cosas para ayudar a los seleccionados; los demócrata-cristianos, los republicanos y los otros partidos que eran de total confianza y que podían mantener el secreto sobre el origen de los fondos que recibieron". (...)
(...) Lo hicimos lo mejor que pudimos; creo que trabajamos con criterio, y no nos descubrieron, fue un éxito... Fue muy gratificante, no hay duda al respecto.
Todos los indicadores anunciaban que los comunistas podían haber formado gobierno, pero no pudieron gracias a los votos de esos cuatro partidos a los que apoyamos.
Nos gustaría haberlo hecho de una forma más sofisticada. Entregar bolsas de dinero negro para manipular una elección política no es realmente una cosa atractiva. Pero solo teníamos unos meses y fue lo más importante que hicimos.
Sobre cómo la CIA canalizó dinero a los políticos italianos:
Es bastante simple. Quiero decir, para llevar a cabo intercambios clandestinos lo que tienes que hacer es entrenar a los receptores. Ya sabe.
Los coches tienen matrícula y tú aparcas en lugares determinados. Pasar mensajes es fácil. Pero pasar bolsas negras no es tan fácil.
Así que le doy el mérito a la CIA.
En ese período, a lo largo de 1947, fuimos bien entrenados en intercambios, y fuimos capaces de hacerlo. Pero también teníamos que entrenar a los receptores, y eso supuso un esfuerzo; fue lo que hicimos en los primeros días.
(...)
Sobre su reacción a la victoria del Partido Demócrata-Cristiano:
Para mí, personalmente, fue muy emocionante. Y en aquel momento no sabíamos que habíamos llevado a cabo el primer programa de acción política encubierta de la historia de la inteligencia norteamericana.
Siguieron muchas, muchas más, y esta práctica se copió de alguna manera -no demasiado después- en Chile, donde por diferentes razones no funcionó tan bien. Supongo que nosotros tuvimos a la suerte de nuestro lado, y creo que fue una operación muy exitosa...
Y debo decir que fue muy, muy emocionante... Quiero decir, estábamos eufóricos: "Hemos ganado ésta y ganaremos otras". Y no ganamos todas, pero fue una gran vida, y me encantó.
Sobre si él está orgulloso de sus acciones durante las elecciones italianas:
Te aseguro que estoy muy orgulloso de esta cosa en particular... Nuestros operativos trabajan en circunstancias muy difíciles, teniendo en cuenta sus familias, sus amigos, sus contactos, sus padres y cualquier vínculo. Puede ser un poco arriesgado.
¡Pero chico!... te diré que vale la pena. Estoy muy orgulloso de esa conexión con Italia y del trabajo que hicimos, y de hecho sentimos que fue un gran éxito.
Es un país asombroso, un país con una gran libertad. Pero, ya sabes, han tenido 35 gobiernos (risas) desde entonces, y están constantemente cambiando. Pero supongo que así es la democracia. Son un gran, gran país.
6. Chalmers Johnson: "La vida y los tiempos de la CIA" (fragmento).
Fuente.- Chalmers Johnson: "La vida y los tiempos de la CIA". Reseña del libro Legacy of Ashes: The History of the CIA [Legado de cenizas: la historia de la CIA] de Tim Weiner, publicada en Tomdispatch.com (enlace desactivado actualmente), traducida y publicada por Germán Leyens en rebelion.org el 03-08-2007.
Chalmers Johnson (1931-2010) fue profesor de Ciencia Política de la Universidad de California entre 1962 y 1992. También fue el presidente y cofundador del Japan Policy Research Institute. Fue un destacado crítico del imperialismo estadounidense.
Lo que sigue es un fragmento seleccionado de la reseña referenciada.
(...)
El vínculo con el dinero
Existe una importante excepción a este retrato de la incompetencia a largo plazo de la Agencia. “Un arma que la CIA ha utilizado con incomparable habilidad”, escribe Weiner, “es el dinero en efectivo. La agencia descolló en la compra de servicios de políticos extranjeros” [p. 116]. Comenzó con las elecciones italianas de abril de 1948. La CIA no tenía todavía una fuente segura de dinero clandestino y tuvo que conseguirlo en secreto de operadores de Wall Street, ítalo-estadounidenses ricos, y otros.
“Los millones fueron entregados a políticos italianos y a los curas de la Acción Católica, un brazo político del Vaticano. Valijas repletas de efectivo cambiaron de manos en el Hassler Hotel de cuatro estrellas... Los cristiano-demócratas de Italia ganaron por un margen confortable y formaron un gobierno que excluyó a los comunistas. Comenzó un prolongado romance entre el partido (cristiano-demócrata) y la agencia. La práctica de la CIA de comprar elecciones y políticos con bolsas de dinero en efectivo se repitió en Italia – y en numerosos otros países – durante los veinticinco años siguientes” [p. 27].
La CIA gastó finalmente por lo menos 65 millones de dólares en políticos italianos – incluyendo “a cada democristiano que haya ganado alguna vez una elección nacional en Italia” [p. 298]. A medida que el Plan Marshall de reconstrucción de Europa ganaba ímpetu a fines de los años cuarenta, la CIA descremaba en secreto el dinero que necesitaba de cuentas del Plan Marshall. Una vez terminado el Plan, fondos secretos ocultos en la ley anual de asignación para la Defensa, siguieron financiando las operaciones de la CIA.
Después de Italia, la CIA continuó en Japón, pagando para llevar al poder a Nobusuke Kishi como primer ministro de Japón (en el poder de 1957 a 1960), ex ministro de municiones del país en la Segunda Guerra Mundial. Finalmente utilizó su fuerza financiera para establecer en el poder al Partido Liberal Democrático (conservador) y para convertir a Japón en un Estado de un solo partido, lo que sigue siendo actualmente. El cinismo con el que la CIA siguió subvencionando elecciones “democráticas” en Europa Occidental, Latinoamérica y el Este Asiático, a partir de fines de los años cincuenta, condujo a la desilusión con EE.UU. y a un claro embotamiento del idealismo con el que había conducido el comienzo de la Guerra Fría.
Otro uso importante de su dinero fue una campaña para financiar alternativas para los periódicos y libros influenciados por los soviéticos en Europa Occidental. En el intento de influenciar las actitudes de estudiantes e intelectuales, la CIA patrocinó revistas literarias en Alemania (Der Monat) y en Gran Bretaña (Encounter), promovió el expresionismo abstracto en el arte como una alternativa radical para el realismo socialista de la Unión Soviética, y financió en secreto la publicación y distribución de más de dos millones y medio de libros y periódicos. Weiner trata muy por encima estas actividades. Debería haber consultado la obra indispensable de Frances Stonor Saunders: The Cultural Cold War: The CIA and the World of Arts and Letters.
(...)
7. Quinney, Kimber: "My Enemy’s Enemy is My Friend: Italian Immigrants and the Campaign to Defeat Italian Communism" (Resumen).
Fuente.- Resumen de la comunicación ("paper") presentada en la reunión anual de la American Studies Association, 16 de diciembre de 2013.
Kimber Quinney es profesora del Departamento de Historia de la California State University en San Marcos.
Traducción del inglés para esta entrada del blog del viejo topo: Alga Roja.
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, los aliados anglo-estadounidenses mantuvieron la ocupación de Italia para garantizar la transformación del fascismo a la democracia. A principios de 1948, la nación fue de nuevo un estado independiente, plenamente soberano. Las tropas aliadas se habían retirado en diciembre de 1947, y el 1 de enero de 1948, se promulgó la nueva Constitución de la República Italiana.
Las elecciones nacionales italianas estaban programadas para el 18 de abril de 1948. Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos no estaba tranquilo – la Guerra Fría había comenzado y la administración Truman había identificado Italia como el clave para ganar esa guerra.
