Las instituciones imperialistas mundiales han impuesto una serie de medidas económicas que han intensificado el sufrimiento y opresión terribles de las clases populares en Grecia. Los recortes a las pensiones y salarios, los despidos y cierres de negocios han llegado en una oleada tras otra, en un memorando tras otro.
Esto a su vez llevó a la contracción económica y por lo tanto una caída en los ingresos del gobierno (de impuestos, etc.), lo que llevó a una deuda aún más profunda... y más recortes.
Hay personas durmiendo en las calles de Atenas. En Tesalónica una niña de 13 años de edad murió de envenenamiento por monóxido de carbono de la estufa de leña que su madre utilizaba para calentar la casa después de que les cortaron la electricidad; el invierno pasado la ciudad estaba cubierta de un manto de humo debido a que miles de personas quemaban la madera para el calor.
La vida de las personas mayores está aún más amarga, las pensiones reducidas en 40 por ciento. En abril de 2005, un hombre de 77 años de edad se pegó un tiro en frente del Parlamento.
Dejó una nota: “[el] gobierno ha aniquilado todos los rastros de mi supervivencia... Y ya que mi avanzada edad no me permite una forma de reaccionar dinámica (aunque si un compatriota griego agarrara un Kalashnikov, yo estaría justo detrás de él), no veo ninguna otra solución excepto este digno fin de mi vida, para que no me encuentre a mí mismo rebuscando en los cubos de basura para mi sustento”.
La tasa de desempleo de los jóvenes es más del 50 por ciento.
Y la tasa de suicidios en Grecia casi se duplicó en sólo los tres primeros años de la crisis económica.
Desde diciembre de 2008, Grecia ha experimentado repetidos estallidos de rebelión feroz. En varios momentos cientos de miles de personas marcharon en Atenas y otras ciudades para exigir la dimisión del gobierno; huelgas generales paralizaron todo el transporte público que entraba y salía de Grecia así como dentro del país; la gente montó barricadas en las calles y batallaron a la policía con piedras y botellas; atacaron y a veces incendiaron a bancos y edificios del gobierno.
Los jóvenes que exigen un futuro y una vida dignos han estado en la vanguardia, denunciando y negándose a aceptar el mundo que les han dado. Al mismo tiempo, también han crecido las feas fuerzas fascistas con el apoyo de elementos de la policía y el ejército así como de unas fuerzas políticas establecidas, el núcleo siendo el nacionalismo griego reaccionario, el racismo bestial, y los ataques contra los inmigrantes.
De este caldero hirviente surgió “SYRIZA” (un acrónimo griego para “Coalición de la Izquierda Radical”) como un factor político importante, desafiando y contendiendo con los principales partidos burgueses tradicionales que habían perdido toda credibilidad para dirigir el Estado griego en esta crisis. En enero de 2015, se celebraron elecciones que llevaron a SYRIZA al poder.
Pero la demanda básica de SYRIZA ante la UE es la de mejores condiciones en el rescate financiero: cancelar parte de la deuda de Grecia, desacelerar el ritmo de los pagos, permite que se dirija algún dinero a la inversión capitalista para “estimular la economía”, así como canalizar dinero a los servicios sociales de emergencia. Pero las principales potencias europeas no pueden aceptar esto por el precedente que sentaría.
Y no es ninguna solución, ni a la crisis inmediata ni a los horrores que impregnan a la sociedad griega, los que incluyen ningún futuro para la juventud y la brutal persecución de los inmigrantes. El problema no es que SYRIZA “se vendió”. Es que la lógica y los líderes de SYRIZA ni siquiera pueden concebir la idea de romper las cadenas del capitalismo-imperialismo global, ni hablar de dirigir a la gente a hacerlo.
Muchos progresistas e incluso “radicales” alaban la experiencia de SYRIZA como un glorioso ejemplo de la democracia que dicen que necesitamos. Pero independientemente de las intenciones o las ilusiones de quienquiera, la democracia sólo puede funcionar sobre la base económica, social y política que ya existe, y bajo el capitalismo, la democracia siempre se reduce a escoger tu veneno... y al mismo tiempo a abandonar la posibilidad del cambio verdadero.
Una alternativa revolucionaria es posible... La dirección revolucionaria es de crucial necesidad
No hay una solución a la crisis en Grecia, ni a todo el sistema mundial del cual es una expresión, dentro del orden mundial actual.
Ese orden mundial condena a millones de niños a morir de enfermedades prevenibles; esclaviza a mujeres; fuerza a millones de personas a huir de sus hogares y las persigue donde llegan; y su “moral” de la jungla sirve y se deriva de la naturaleza desalmada del capitalismo.
Pero EXISTE una salida revolucionaria. En el mundo de hoy existe la base para una revolución con el objetivo de poner fin a TODA explotación y opresión. Lo que falta, en Grecia y en la mayor parte del mundo, es una fuerza revolucionaria que pueda dirigir al pueblo a realizarlo.
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Publicado por Odio de Clase