Se produce una grave filtración de lodos tóxicos en el río Animas, en Colorado, EEUU.
Los residuos tóxicos incluyen arsénico, plomo, cadmio, aluminio, cobre y calcio y se han extendido a lo largo del río, dotándolo de un fuerte color anaranjado.
La contaminación ha llegado a la frontera estatal de Nuevo México, donde más de 2000 litros por minuto están entrando en el sistema de flujo de agua de acuerdo con la Agencia de Protección del Medio Ambiente norteamericana, que de hecho, fue la que provocó accidentalmente el vertido en los trabajos de desescombro de una mina abandonada.
Los altos niveles de arsénico puede causar ceguera, parálisis y cáncer, mientras que el envenenamiento por plomo puede crear problemas musculares y de visión en los adultos y puede ser fatal para los niños.
“Rayna Willhite, of Aztec, holds a bottle of water collected from the Animas River on Thursday near Bakers Bridge. The river is carrying mine waste from the Gold King Mine north of Silverton. (Photo by Jerry McBride/Durango Herald)”
Los funcionarios de las ciudades afectadas de Aztec y Farmington han cerrado el acceso de las aguas del río a las plantas de tratamiento de agua, lo que implica que las comunidades solo disponen de un suministro de 90 días de agua limpia.
El río Animas desemboca en el río San Juan, en Nuevo México, y el San Juan fluye hacia Utah, donde se une con el río Colorado en el lago Powell.
Hay un fuerte descontento por la lentitud de respuesta de la Agencia de Protección del Medio Ambiente.