En marzo de 1948, el Consejo de Seguridad Nacional publicó el informe “La posición de los Estados Unidos con respecto a Italia en la luz de la posibilidad de la participación comunista en el Gobierno por la vía legal”.
El informe reconocía la amenaza de que el Partido Comunista italiano alcanzase el poder legalmente en las siguientes elecciones y proveía recomendaciones para evitar ese resultado. Entre otros planes de acción, el Consejo de Seguridad Nacional recomendó al gobierno de Estados Unidos que animase a ciudadanos privados y líderes públicos a iniciar una campaña sobre la crisis política en Italia.
Este trabajo se centrará en la dependencia de la Administración en los inmigrantes italiano-americanos. La programación de radio de La Voz de América destacaba a los músicos estadounidenses de ascendencia italiana y proporciona conversaciones frecuentes con italo-americanos que eran líderes en los negocios, el trabajo, la educación y la agricultura. El gobierno de Estados Unidos tenía como objetivo recordar a los italianos no solo que los italo-americanos habían triunfado en Estados Unidos y que, por tanto, el modo de vida americano prometía el éxito, sino también la cercanía entre las dos naciones.
Muchos de los participantes en la campaña eran antifascistas, inmigrantes que había desertado del régimen de Mussolini durante la guerra. Sin embargo, muchos otros eran fascistas. En desacuerdo con el gobierno de Estados Unidos a principios de la década de 1940, los fascistas italianos que vivían en los Estados Unidos desempeñaron un papel extraordinario en apoyo del esfuerzo de propaganda anticomunista de la administración Truman en 1948. Funcionó el viejo adagio “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”.
El antiguo fascista y acérrimo anticomunista Generoso Pope, por ejemplo, inició una campaña nacional de envío de cartas, instando a los Italo-americanos a escribir a los amigos y la familia en Italia para advertirles de las consecuencias nefastas de la elección de un gobierno comunista.
El 18 de abril, 1948, la Democracia Cristiana obtuvo la mayoría absoluta en el Parlamento. En cuestión de meses, Italia parecía camino a la “normalidad” política, económica y social por primera vez desde la guerra.
Los funcionarios de Estados Unidos en Italia atribuyeron la victoria a las actividades de propaganda preelectoral.
En este trabajo se hace hincapié en una perspectiva transnacional reconociendo la estrecha relación entre las política nacionales e internacionales y revelando el papel esencial de la comunidad de inmigrantes italianos en el éxito de la política exterior estadounidense respecto a Italia en 1948.
Este trabajo forma parte del panel “Enemigos a las puertas” y explora cuestiones relativas a la identidad étnica y nacional de Estados Unidos en el contexto de cambio de los enemigos ideológicos al principio de la Guerra Fría.
8. Mastrolilli: "Italia 1948: fue la CIA la que cerró el paso al PCI".
Fuente. Mastrolilli, Paolo: “Italia 1948: fu la CIA a fermare il PCI”, en La Stampa, 30-6-2014. Consultado on line con vigencia 15-11-2014.
Se trata de las declaraciones de Jack Devine recogidas por el periodista de La Stampa Paolo Mastrolilli, en el contexto de la presentación del último libro (Good Hunting) del ex-agente de la CIA.
Traducción del italiano para esta entrada del blog del viejo topo: Manuel García.
El ex jefe de estación en Roma Jack Devine, revela cómo la agencia ha cambiado la historia de Italia
"Sin la CIA, el Partido Comunista, en el que los soviéticos tenían grandes intereses, seguramente habría ganado las elecciones de 1948".
Después de la votación, la financiación y la ayuda de los servicios secretos de Estados Unidos a los grupos 'democráticos' continuó durante varios años, y Gladio fue creada por la "Compañía", para dejar claro que "los Estados Unidos estaban decididos en apoyar a Italia y darles los medios para defenderse".
Jack Devine
No son rumores, sino hechos que el ex jefe de la estación de la CIA en Roma, Jack Devine, con conocimiento directo revela en su nuevo libro Buena Caza (Good Hunting).
Devine también habló del encuentro con Juan Pablo II y explica cómo Roma fue el centro de la lucha contra Moscú.
Devine ha sido un pilar de los servicios americanos, que participaron en todas las grandes operaciones del siglo pasado, de Irán a Chile. En 1988 fue nombrado jefe de la oficina de Roma, y por las informaciones de los años precedentes se ha aprovechado de los datos recibidos de otro mito de la "Compañía", el embajador de Montgomery, que ha trabajado mucho en Italia.
El presidente Truman había ordenado a la Agencia librar una guerra secreta contra la URSS, y nuestro país "fue el primer campo de batalla político".
Para contrarrestar la influencia del PCI, Truman había "autorizado a la CIA a dar dinero, a través de periódicos, revistas, radio, manifiestos, volantes y organizaciones políticas para derrotarle [al PCI] en las elecciones". Sin esta intervención, de acuerdo con Montgomery [N.T. Montgomery: ex-embajador en Italia y ex-miembro de la CIA], "el Partido Comunista seguramente habría ganado."
Devine añadió que "con el tiempo, los partidos democráticos se convirtieron en lo suficientemente fuertes como para poder competir, y que ya no necesitaron el apoyo y la financiación clandestina de la Agencia". Esto significa que la ayuda había continuado incluso después de 1948, y el modelo italiano tuvo tal éxito que se aplicó en otros países, como Chile.
[Nota del blog. A partir de aquí, se hace referencia a episodios posteriores a las elecciones del 48]
Jack estaba en Roma cuando estalló el caso Gladio, y al admitir el papel jugado por la CIA recurre a Montgomery, que explica las operaciones como un apoyo material a la resistencia contra la URSS, y también una garantía de la lealtad americana a Roma:
"Así sabían que los EE.UU. apoyaban seriamente a Italia, dándoles los medios para defenderse. Gladio fue un factor importante para la estabilidad en Italia y en toda la región".
Luego se cambió y había llegado a las sospechas de participación en los terribles sucesos tales como la masacre de Bolonia. Pero por entonces, "la Agencia había perdido el interés en Gladio".
Cuando llegó a Italia, la principal tarea de Devine eran los "objetivos duros, incluidos los rusos y sus aliados en el bloque del Este, que tenían una enorme presencia en Roma. Miles de refugiados judíos llegaron de Rusia, antes de ser enviados a sus destinos finales en Israel o los Estados Unidos. Muchos de estos refugiados eran ingenieros, científicos y otras personas con una alta formación técnica. Para la inteligencia tenían valor y había que interrogarles".
El oficial que estaba a cargo de espiar a los rusos en Roma era Aldrich Ames, quien luego se convertiría en el más famoso traidor a la "Compañía". Mientras estaba en Italia, había acumulado una cuenta bancaria en Suiza por más de un millón de dólares, recibidos de Moscú para vender sus colegas.
Su interlocutor era el agente de la KGB Aleksey Khrenkov, que residía en Italia. Un día se había presentado un alto funcionario de la Europa del Este en la embajada para ofrecer secretos a los EE.UU. El nombre clave de «Motorboat», y Devine ordenó a Ames someterle a un polígrafo.
Durante el interrogatorio, «Motorboat», le contó a Aldrich que alguien de alto nivel de la CIA estaba traicionando a sus compañeros, y pasaba la información a través de su red a la KGB, y que luego la eliminaba. Ames, por supuesto, inmediatamente informó de la traición de «Motorboat» a los servicios de inteligencia rusos dándoles toda la información que había obtenido.
Los servicios italianos estaban espiando los movimientos de Devine, y un día se enteró que estaba bajo vigilancia. Al principio no entendía por qué, pero luego descubrió ese día que los agentes italianos iban a tener una entrevista con un importante contacto ruso, y que no querían que él lo supiera.
Jack, de ascendencia irlandesa, había pedido reunirse con el Papa Juan Pablo II, para darle las gracias por el trabajo realizado para la apertura de la Europa del Este. Cuando se volvieron a ver, el Papa le hizo una pregunta embarazosa: "¿Dónde trabaja usted?". Para no mentir al pontífice, y no violar su cometido, Devine respondió que era un empleado del gobierno de Estados Unidos: "Creo que me he dado cuenta de su sonrisa socarrona en su rostro".
El ex-jefe de también recuerda las reuniones periódicas que tuvo con un político de gran experiencia y muy sabio, al que le gustaba comer pasta con una gran cantidad de chile peperoncino rosso. A continuación, las visitas con sus colegas italianos a la Agencia de Seguridad Nacional, veinte años antes del escándalo de Snowden. Y paseos por los jardines de Villa Taverna con el entonces jefe de la policía, quien, cuando se iba a marchar, le invitó a cenar a un restaurante popular, dejando claro entre ellos que no era más que "una demostración de su poder, el cual, sin embargo, nunca había puesto en duda".
* * *
El libro de J. Devine editado en junio
[Notas del blog. Jack Devine llegó a Italia mucho tiempo después del operativo del 48. Por tanto, cuando llega tiene ya una perspectiva temporal de lo que se llegó a realizar anteriormente.
Llamamos la atención sobre el cinismo que muestra al hablar de Gladio, ya que fue una organización terrorista, que llega a desarrollar un plan para dar un golpe de estado en caso de que los comunistas entrasen en el gobierno, y que estuvo vinculada con la extrema-derecha neofascista; responsable además del mayor atentado terrorista vivido en Italia desde el fin de la IIGM: la matanza de Bolonia.
Jack Devine estuvo en la CIA desde 1960 hasta 1990. Se le relaciona con la caída de Allende en Chile en el 73, con el escándalo del Irán-Contra en los 80 y también con los operativos en Afganistán contra los soviéticos y que, como sabemos, son el origen de Al-Qaeda. Devine llegó a ser Acting Director y Associate Director de la CIA. Bajo su autoridad se supervisaron las acciones de miles de agentes de la Agencia, implicados en misiones secretas por todo el mundo.
Las declaraciones que recoge el periodista italiano, tuvieron lugar en el contexto de la presentación del libro de Devine, Good Hunting: An American Spymaster's Story (Buena Caza. La historia de un maestro de espías americano), recientemente editado por Farrar Straus & Giroux (3 de junio de 2014)].
9. William Blum: "Italia, 1947-1948: elecciones libres al estilo Hollywood".
William Blum
Fuente. Blum, William: "Italy, 1947-1948: Free elections, Hollywood-style", capítulo 2 de Killing Hope: U.S. Military and CIA Interventions Since World War II, Common Courage Press, 2004.
Traducción y edición en castellano: Asesinando La Esperanza, Editorial Oriente, Santiago de Cuba (Cuba), 2005.
Nota del blog: hemos utilizado la traducción cubana que solo existe en edición en papel y que tuvimos que comprar de una librería de segunda mano de EE.UU., específicamente para elaborar esta entrada del blog. Puntualmente introdujimos alguna mejora sintáctica o léxica en la traducción cubana, sin que ello afectase al sentido del texto (aun así han sido retoques marginales en el texto traducido por la Ed. Oriente de Cuba). Para quien desee leer el texto original en inglés, está íntegro en el siguiente pdf:
Izda.: edición original en inglés de Killing Hope. Drcha.: la edición en castellano de Ed. Oriente (Cuba).
"Italia 1947-1948. Elecciones libres al estilo Hollywood."
(Capítulo 2 del libro Asesinando la esperanza. Intervenciones de la CIA y del ejército de EE.UU. desde la Segunda Guerra Mundial).
"Aquellos que no crean en la ideología de los Estados Unidos no deben ser autorizados a permanecer en Estados Unidos", declaró el fiscal general estadounidense Tom Clark, en enero de 1948 (1).
En marzo, el Departamento de Justicia, presidido por Clark, determinó que los italianos que no creyeran en la ideología estadounidense no serían autorizados a emigrar, o incluso a entrar en los Estados Unidos.
Esto no era más que una táctica en la notable campaña estadounidense para asegurar que los italianos que no creían en la ideología de los Estados Unidos no pudiesen formar un gobierno de una ideología diferente en Italia en las elecciones de 1948.
Dos años antes, el Partido Comunista Italiano (PCI), una de las más grandes del mundo, y el Partido Socialista (PSI) habían acumulado juntos más votos y más escaños en las elecciones a la Asamblea Constituyente que la Democracia Cristiana. Pero los dos partidos de izquierda habían concurrido con candidatos diferentes y, por tanto, tuvieron que contentarse con algunos puestos ministeriales en un gabinete de coalición bajo un primer ministro demócrata-cristiano. Los resultados, sin embargo, fueron motivo de alarma suficiente para hacer surgir el temor a Marx en la administración Truman.
Para las elecciones de 1948, previstas para el 18 de abril, el PCI y PSI se unieron para formar el Frente Democrático Popular (FDP) y en febrero ganaron las elecciones municipales en Pescara con un 10% más de votos que en 1946. Los demócrata-cristianos alcanzaron un pobre segundo lugar. La perspectiva de que la izquierda se pudiera apropiar del control del Gobierno italiano se hizo más amenazadora que antes.
Fue en este punto cuando Estados Unidos comenzó a probar sus grandes armas económicas y políticas sobre el pueblo italiano. Toda la buena experiencia yanqui, todas las mañas conocidas en Madison Avenue para influir en la opinión pública, toda la parafernalia hollywoodense se pondría en acción en el "mercado seleccionado" como objetivo.
Las acuciantes necesidades internas de Italia, tales como la reforma económica y agraria, cuya ausencia había provocado un abismo extremo entre ricos y pobres, no debían ser los temas del día. Las líneas de fuego se dibujarían en torno a la cuestión de "democracia" contra el "comunismo" (dejando a un lado discretamente la palabra "capitalismo"). El hecho de que los comunistas hubieran sido el único grupo antifascista activo en Italia, y hubieran sufrido duras persecuciones durante la guerra, mientras el gobierno demócrata-cristiano de 1948 y otros opositores electorales de la derecha estaban repletos de colaboradores casi sin barnizar... esto también fue ignorado y de hecho se le dio la vuelta.
Ahora era una cuestión de "dictadura" contra el amor de sus adversarios por la "libertad", el cual se daba por descontado. Como ejemplo, un grupo de congresistas norteamericanos visitó Italia en el verano de 1947, y concluyó de manera casual y arbitraria que "el país se encuentra bajo una gran presión desde adentro y afuera para inclinarse hacia la izquierda y adoptar una organización nacional totalitaria y colectivista" (2).
Ahora era una cuestión de "dictadura" contra el amor de sus adversarios por la "libertad", el cual se daba por descontado. Como ejemplo, un grupo de congresistas norteamericanos visitó Italia en el verano de 1947, y concluyó de manera casual y arbitraria que "el país se encuentra bajo una gran presión desde adentro y afuera para inclinarse hacia la izquierda y adoptar una organización nacional totalitaria y colectivista" (2).
Para dar crédito a todo esto, la imagen completa tenía que ser embutida y ajustada al marco del modo de vida americano contra el modo de vida soviético, una propuesta sin duda impactante para los izquierdistas que se veían a si mismos como italianos y de ninguna manera como rusos o norteamericanos.
En febrero de 1948, después de que los ministros no comunistas en Checoslovaquia boicotearan las reuniones del gabinete en torno a una disputa sobre la política de empleo, el gobierno comunista disolvió el gabinete y tomó el poder. La Voz de América aludió a este hecho reiteradamente como una advertencia para el pueblo italiano del destino que les espera si Italia "se volvía comunista". Sin embargo, según todas las apariencias, el gobierno italiano cristiano-demócrata y el gobierno estadounidense habían conspirado el año anterior en una usurpación el poder incluso más descarada.
En enero de 1947, cuando el primer ministro italiano Alcide de Gasperi visitó Washington invitado por Estados Unidos, su principal preocupación fue suplicar una ayuda financiera decisiva para su país empobrecido y devastado por la guerra. Los funcionarios norteamericanos podían haber tenido una prioridad diferente. Tres días después de regresar a Italia, De Gasperi disolvió su gabinete -que incluía varios comunistas y socialistas- de manera inesperada.
La prensa informó que mucho en Italia creían que la acción de De Gasperi guardaba relación con su visita a Estados Unidos y que estaba dirigida a debilitar la influencia de la izquierda en el Gobierno, en particular de los comunistas. Tras dos semanas de tortuosas demoras, se demostró que era imposible la formación de un gobierno de o de centro-derecha, tal como buscaba De Gasperi; el nuevo gabinete tuvo que incluir comunistas y socialistas, aunque la izquierda perdió varias posiciones claves como los ministerios de Relaciones Exteriores y Finanzas.
La prensa informó que mucho en Italia creían que la acción de De Gasperi guardaba relación con su visita a Estados Unidos y que estaba dirigida a debilitar la influencia de la izquierda en el Gobierno, en particular de los comunistas. Tras dos semanas de tortuosas demoras, se demostró que era imposible la formación de un gobierno de o de centro-derecha, tal como buscaba De Gasperi; el nuevo gabinete tuvo que incluir comunistas y socialistas, aunque la izquierda perdió varias posiciones claves como los ministerios de Relaciones Exteriores y Finanzas.
A partir de entonces y hasta mayo, cuando el delegado de De Gasperi, Ivan Lombardo, encabezó una misión a Washington para renovar la solicitud de ayuda, los prometidos préstamos fueron "congelados" por Estados Unidos por razones no muy claras. En varias ocasiones durante este período, la izquierda aseguró sus convicciones de que la ayuda estaba condicionada a la expulsión de los izquierdistas del gabinete. El New York Times se sintió obligado a señalar que "algunos observadores aquí creen que un giro más hacia la izquierda en Italia retardaría la ayuda".
Tal como se desarrollaron las cosas, el día que Lombardo llegó a Washington, De Gasperi disolvió nuevamente su gabinete y sugirió que el nuevo podría arreglárselas sin la participación de la izquierda. Esto fue precisamente lo que ocurrió, y durante los siguientes meses, una extremadamente generosa ayuda financiera norteamericana fluyó hacia Italia, además de ser cancelada la deuda de 1.000 millones de dólares del país con Estados Unidos (3).
Tal como se desarrollaron las cosas, el día que Lombardo llegó a Washington, De Gasperi disolvió nuevamente su gabinete y sugirió que el nuevo podría arreglárselas sin la participación de la izquierda. Esto fue precisamente lo que ocurrió, y durante los siguientes meses, una extremadamente generosa ayuda financiera norteamericana fluyó hacia Italia, además de ser cancelada la deuda de 1.000 millones de dólares del país con Estados Unidos (3).
En este mismo período, Francia, que también dependía en gran medida de la ayuda financiera estadounidense, también expulsó a todos sus ministros comunistas del gobierno. En este caso hubo una justificación inmediata: la negativa de los ministros comunistas a apoyar al primer ministro Ramadier en una votación sobre la congelación de salarios. A pesar de esto, la salida de lso ministros fue vista como una "sorpresa" y considerada "atrevida" en Francia, y la opinión generalizada fue que se había hecho presión con los préstamos norteamericanos, o se haría, para obligar a Francia a alinearse con Estados Unidos. Ramadier dijo: "Un poco de nuestra independencia nos abandona con cada préstamo que obtenemos" (4).
*
Al comenzar el último mes de la campaña electoral de 1948, el Times anunció que la posible victoria de la izquierda sería "el principio de la catástrofe" (5).
"Fue sobre todo este miedo [ha escrito William Colby, antiguo director de la CIA] lo que llevó a la formación de la Oficina de Coordinación de Políticas, la cual dio a la CIA la capacidad de asumir operaciones políticas, propagandísticas y paramilitares en el primer lugar" (6). Pero las operaciones encubiertas, al menos en lo que se conoce, tuvieron un papel relativamente menor en la campaña norteamericana para quebrar a la izquierda italiana. Fue la manera abierta en que se trabajó, sin ningún tipo tapujo, lo que dio a todo el asunto un sello de singularidad y arrogancia -se diría incluso que de fanfarronería. La suerte del FDP comenzó a decaer con sorprendente aceleración ante una asombrosa movilización de recursos como los siguientes (7):
► Una campaña masiva de cartas de norteamericanos de ascendencia italiana a sus familiares y amigos en Italia - al principio escritas por los individuos con sus propias palabras, o con la guía de "cartas muestra" publicadas en periódicos, y pronto extendidas a cartas impresas y con porte pagado, cablegramas, "circulares adicionales" y afiches, que sólo requerían de una dirección y una firma. Al igual que medio millón de postales -emitidas por un grupo que se llamaba a si mismo Comité para Ayuda a la Democracia en Italia- que ilustraban el terrible destino que esperaba a Italia si votaba por la "dictadura", o incluso la "dictadura extranjera".
En total se calcula que unos 10 millones de caras y postales fueron escritas y distribuidas por periódicos, emisoras de radio, iglesias, la Legión Americana, individuos pudientes, etc.: los anuncios publicitarios de las empresas ofrecían enviar cartas a Italia incluso si las personas no compraban el producto publicitado. Todo esto con la aprobación expresa del secretario de Estado actuante y de la Oficina Postal que inauguró unos "Vuelos de la Libertad" especiales para dar mayor propaganda al despacho de este correo hacia Italia.
En total se calcula que unos 10 millones de caras y postales fueron escritas y distribuidas por periódicos, emisoras de radio, iglesias, la Legión Americana, individuos pudientes, etc.: los anuncios publicitarios de las empresas ofrecían enviar cartas a Italia incluso si las personas no compraban el producto publicitado. Todo esto con la aprobación expresa del secretario de Estado actuante y de la Oficina Postal que inauguró unos "Vuelos de la Libertad" especiales para dar mayor propaganda al despacho de este correo hacia Italia.
Las cartas impresas contenían mensaje tales como: "Una victoria comunista arruinaría a Italia. Estados Unidos retiraría toda la ayuda y probablemente ocurriría una guerra mundial". "Te imploramos que no entregues a nuestra hermosa Italia en manos del cruel déspota del comunismo. Norteamérica no tiene nada en contra del comunismo en Rusia [sic] pero ¿por qué imponerlo en otros pueblos, otras tierras, y de esa forma apagar la antorcha de la libertad?". "Si las fuerzas de la verdadera democracia perdieran las elecciones en Italia, el Gobierno norteamericano no enviaría más dinero al país y nosotros tampoco enviaríamos más dinero a nuestros familiares".
Estos eran, por supuesto, los mensajes menos sofisticados. Otros ponían el énfasis en que Rusia dominaría a Italia , en la pérdida de la religión y de la vida familiar, pronosticaban la confiscación de las viviendas y las tierras.
El veterano periodista Howard K. Smith señaló en aquel momento: "Para un campesino italiano recibir un telegrama de cualquier lugar es algo extraordinario, y un cable del paraíso terrenal que representa Estados Unidos no es algo que se pueda pasar por alto".
Las cartas de amenazaban con cortar los regalos pueden haber sido igualmente intimidantes. "Tales cartas [escribió en un periódico italiano un funcionario demócrata cristiano] cayeron sobre el sur de Italia y las aldeas sicilianas con la fuera de un rayo". Una encuesta realizada en 1949 indicaba que 16% de los italianos tenían parientes en Estados Unidos con los que estaban en contacto; a esos hay que añadir los que tenían amistades.
► El Departamento de Estado respaldó las cartas anunciando: "Si los comunistas gann [...] no habría que considerar ningún tipo de asistencia por parte de Estados Unidos". La izquierda italiana se sintió obligada a asegurar a los votantes en reiteradas ocasiones que esto no sucedería en realidad, lo que provocó que los funcionarios norteamericanos, entre ellos el secretario de Estado George Marshall, repitieran su amenaza (Marshall recibió el Premio Nobel de la Paz en 1953).
► Se difundió una serie diaria de emisiones de onda corta hacia Italia, apoyada por el Departamento de Estado y con la participación de prominentes personalidades norteamericanas (el Departamento de Estado estimaa que había 1,2 millones de receptores de onda corta en Italia en 1946).
El Fiscal General aseguró por este medio al pueblo italiano que la elección era "un asunto de escoger entre democracia y el comunismo, entre Dios y el ateísmo, entre el orden y el caos". William Donovan, el jefe durante la guerra de la OSS [Nota de blog: agencia precursora de la CIA] alertó que "bajo una dictadura comunista en Italia" muchas de las "industrias de la nación serían desmanteladas y enviadas a Rusia y millones de obreros italianos serían deportados a Rusia para realizar trabajos forzados". Por si esto no fuera suficiente para impresionar a los italianos, un desfile de desconocidos pero apasionados refugiados de Europa del Este pasó ante el micrófono para rememorar historias de horror sobre la vida detrás de "el telón de hierro".
El Fiscal General aseguró por este medio al pueblo italiano que la elección era "un asunto de escoger entre democracia y el comunismo, entre Dios y el ateísmo, entre el orden y el caos". William Donovan, el jefe durante la guerra de la OSS [Nota de blog: agencia precursora de la CIA] alertó que "bajo una dictadura comunista en Italia" muchas de las "industrias de la nación serían desmanteladas y enviadas a Rusia y millones de obreros italianos serían deportados a Rusia para realizar trabajos forzados". Por si esto no fuera suficiente para impresionar a los italianos, un desfile de desconocidos pero apasionados refugiados de Europa del Este pasó ante el micrófono para rememorar historias de horror sobre la vida detrás de "el telón de hierro".
► Varias emisoras comerciales de radio emitieron para Italia los servicios especiales que se realizaban en las iglesias católicas estadounidenses para rogar por el papa en esta "su hora más crítica". En una emisora de onda corta, durante toda una semana, cientos de italo-americanos de todos los ámbitos de la vida pronunciaron discursos de un minuto dirigidos a Italia. La emisora WOV en Nueva York invitó a las italianas que se habían casado con soldados norteamericanos durante la guerra a enviar mensajes a sus familias.
► La Voz de América (VOA) aumentó de manera drástica sus transmisiones diarias hacia Italia y divulgaba noticias acerca de la asistencia norteamericana o gestos de amistad hacia Italia. Una constelación de estrellas del espectáculo, incluyendo a Frank Sinatra y Gary Cooper, grabaron una serie de programas de radio destinados a ganar amigos e influir en el voto en Italia. Se realizaron cinco transmisiones de las amas de casa italo-americanas y también fueron reclutados para la causa algunos italonorteamericanos con credenciales de izquierda. El líder obrero Luigi Antonini exhortó a los italianos a "aplastar la quinta columna moscovita [que] sigue las órdenes de la tiranía feroz de Moscú" o de lo contrario Italia se convertiría en un "país enemigo totalitario".
Para contrarrestar las acusaciones de los comunistas en Italia sobre la falta de oportunidades de los negros en Estados Unidos, la VOA transmitió la historia de una pareja negra que había hecho una fortuna en el negocio de la chatarra y había construido un hospital para su propia gente en la ciudad de Oklahoma (hay que recordar que en 1948 los negros estadounidenses aún no habían llegado a la condición de ciudadanos de segunda clase).
► Las emisoras italianas transmitieron un show de una hora desde Hollywood destinado a recaudar fondos para los huérfanos de los pilotos italianos muertos en la guerra (no se informó si el mismo se hizo para los huérfanos de los pilotos alemanes).
► Los funcionarios norteamericanos en Italia hicieron una amplia distribución de folletos ensalzando la ayuda económica estadounidense y organizaron exposiciones entre los grupos con bajos ingresos. El Servicio de Información de los Estados Unidos presentó una exposición con el título "El obrero en América" e hizo un amplio uso de películas documentales y largometrajes para vender el estilo de vida americano. Se estima que en el período inmediatamente anterior a las elecciones, más de cinco millones de italianos veían cada semana documentales estadounidenses. El film Ninotchka, que satirizaba la vida en Rusia, fue señalado como una película particularmente eficaz. Fue presentado en los barrios obreros y los comunistas hicieron algunos esfuerzos para impedir su presentación. Después de la elecciones se dijo que un trabajador pro-comunista había comentado que "lo que nos liquidó fue Ninotchka".
► El Departamento de Justicia notificó que a los italianos afiliados al Partido Comunista se les negaría el sueño de tantos italianos, la emigración a América. El Departamento de Estado emitió entonces un decreto que prohibía la entrada en Estados Unidos a cualquier italiano que hubiese votado a favor del Partido Comunista (un telegrama del Departamento dirigido a un político de Nueva York decía: "Votar a los comunistas parece implicar la afiliación al Partido Comunista tal como lo contempla la Ley de Inmigración y por lo tanto, requeriría la exclusión de Estados Unidos"). Se instó a que esta información fuese destacada en las cartas a Italia.
► El presidente Truman acusó a la URSS de planear la subyugación de Europa occidental, y llamó al mundo a recibir entrenamiento militar en Estados Unidos, así como a un nuevo reclutamiento en el servicio militar para detener "el amenazante control comunista y la entronización de estados policiales". Durante la campaña electoral, barcos de guerra norteamericanos y británicos se veían con frecuencia encontrados anclados en puertos italianos. Time, en una edición ampliamente dedicada y comentada sobre Italia unos días antes de las elecciones, dio el visto bueno al sentir que "Estados Unidos debería dejar clara su disposición de usar la fuerza, si fuese necesario, para evitar que Italia se vuelva comunista" (8).
► Estados Unidos e Italia firmaron un tratado de "amistad, comercio y navegación", válido por diez años. Fue el primer tratado de su tipo que asumió EE.UU. después de la guerra, algo que se destacó para consumo italiano.
► Un "Tren de la Amistad" recorrió EE.UU. recogiendo regalos, y luego viajó a través de Italia distribuyéndolos. El tren estaba pintado de rojo, blanco y azul, y llevaba grandes letreros que expresaban la amistad de los ciudadanos norteamericanos hacia el pueblo italiano.
► El gobierno de EE.UU. declaró que favorecería la tutela italiana sobre algunas de sus antiguas colonias africanas, como Etiopía y Libia: una propuesta totalmente descabellada que nunca sería aceptada en el mundo de la postguerra (la URSS hizo una propuesta similar).
► Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia maniobraron en pos de que la URSS vetara por tercera vez una moción para que Italia fuese admitida en las Naciones Unidas (la primera negativa rusa se basó en que no se había firmado aún un tratado de paz con Italia. Después de la firma del mismo en 1947, plantearon que aceptarían la propuesta si se hacía miembros también a otros del bando enemigo en la guerra como Bulgaria, Hungría y Rumanía).
► Los mismos tres aliados propusieron a la URSS que se llevaran a cabo negociaciones para devolver Trieste a Italia. Trieste, que era el principal puerto italiano en la costa adriática, en la frontera de Yugoslavia, había sido convertido en "ciudad libre" por el tratado de paz de las potencias aliadas. an a cabo con el fin de regresar a Italia Trieste. La aprobación de la URSS era necesaria para alterar esto, y la propuesta occidental tenía la finalidad de poner en evidencia a los rusos. Los italianos tenían un intenso apego sentimental con Trieste, y si los rusos rechazaron la propuesta los comunistas italianos se verían en una posición difícil. La aceptación soviética conllevaría el antogonismo de sus aliados yugoslavos en cuya frontera se hallaba el puerto. Para los soviéticos el camino más seguro y obvio habría sido retrasar su respuesta hasta después de las elecciones. Sin embargo, optaron por anunciar su rechazo cinco días antes de las mismas, con lo que pusieron otro clavo en el ataúd del FDP.
► Un "Manifiesto de la Paz a los italianos amantes de la libertad", que llamaban a rechazar el comunismo, fue enviado al primer ministro De Gasperi. Enre los firmantes estaban dos ex-secretarios de Estado, un ex-fiscal general, un antiguo juez del Tribunal Supremo, un ex-gobernador de Nueva York, la antigua primera dama Eleanor Roosevelt y muchos otros personajes prominentes. Este mensaje fue, al parecer, adecuadamente publicitado por toda Italia, una tarea fácil pues el 82% de los periódicos italianos estaban en manos de los enemigos de la izquierda.
► Más de 200 líderes sindicales de origen italiano sostuvieron una conferencia, originada por un cable enviado a 23 diarios en toda Italia en el que se urgía en términos similares a inclinar el pulgar hacia abajo a los rojos. Al mismo tiempo, el Consejo de Trabajadores Italoamericanos contribuyó con 50.000 dólares a las organizaciones sindicales anti-comunistas en Italia. La CIA ya estaba entregando fondos en secreto a estos sindicatos para contrarrestar la influencia de los sindicatos comunistas (9), pero ésta una práctica corriente y no tenía relación con las elecciones (según ex-oficial de la CIA, en 1945 los comunistas estuvieron a punto de hacerse con el control de los sindicatos, primero en Sicilia y luego en toda Italia y sur de Francia, pero la cooperación entre la OSS y la mafia frustró este movimiento) (10).
► La CIA, según admitió más tarde, dio un millón de dólares a partidos italianos del centro, una suma digna de un rey de Italia de 1948 (11), aunque otros informes sitúan la cifra en 10 millones. La Agencia también falsificó documentos y cartas supuestamente provenientes del PCI para desacreditar a este partido y a sus líderes; libros y artículos anónimos elaborados por la CIA contaban con gran detalle las supuestas actividades comunistas en Europa del Este y la URSS; se divulgaban folletos con la vida personal y sexual de los candidatos del PCI, presentados con retoques fascistas y antirreligiosos (12).
► Un grupo musical norteamericano, que incluía famosos instrumentistas de origen italiano, viajó a Roma para dar una serie de conciertos.
► El presidente Truman entregó, un mes antes de las elecciones, 29 barcos mercantes al gobierno italiano como "gesto de amistad y confianza en la Italia democrática" (en realidad se trataban de buques italianos capturados e incautados durante la guerra y otros para reponer a los que se habían perdido tras ser capturados).
► Cuatro días después, el Comité de Asignaciones de la Cámara actuó con gran rapidez para aprobar una "ayuda interina" adicional de casi 19 millones de dólares para Italia.
► Dos semanas más tarde, EE.UU. entregó a Italia 4.300.000 dólares como primer pago de los salarios adeudados a los 60.000 ex-prisioneros de guerra italianos que habían trabajado "voluntariamente" para la causa aliada. Esto provino de una revisión del tratado de paz que estipulaba que el Gobierno italiano fue responsable de dichos pagos.
► Seis días antes de las elecciones, el Departamento de Estado hizo público que Italia recibiría en breve 31 millones de dólares en oro como devolución por el oro robado por los nazis (el hecho de que sólo unos pocos años antes, Italia había peleado junto con los nazis en el bando enemigo parecía ahora un vago recuerdo).
► Dos días más tarde, el Gobierno de EE.UU. autorizó dos nuevos grandes cargamentos de alimentos hacia Italia, uno de ellos por valor de 8 millones de dólares en granos. Un número de barcos de ayuda habían sido descargados en Italia durante la campaña electoral en medio de grandes ceremoniales y discursos del embajador norteamericano.
En un gran cartel se podía leer: "El pan que comemos: 40% harina italiana y 60% harina estadounidense enviada gratis". El cartel olvidaba aclarar si el dinero ahorrado iba en beneficio del consumidor o de los bolsillos de las empresas panaderas.
► Cuatro días antes de las elecciones, la Comisión Estadounidense para la Restauración de Monumentos italianos, Inc., anunció una serie adicional de subvenciones al Ministerio de Bellas Artes de Italia.
► 15 de abril fue designado "Día de Italia Libre" por los simpatizantes estadounidenses de una Italia Libre, con actividades para realizar en todo el país.
► El embajador de Estados Unidos, James Clement Dunn, viajó constantemente a lo largo de Italia explicando a la población "lo que ha representado para ellos la ayuda norteamericana en cada ocasión". Con la última entrega de alimentos, Dunn declaró que el pueblo estadounidense estaba salvando a Italia del hambre, el caos y la posible dominación extranjera. Sus discursos normalmente recibían por lo general una amplia cobertura de la prensa no izquierdista. Como contraste, el Gobierno italiano prohibió a varios de sus propios embajadores en el extranjero, que regresasen al país para hacer campaña en favor del FDP.
*
En su histórico discurso del 12 de marzo de 1947, más tarde conocido como la "Doctrina Truman", el presidente había proclamado:
"Creo que debe ser política de los Estados Unidos apoyar a los pueblos libres que están resistiendo los intentos de subyugación de minorías armadas o las presiones extranjeras. Creo que debemos ayudar a los pueblos libres a decidir sus destinos según su propia manera (13).No creo que sea necesario destacar cuán hipócrita demostró ser esta premisa, pero las voces que alzaban en EE.UU. contra la cruzada de su Gobierno en Italia eran pocas y apenas audibles por encima del rugido. El Comité Italiano-Americana para las Elecciones Libres en Italia emitió un comunicado para denunciar la invasión propagandística, declarando que: "Miles de estadounidenses de origen italiano se sienten profundamente humillados por el flujo continuo de sugerencias, consejos y presiones dirigidas a los italianos como si estos fuesen incapaces de decidir por sí mismos a quién elegir" (14).
El Partido Progresista también emitió un comunicado que señalaba: "Como estadounidenses repudiamos la amenaza de nuestro Gobierno de cortar la ayuda en alimentos a Italia a menos que las elecciones sean de nuestro agrado. Los niños hambrientos no deben quedar sin comida porque sus padres no hayan votado tal como se les ordenó desde el extranjero" (15). El candidato de este partido a la presidencia en 1948 era Henry Wallace, el antiguo vice-presidente, quien se había expresado públicamente en defensa de una verdadera distensión con la Unión Soviética. La Historia no dio oportunidad de comprobar cuál hubiera sido la reacción -entre aquellos que no encontraban nada malo en lo que Estados Unidos estaba haciendo en Italia- si una campaña similar hubiera sido llevada a cabo por parte de la URSS, o de la izquierda italiana, en favor de Wallace en Estados Unidos.
*
Aunque algunos italianos deben haber estado convencidos, por momentos, de que el propio Stalin era el candidato principal del FDP, la intervención soviética real en las elecciones apenas merece un solo titular. La prensa norteamericana especulaba que los rusos enviaban chorros de dinero a las arcas del Partido Comunista (PCI). Sin embargo, una encuesta realizada por la Oficina Italiana de la Unión de Prensa reveló que los partidos anticomunistas tuvieron gastos siete veces y media mayores que el FDP en todas las formas de propaganda; solo los demócrata-cristianos llegaron a gastar cuatro veces más(16). En lo que concierne a otras acciones soviéticas, Howard K. Smith realizó la siguiente observación:
Los rusos trataron de responder con algunos débiles gestos durante un tiempo: algunos prisioneros de guerra italianos fueron liberados; se enviaron algunos equipos de impresión a Italia y fueron ofrecidos a todos los partidos para sus campañas. Pero no había manera de resistir a lo que cada vez semejaba más una gigantesca ola [nota blog: maremoto]. Hay evidencias de que los rusos consideraron que el show se encarnizaba demasiado con ellos y llegaron a temer la reacción de norteamericanos y británicos en caso de una victoria comunista en las urnas para ellos y en realidad se convirtió en aprensión de lo que podría ser la reacción estadounidense y británica a una victoria comunista en las urnas.
(La preocupación de Rusia acerca del conflicto con Occidente fue expresada también a un mes de las elecciones italianas, en una de las célebres cartas del Cominform a Tito, en la cual se acusaba a los yugoslavos de tratar de involucrar a los soviéticos en un enfrentamiento con las potencias occidentales, cuando "debería ser bien conocido [...] que la URSS, después de una guerra tan terrible, no podría comenzar una nueva".) (17)La evidencia a la que alude Smith fue el rechazo soviético a la propuesta sobre Trieste. Dado el momento en que se produjo, informaba el New York Times, "el inesperado procedimiento llevó a varios observadores a concluir que los rusos habían tirado al Partido Comunista Italiano por la borda" (18).
El periódico del partido pasó un momento difícil al conocer la noticia, pero lo mismo le sucedió a Washington, pues contradecía la principal premisa fundamental de su campaña en Italia: que el PCI y la URSS eran uno solo en cuanto a sus fines y medios; que si usted compraba uno, obtenía también al otro. De modo que se adelantó la idea de que quizás la negativa soviética era una táctica para demostrar que EE.UU. no cumpliría su promesa en Trieste.
Pero el anuncio soviético no había ido acompañado de propaganda en tal sentido, y no explicaría por qué los rusos habían esperado varias semanas para justo antes de las elecciones asestar este golpe a sus camaradas italianos. En cualquier caso, EE.UU. sólo podía salir del asunto mucho mejor parado que los rusos.
(La preocupación de Rusia acerca del conflicto con Occidente fue expresada también a un mes de las elecciones italianas, en una de las célebres cartas del Cominform a Tito, en la cual se acusaba a los yugoslavos de tratar de involucrar a los soviéticos en un enfrentamiento con las potencias occidentales, cuando "debería ser bien conocido [...] que la URSS, después de una guerra tan terrible, no podría comenzar una nueva".) (17)La evidencia a la que alude Smith fue el rechazo soviético a la propuesta sobre Trieste. Dado el momento en que se produjo, informaba el New York Times, "el inesperado procedimiento llevó a varios observadores a concluir que los rusos habían tirado al Partido Comunista Italiano por la borda" (18).
El periódico del partido pasó un momento difícil al conocer la noticia, pero lo mismo le sucedió a Washington, pues contradecía la principal premisa fundamental de su campaña en Italia: que el PCI y la URSS eran uno solo en cuanto a sus fines y medios; que si usted compraba uno, obtenía también al otro. De modo que se adelantó la idea de que quizás la negativa soviética era una táctica para demostrar que EE.UU. no cumpliría su promesa en Trieste.
Pero el anuncio soviético no había ido acompañado de propaganda en tal sentido, y no explicaría por qué los rusos habían esperado varias semanas para justo antes de las elecciones asestar este golpe a sus camaradas italianos. En cualquier caso, EE.UU. sólo podía salir del asunto mucho mejor parado que los rusos.
Para cuando finalizó el espectáculo de Broadway en Italia, los demócrata-cristianos aparecían como los claros ganadores con un 48% de los votos. La coalición de izquierda había sido completamente humillada con apenas un 31% de los votos. Había sido una cruzada como la que Aneurin Bevan atribuyera a los conservadores en Gran Bretaña: "Todo la pericia de la política conservadora en el siglo XX [escribió el líder laborista británico] ha sido desplegada para permitir a los ricos persuadir a los pobres de utilizar su libertad política para mantener a los ricos en el poder".
Notas
(1) En el discurso pronunciado ante el Cathedral Club Brooklyn, el 15 de enero de 1948, citado en David Caute:The Great Fear: The Anti-Communist Purge Under Truman and Eisenhower. Simon and Schuster, New York, 1979, p. 15.
(2) Robert T. Holt y Rober W. van de Velde: Strategic Psychological Operations and American Eisenhower. Simon and Chuster, New York, 1979, p. 15.
(3) Sobre la disolución del gabinete: New York Times, 21 de enero de 1947, p. 5; 26 de enero, p. 37; 3 de febrero, p. 1; 5 de mayo, p. 13; 14 de mayo; 29 de mayo, p. 3; 2 de junio, p. 24.
(4) New York Times, 5 de mayo de 1947, p. 1; 11 de mayo, IV, p. 5; 14 de mayo, pp. 14 y 24; 17 de mayo, p. 8; 18 de mayo, IV, p. 4; 20 de mayo, p. 2; Howard K. Smith: The State of Europe. Londres, 1950, p. 151 (incluye la cita de Ramadier que aparece también en New York Times, 20 de mayo).
(5) Time, 22 de marzo de 1948, p. 35.
(6) William Colby: Honorable Men: My Life in the CIA. New York, 1978, p. 109.
(7) A menos que se indique otra cosa, los acápites enumerados a continuación se derivan de las siguientes fuentes:
a) New York Times, 16 de marzo a 18 de abril de 1948, passim.
b) Howard K. Smith, pp. 198-219.
c) William E. Daugherty y Morris Janowitz: A Psychological Warfare Casebook. John Hopkins Press, Baltimore, 1948, pp. 319-326.
d) Holt y Van de Velde, pp. 159-205.
e) E. Edda Martínez y Edward A. Suchman: "Letters from America and the 1948 Elections in Italy", en The Public Opinion Quarterly, Princeton University, primavera de 1950, pp. 111-125.
(8) Citado en Smith, p. 202, sin dar fecha.
(9) Tom Braden: "I'm Glad the CIA is 'Inmoral'", en Saturday Evening Post, 20 de mayo de 1967. Braden había sido un alto oficial de la Agencia.
(10) Miles Copeland: Without Cloak and Dagger. New York, 1974, pp. 235-236; también publicado como The Real Spy World.
(11) Memorándum de la CIA al Comité 40 (Consejo Nacional de Seguridad), presentado al Comité Selecto sobre Inteligencia, la Cámara de Representantes (el Comité Pike) durante audiencias privadas efectuadas en 1975. El grueso del informe del comité en el que aparece este memorándum fue filtrado a la prensa en febrero de 1976 y apareció por primera vez en forma de libro con el título: CIA - The Pike Report, Nottingham, Inglaterra, 1977. El memorándum aparece en las páginas 204-205 de este libro. Ver también notas sobre Iraq.
(12) Stephen Goode: The CIA. Franklin Watts, Inc., New York, 1982, p. 45; William R. Corson: The Armies of Ignorance: The Rise of the American Intelligence Empire. The Dial Press, New York, 1977, pp. 298-299. Corson tuvo una larga carrera en la inteligencia militar y fue secretario personal del Grupo Especial Conjunto DOD-CIA sobre Contrainsurgencia R & D del presidente.
(13) Public Papers of the President of the United States: Harry S. Truman, 1947. U.S. Government Printing Office, Washington, 1963, pp. 178-179.
(14) New York Times, 8 de abril de 1948.
(15) Ibíd., 12 de abril de 1948.
(16) Smith, p. 200.
(17) Ibíd., p. 202.
(18) New York Times, 15 de abril de 1948.
10. Conclusiones
A través de esta extensa entrada (al final podéis descargarla en pdf, junto con las dos entradas anteriores de la serie, de nuestro archivo en Dropbox), constatamos el decisivo papel que tuvo la CIA en la derrota de la izquierda italiana en 1948. Fueron unas elecciones decisivas para la historia posterior de Italia (y posiblemente también de la Europa occidental). Este intervencionismo obsceno de la CIA (decimos obscenoporque se llevó a cabo sin tapujos, como nos decía William Blum) fue decisivamente reforzado con el papel desempeñado por el Vaticano (ver segunda parte de la serie).
Las narrativas históricas son interpretadas siempre desde los diferentes presentes. Paraevitar quedarnos en lo anecdótico o en un mero ejercicio de erudición sin reflejo en la praxis social, es necesario saber trascender el hecho histórico concreto, preguntándonos qué aprendemos de esta lección histórica, qué aplicación obtenemos para el tiempo actual y para ese tiempo futuro que deseamos construir/conquistar a través de las luchas sociales y políticas. Por este motivo, cuando en el blog del viejo topodecidimos tocar el tema de estas tan trascendentes elecciones que se vivieron en la Italia del 48, teníamos el punto de mira de nuestra reflexión en nuestro presente y en el futuro anhelado como socialistas, comunistas, personas anticapitalistas de izquierdas.
La principal lección radica en que los acontecimientos desnudan la democracia burguesa, nos ponen al descubierto los mecanismos más opacos a través de los cuales la dominación política de la burguesía se reproduce y mantiene. A través de los hechos presentados, se nos revela nítidamente la farsa que supone esa democracia burguesa que la socialdemocracia y el socioliberalismo elevan a los altares: todo elproceso previo a las elecciones está contaminado por la influencia de los factores mencionados a través de los cuales se condiciona a la opinión pública, orientándola en la dirección deseada por la oligarquía. Pero esto apenas es el "plan A" de la burguesía: un plan para mantener el poder siguiendo unas reglas de juego distorsionadas a su antojo, pero formalmente presentes. De ahí que la izquierda tenga tan difícil alcanzar el poder por el procedimiento institucional establecido.
¿Puede fallar ese "plan A" de la burguesía? Si somos realistas, debemos pensar que desde el fin de la guerra mundial, ninguna izquierda anticapitalista ha alcanzado plenamente el poder institucional en Europa. Pero si acaso llegase a fallar dicho "plan A", la burguesía dispone de un expeditivo "plan B": la dictadura, el golpe de estado, el fascismo... De hecho, los acontecimeintos posteriores, relacionados por ejemplo con todo el tema de la organización clandestina Gladio, desmuestran que cuando la izquierda amenaza con tomar el poder institucional aun respetando tales procedimientos "democráticos", entonces entra en escena la desestabilización y el golpismo. En este sentido, la experiencia italiana es un excelente ejemplo por todo el asunto Gladio. que tendría lugar años después de los hechos narrados.
Así pues, la principal reflexión está en si es posible la vía "democrático-burguesa" al Socialismo. Y si acaso se descarta cualquier otra vía por imposible hoy por hoy, entonces la experiencia histórica nos obliga a pensar cómo neutralizar ese "plan B" que siempre está ahí como amenaza (el caso de Chile con la Unidad Popular de Allende, es otro buen ejemplo).
Por otro lado, la propaganda sistémica siempre se centró en los supuestos regímenes "dictatoriales" del Este, pero jamás se ha cuestionado la dictadura oculta (y no tan oculta, para quien quiera abrir los ojos) que suponen las democracias burguesas.
En otro orden de cosas y repasando los hechos concretos, la derrota del PCI en el 48 (en unas elecciones en las que quedó de manifiesto que la URSS no intervendría en la política de Europa occidental, como recordaba Blum más arriba), posiblemente comenzó a fermentar el caldo de cultivo del cual más tarde saldría el eurocomunismo. Esto sería un interesante tema de discusión.
La importancia de los hechos mencionados radica también en otras cosas. Enumeramos alguna:
Es el primer operativo de la CIA (es la puesta de largo de la CIA en el mundo).
A partir del éxito alcanzado, la CIA crea un "modelo" de intervención que luego se repetirá durante toda la guerra fría. Italia fue el primer laboratorio de la CIA para intervenciones posteriores en América Latina y Asia.
Posiblemente toda la corrupción impulsada por este operativo (EE.UU y el Vaticano llegan a colaborar con la mafia de una u otra forma) en la recién inaugurada democracia italiana, va a contaminar la República desde este momento. Se crea una base de corrupción que enseguida se enquista en la democracia italiana, con las consecuencias que todos conocemos (véase la entrada de nuestro compañero Manuel García que citamos en "entradas relacionadas" al final).
Y, desde luego, puestos a analizar el papel de la CIA en Europa, resulta difícil no plantearse cuál fue su papel en tres "transiciones" estratégicas que tuvieron lugar posteriormente: Portugal, Grecia y España. El laboratorio italiano del 48, dio para mucho.
Fuentes y referencias
ANPI (Associazione Nazionale Partigiani d’Italia) (sin fecha): "Dalla Resistenza a Berlinguer", en anpibresso.altervista.org Vigente 95-3-2015
Bellucci, Dagoberto: "Il piano 'solo'. Il colpo di stato 'democratico' e atlantista dell'Arma dei carabinieri", en dagobertobellucci.wordpress.com, 16/02/2012
Blum, William: "Italy, 1947-1948: Free elections, Hollywood-style", capítulo 2 de Killing Hope: U.S. Military and CIA Interventions Since World War II, Common Courage Press, 2004. Traducción y edición en castellano del libro: Asesinando La Esperanza, Editorial Oriente, Santiago de Cuba (Cuba), 2005.
Camacho, Santiago: "Haciendo balance. El Vaticano y la posguerra", en Biografía no autorizada del Vaticano. Sept. 2005, on line en www.bibliotecapleyades.net. Vigente 1-11-2014.
Caretto, Ennio: "CIA 1947: 'Piano 'San Marino' contro il PCI. Fondi segreti e un ponte aereo dovevano influenzare il voto", en Corriere della Sera, 11 agosto 2007, disponible en L'Archivio storico del periódico. Vigente 4-11-2014.
CNN: "Entrevista a F. Mark Wyatt" (en inglés). Archivo on line de la CNN. Vigente 4-11-2014.
Chalmers Johnson: "La vida y los tiempos de la CIA". Reseña del libro Legacy of Ashes: The History of the CIA [Legado de cenizas: la historia de la CIA] de Tim Weiner, publicada en Tomdispatch.com (enlace desactivado actualmente), traducida y publicada por Germán Leyens en rebelion.org el 03-08-2007.
Kennedy, Bruce: "Birth of the CIA", en CNN Perspectives Series, 'Episode 3: Marshall Plan'. Consulta on line 15-11-2014.
Quinney, Kimber: "My Enemy’s Enemy is My Friend: Italian Immigrants and the Campaign to Defeat Italian Communism" (abstract).
Paper presentado en la reunión anual de la American Studies Association, 16 de diciembre de 2013. El abstract está disponible on line en citation.allacademic.com
Mastrolilli, Paolo: “Italia 1948: fu la CIA a fermare il PCI”, en La Stampa, 30-6-2014. Consultado on line con vigencia 15-11-2014. Declaraciones del ex Acting Director y Associate Director de la CIA, Jack Devine, en el contexto de la presentación del libro Good Hunting.
Wikipedia, entradas: "Comitati Civici", "Luigi Gedda", "James Jesus Angleton"e "Italian general election, 1948".
http://blogdelviejotopo.blogspot.com.es/